Crear, ampliar o modificar la instalación eléctrica de una vivienda implica gastos elevados ocasionados por la necesidad de recurrir a profesionales (electricista y albañil) para que piquen paredes, practiquen rozas o tiendan cables. Estas obras conllevan, además, molestias e incomodidades. Una opción sencilla y económica consiste en alojar los cables y cajas, como enchufes e interruptores, en elementos superficiales o vistos.
Molduras y canaletas
Las canaletas y las molduras de PVC son los elementos habituales en los que se esconde una instalación eléctrica cuando no se quieren hacer obras. Algunos modelos se atornillan a la pared y otros son autoadhesivos, pero en ambos casos se pueden pintar para integrarlos en la decoración. También es posible instalar juegos completos provistos de varias ranuras para albergar los cables y montar sobre ellos los interruptores, las bases de enchufe, etc.
Para colocarlas, primero hay que establecer el recorrido que seguirá la instalación y marcar los emplazamientos de los accesorios, como enchufes o interruptores. Si las cajas de estos mecanismos no van sobre la canaleta, se fijan a la pared. A continuación, se atornilla o se pega la moldura y se colocan en su interior los conductores.
Tras realizar las conexiones entre los hilos mediante clemas (conector eléctrico en el que un cable se aprisiona contra una pieza metálica mediante un tornillo), se corta el suministro de luz para conectar la fase (conductor negro, marrón o gris) y el neutro (cable azul) a una caja de derivación ya disponible en la vivienda. Después, se vuelve a conectar el interruptor general y, tras comprobar que la instalación funciona de forma correcta, se colocan las tapas de la canaleta o moldura.
Instalación en rodapiés
Ya sean de PVC o de madera, la funcionalidad y resistencia de los rodapiés hacen de ellos una buena opción para realizar instalaciones eléctricas. La utilización de piezas de distintas formas (ángulos, uniones y cierres) permite cubrir todo el perímetro de una habitación, con el resultado de una instalación estética y segura.
Los rodapiés están provistos de tabiques o carriles donde se pueden alojar los conductores
Por lo general, los rodapiés están provistos de tabiques o carriles donde se pueden alojar los conductores separados por tipo de circuito eléctrico. Los de baja tensión (220V) por un lado y los de muy baja tensión (12 ó 24V), por otro.
Para realizar la instalación, hay que empezar por atornillar o pegar a la pared la base del rodapié, para poder fijar el adaptador en esta zona. Después, se pasan y se conectan los cables, para encajar el mecanismo con la toma de tierra hacia arriba. Tras atornillar el embellecedor, sólo queda encajar las tapas del rodapié a ambos lados del mecanismo.
Los tubos de PVC se pueden colocar en paredes, a lo largo de los rodapiés, o alrededor de puertas o ventanas. Al igual que ocurre con las canaletas y molduras, primero hay que trazar con una cuerda el recorrido que seguirá el tubo. En este caso, también hay que marcar el emplazamiento de las cajas de mecanismos y derivación, superficiales, que se fijarán a continuación. Después, hay que atornillar la parte inferior de las abrazaderas de fijación, a unos 40 centímetros unas de otras.
Tras preparar los tubos con la longitud deseada, se cortan las juntas estancas de las diferentes cajas de los mecanismos de derivación según las dimensiones de los mismos. Después, se pasan los cables por el tubo, de forma que sobresalgan unos veinte centímetros a la salida de las diferentes cajas. Las prolongaciones y bifurcaciones se deben hacer mediante manguitos rectos, en forma de T o de codo. A continuación, se realizan las conexiones dentro de las cajas con la ayuda de clemas.
Se cierran todas las cajas sin aplastar los conductores y se fijan los manguitos y los codos de derivación. Una vez verificado el buen funcionamiento de la instalación, se aprietan todas las abrazaderas.