Según el informe de la Comisión Europea, llamar por teléfono móvil en España es un 16% más caro que la media de la Unión. Se considera que en la práctica en España existe un oligopolio de la telefonía móvil, con tres compañías que se reparten la totalidad del mercado y, de hecho, fijan los precios. Los consumidores no tienen mucho donde elegir.
Para abaratar los precios de la telefonía móvil, la solución prevista por la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), es que entren más competidores. Pero no hay licencias disponibles para ocupar el espectro radioeléctrico y no todas las empresas pueden permitirse desplegar una red de antenas que proporcione cobertura nacional en unos pocos meses. La solución son los operadores virtuales.
Los operadores virtuales son empresas de telefonía móvil que no tienen licencia de uso del espectro radioeléctrico, y por lo general, tampoco tienen antenas. Para operar, alquilan el uso del espectro (y las antenas) a las otras operadoras que sí tienen. La primera operadora móvil virtual fue Virgin Mobile, lanzada en 1999 en el Reino Unido. Hoy hay compañías de este tipo en Holanda, Dinamarca, Francia, Bélgica o EEUU.
En la relación con los clientes no hay diferencias con las otras operadoras. Las operadoras virtuales emiten sus propias tarjetas SIM, tienen sus propias tarifas, planes, servicio técnico y las facturas que reciben los abonados llevan su logo y razón social.
La difícil apertura
Las operadoras virtuales emiten sus propias tarjetas SIM, tienen sus propias tarifas, planes, servicio técnico y las facturas que reciben los abonados llevan su logo y razón social
El cambio más importante es para las operadoras existentes. Hasta el momento vendían sus servicios directamente al público, con lo que las llamadas tenían sólo un precio de minorista. Pero las operadoras virtuales actúan como intermediarias, y las dueñas de la red tienen ahora que fijar su precio de mayorista.
Si se permitiera a las operadoras existentes fijar el precio mayorista, éste sería demasiado alto como para permitir la entrada a los operadores virtuales. Por este motivo este sector crítico suele estar regulado. En el caso de España, se encarga la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT).
El precio al que se vende el acceso a la red se puede calcular como los costes del operador más un plus por la inversión realizada, o bien ofreciendo a las otras operadoras un descuento sobre el precio de venta final del servicio.
Este último sistema es el empleado en la reventa de ADSL a los proveedores sin red propia de telefonía fija, que en España hizo aumentar el número de proveedores, aunque no bajaron los precios. La forma en que se abran a la competencia las redes de telefonía móvil determinará los posibles beneficios para el consumidor.
La situación actual
En febrero de este año la CMT presentó su caso ante la comisión Europea, pidiendo autorización para obligar a las tres operadoras dominantes a abrir el acceso a los operadores virtuales. La comisión Europea aceptó la propuesta, considerando que las tres operadoras del mercado español disfrutan de una posición de dominio.
De hecho, más de cien compañías disponen ya del derecho legal a ofrecer sus servicios de telefonía móvil en España, pero hasta la fecha ninguna ha conseguido alquilar espectro radioeléctrico a las operadoras existentes.
Si fallan los buenos propósitos, la CMT se reserva el derecho de intervenir para obligar a Telefónica, Vodafone y Amena a que abran sus redes a la competencia a precios razonables
En la situación actual, se deja a la buena voluntad de unos y otros la negociación de unas condiciones de alquiler. Pero si fallan los buenos propósitos, la CMT se reserva el derecho de intervenir para obligar a Telefónica, Vodafone y Amena a que abran sus redes a la competencia a precios razonables. Los operadores virtuales deberían empezar a trabajar antes de un año.
La pregunta es si la entrada de nuevas compañías resultará o no beneficiosa para los consumidores. La experiencia en la telefonía fija es positiva, ya que la entrada de operadores virtuales ha abaratado el precio de las llamadas.
Sin embargo con los proveedores de ADSL hay más sombras que luces. Como el precio mayorista lo fija la compañía Telefónica mediante un descuento sobre la tarifa final, todos los proveedores terminaron ofreciendo el mismo servicio al mismo precio.
El riesgo es que ocurra lo mismo con la telefonía móvil, los elevados precios no bajen, y la única diferencia entre unos y otros sea el terminal que regalen al firmar el contrato.