Para extraer de la madera tornillos oxidados, en lugar del alcohol o los productos desoxidantes recomendados en otros artículos, se puede emplear también algún producto lubrificante. Su acción es mucho más lenta, por lo que deberá dejarlo actuar al menos un par de días.
Normalmente los productos lubrificantes suelen emplearse sobre todo para sacar los tornillos de piezas metálicas, pero pueden utilizarse también en madera si se aplica la cantidad suficiente en repetidas ocasiones.
En lugar de un destornillador podremos emplear igualmente la fuerza bruta del taladro, teniendo cuidado para no dañar la pieza. Puede que el taladro gire sobre las ranuras del tornillo, por lo que será necesario hacer presión sobre éste, con la punta del taladro, a la vez que accionamos el interruptor de la herramienta.
Si con tanta presión la cabeza del tornillo se deteriora no quedará otra opción que serrarla con un minitaladro y tratar de disimularla con masilla de madera de un color similar al de la superficie en la que se encuentra incrustado.
Otra opción consiste en limar con un formón alrededor del tornillo para dejar visible su cabeza e intentar hacerla girar, tras lubricarla, con un alicate de mordaza o el propio taladro hasta conseguir que salga.
Una vez hayamos retirado el tornillo procederemos a colocar uno nuevo, aunque lo más recomendable es tapar ese agujero con masilla epoxi y colocarlo en otro lugar para evitar insertarlo en un trozo de madera ya cedido.