La situación actual de la vivienda en España no invita precisamente a la solidaridad. La multiplicación de los precios y la especulación que se vive de unos años a esta parte han provocado que el acceso a un techo, no sólo en propiedad, sino también en arriendo, sea para un elevado porcentaje de jóvenes algo cercano a una misión imposible. La emancipación del hogar paterno se ha complicado de manera directamente proporcional a la subida de los precios. Resulta difícil creer que en un sector como éste puedan aparecer apuestas altruistas. No obstante, la iniciativa «Pisos solidarios» demuestra que sí es posible unir solidaridad y ladrillos.
La iniciativa de ‘Pisos solidarios’ demuestra que sí es posible unir solidaridad y ladrillos
Nacida en 1999 como fruto de la colaboración de la Universidad Jaume I de Castellón, el ayuntamiento de la capital levantina y el Instituto Valenciano de Vivienda, «Pisos solidarios» ofrece a los estudiantes de la universidad castellonense la posibilidad de obtener un alquiler gratuito de una vivienda durante el curso académico.
El requisito básico es que los participantes en este programa colaboren, a cambio del alojamiento gratuito, en labores de ayuda social a personas o grupos desfavorecidos de la ciudad. En concreto, los universitarios seleccionados viven en el barrio de San Lorenzo, una zona desfavorecida de la capital con una población con un alto porcentaje de personas de etnia gitana.
Los objetivos son diversos. Por un lado, se pretende dinamizar el tejido social de la zona tanto con la sola presencia de estos jóvenes como con su colaboración activa en la vida del barrio. Por otro, y desde el punto de vista de los alumnos, se pretende que éstos aprendan y vivan en contacto con sus nuevos vecinos y que esta vivencia se materialice en la transmisión de valores solidarios y en una mayor integración social.
De hecho, los estudiantes se integran en el barrio, colaboran en las iniciativas existentes (asociaciones culturales, programas sociales, etc.) y/o llevan a cabo el prácticum, esto es, las prácticas obligatorias (como en el caso de maestros, trabajadores sociales, etc.).
En la convocatoria 2005-06 se han ofertado un total de 22 plazas distribuidas en pisos de una, dos y tres habitaciones. Las condiciones del alojamiento para los estudiantes seleccionados consisten en el pago de una fianza simbólica de 120 euros, el pago de los gastos corrientes del piso (luz, agua y comunidad) y la participación en el proyecto de intervención social que la Universidad ha diseñado para el barrio.
La admisión de los candidatos para participar en la iniciativa de “Pisos solidarios” está supeditada a la consideración de una comisión de selección integrada por un miembro de la Universidad Jaume I, un miembro del Ayuntamiento de Castellón, el coordinador de los pisos y un estudiante. Los criterios que se tienen en cuenta para la selección de los estudiantes son tres.
En primer lugar, se valora el interés personal por colaborar en el programa y la disponibilidad para participar en las actividades del barrio.
Se valora el interés personal por colaborar en el programa y la disponibilidad para participar en las actividades del barrioTambién se tiene en cuenta el expediente académico del alumno y, por último, se toma como referencia la situación económica del candidato.
El criterio que mayor relevancia tiene es el del interés personal y la disponibilidad para participar en la vida social del barrio, que se mide sobre 50 puntos, el total de la puntuación que se podría obtener en los otros dos baremos.
Los estudiantes que hayan participado el año anterior en el proyecto deben presentar una autoevaluación como requisito para la valoración de su renovación, según la metodología que se establezca a tal efecto. Una vez realizada la selección, la Universidad elaborará los criterios de distribución en los pisos.