La explosión de los audiolibros

Con poco tiempo para leer, cada vez hay más aficionados a la literatura que se ponen los auriculares
Por Darío Pescador Albiach 10 de marzo de 2006

Los nuevos hábitos de vida y de trabajo no dejan muchas oportunidades para recostarse en el sillón con una manta y un buen libro. Sin embargo, sí que hay tiempo, y tecnología, disponible para escuchar mientras se conduce, se viaja en autobús o se suda en una bicicleta estática en el gimnasio.

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Si hay que creer los estudios, la gente lee poco. Según la Federación de Gremios de Editores de España, los lectores frecuentes del país aumentan, pero son minoría, un 41% de la población. Por otra parte, en EEUU se ha producido un descenso en el número de lectores en los últimos años.

Sin embargo, cada vez hay más reproductores de audio portátiles, algunos incluso son considerados piezas de diseño, como el iPod de Apple. Atando cabos, no es de extrañar que otras formas de lectura, como los audiolibros, estén resurgiendo.

Los libros leídos y grabados son tan antiguos como el gramófono, pero en estos últimos años la oferta de títulos ha aumentado gracias al comercio electrónico, las iniciativas sin ánimo de lucro, los programas de síntesis de voz y las redes P2P.

Audiolibros de pago

La mayoría de las grandes tiendas en Internet, como Amazon.com o Barnes & Noble, dispone de audiolibros en CD e incluso en casete. En otras librerías virtuales, como BlackStone, se pueden encontrar títulos tanto en soporte físico como en MP3. En muchos casos el precio por título ronda los 20 euros.

Existen, no obstante, sitios dedicados a la venta de audiolibros en formato digital que permiten descargas por un precio menor. Por ejemplo, en Audible se pueden encontrar libros por menos de diez dólares. Los títulos de Audible están en un formato MP3 especial, protegido para evitar su copia, que se puede escuchar con su propio programa de reproducción o por medio de la aplicación iTunes de Apple.

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Grabaciones de aficionados

Un nuevo fenómeno está haciendo más popular, si cabe, el formato de los audiolibros: las grabaciones de aficionados. Mientras que descargar un libro leído por un actor profesional puede llegar a costar 50 euros, los audiolibros que crean los aficionados son gratuitos.

LibriVox es un sitio web dedicado a la difusión de audiolibros gratuitos. En su catálogo se pueden encontrar títulos que ya están en el dominio público y que son grabados por voluntarios. De este modo pueden grabarse títulos que no resultan rentables a las editoriales. Los audiolibros de LibriVox pueden descargarse como podcast, para actualizarlos, y copiarlos a un reproductor MP3.

Por el momento, LibriVox cuenta con 15 obras completas, más de 100 obras en proceso y más de 200 lectores voluntarios. Los audiolibros se pueden descargar enteros o por capítulos, y cada uno de ellos tiene un enlace al proyecto Gutenberg, donde se encuentran los textos de más de 17.000 obras literarias en el dominio público.

Además, la página permite sindicar sus contenidos de modo que el lector puede estar al tanto de los nuevos títulos que vayan apareciendo y programar su descarga. El único ‘pero’ es que la mayoría de títulos están locutados en inglés.

Libros que caducan

Por su parte, hay empresas que están ofreciendo libros gratuitos como reclamo publicitario. Es el caso de BMW, que en colaboración con la editorial Random House, ha puesto a disposición del público audiolibros de 45 minutos, pensados para escuchar en el coche mientras se conduce al trabajo.

Otra iniciativa de la biblioteca pública de Hamilton ofrece más de 500 títulos de forma gratuita a través de su página web. Los audiolibros se pueden descargar en el formato Windows Media y están protegidos para que caduquen a las dos semanas.

Hay otra opción, al alcance de cualquiera, para generar audiolibros: la síntesis de voz. Por medio de un sencillo programa es posible convertir un texto cualquiera en un archivo de audio con voz artificial. Muchos audiolibros en español están leídos por Rosa, la voz española por defecto en el sistema de síntesis de voz de Windows.

Por desgracia, la oferta de audiolibros españoles en formato digital es muy reducida. Es en las redes P2P donde pueden encontrarse cada vez más libros en formato electrónico, incluyendo también los audiolibros, y en español.

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