El carbón es la mayor fuente mundial para la producción de energía eléctrica y es indispensable para otros desarrollos industriales, como la producción de acero o cemento. La diversidad y abundancia de las reservas de carbón a nivel mundial significan que este mineral puede afrontar el desafío estratégico de contar con energía en el futuro, y así, se estima que la participación del carbón será de un 40% para el año 2100, cuando el petróleo prácticamente desaparezca como fuente energética. Por ello, el carbón tiene que atender al doble desafío de producir energía de manera económica y respetar el medio ambiente. En la década de los 80, algunos gobiernos emprendieron programas de colaboración con la industria privada para fomentar el desarrollo de tecnologías limpias de carbón, de manera que pudiese mejorarse tanto la eficiencia energética como la tolerancia ambiental en la extracción, preparación y uso del carbón, y conseguir así una reducción de las emisiones contaminantes como azufre y óxido de nitrógeno y un aumento de la cantidad de energía aprovechada.
En general, estas tecnologías son más limpias y eficientes y menos costosas que los procesos convencionales, y se basan en la alteración de la estructura básica del carbón en alguna de las fases del proceso de combustión. Asimismo, los métodos modernos de exploración y extracción minimizan el impacto ambiental
Los métodos modernos de exploración y extracción minimizan el impacto ambientaly mejoran la eficiencia de utilización de la mina. Las medidas para reducir los niveles de ruido y polvo, así como la contaminación de las aguas subterráneas o las emisiones de gas metano, que puede ser un riesgo potencial, se han generalizado y mejorado, hasta el punto de que en algunos casos dicho gas es utilizado como fuente energética. A la hora de preparar el carbón, se ha conseguido reducir los contenidos de ceniza e impurezas tales como el lodo o el azufre, al mismo tiempo que se mejora la calidad del agua de desecho.
Entre las diversas tecnologías en desarrollo que se utilizan en estos momentos, cabe citar la gasificación de carbón. Este sistema consiste en poner al carbón en contacto con vapor y oxígeno, por lo que se producen reacciones termoquímicas que generan un gas combustible, compuesto principalmente por monóxido de carbono e hidrógeno, que al ser quemado puede ser usado para turbinas de gas. Algunas tecnologías de ciclo combinado híbrido utilizan las mejores características de las tecnologías de gasificación y combustión, alcanzando eficiencias mayores al 50%. Las denominadas «Centrales de Combustión de Lecho Fluido» mejoran el rendimiento en la combustión del carbón y disminuyen el impacto medioambiental. En estas centrales se quema carbón sobre un lecho de partículas inertes, como por ejemplo, de piedra caliza, a través de las que se hace circular una corriente de aire que mejora la combustión. A largo plazo, las tecnologías de captura y almacenamiento de CO2 tienen un enorme potencial económico y medioambiental, al poder permitir al carbón ser el elemento fundamental de una economía basada en el hidrógeno.
En definitiva, si el carbón va a resultar una fuente de energía básica para el desarrollo sostenible futuro, es necesario construir nuevas centrales que funcionen con este tipo de tecnologías «limpias», con el fin de reducir las emisiones de gases con efecto invernadero y ayudar a alcanzar los objetivos del Protocolo de Kyoto. El suministro de tales tecnologías por las empresas europeas podría reportar beneficios tanto para el medio ambiente como para las mismas empresas, que se encuentran en la actualidad ante un futuro inseguro. En este sentido, son varios los programas europeos que alientan la investigación y el desarrollo de tecnologías que persigan dichos objetivos.
En julio de 2004 el Instituto Mundial del Carbón publicaba el informe “Carbón limpio: Creando un futuro a través a la tecnología”, en el que se exponía que las tecnologías de carbón limpio están aumentando para satisfacer los retos medioambientales a los que se enfrenta el sector
Las tecnologías de carbón limpio están aumentando para satisfacer los retos medioambientales a los que se enfrenta el sector. El informe asegura que existe una tecnología diferente para cada situación específica, si bien reconoce que las tecnologías que resultan factibles en un país desarrollado pueden no serlo en los países en vías de desarrollo. El informe también demuestra que existen tecnologías que mejoran el rendimiento medioambiental de las centrales eléctricas de carbón de cualquier país, independientemente de su desarrollo económico. Asimismo, recomienda avanzar con una serie de medidas, entre las que se incluyen:
- Mejorar la aceptación de las opciones existentes y los niveles de eficiencia en las centrales eléctricas de carbón.
- Utilizar tecnologías avanzadas y desarrollar y comercializar tecnologías de próxima generación.
- Explotar las sinergias con fuentes de energía renovables.