La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) acaba de publicar el Informe 2006, con el objetivo de exponer los problemas, los avances o las insuficiencias detectadas a lo largo de 2005, así como la propuesta y formulación de alternativas sobre los refugiados y los problemas a los que se enfrentan.
El año 2005 ha sido un reflejo dramático de las dos claras tendencias de las políticas de asilo en España. «Por un lado, los solicitantes que acceden al procedimiento de asilo se encuentran con una mejora de la atención administrativa y social. Pero, por otro, las medidas de cierre de fronteras impiden que muchas personas necesitadas de protección internacional lleguen a nuestro país y accedan al procedimiento de asilo, por lo que el avance indudable de los derechos de los solicitantes de asilo en España se aplica cada vez a menos personas.
«El avance indudable de los derechos de los solicitantes de asilo en España se aplica cada vez a menos personas»
No obstante, es importante señalar que se han producido una serie de avances significativos, fundamentalmente en la actuación administrativa, como la notable reducción de los porcentajes de inadmisión a trámite de las solicitudes de asilo o el reconocimiento por vez primera de un caso de persecución por violencia de género.
Pero no por ello se debe olvidar el drama vivido en la Frontera Sur, un caso que revela en toda su crudeza el gran reto de la protección internacional en estos momentos: el acceso al territorio y al procedimiento de asilo. «Las muertes en las fronteras de Ceuta y Melilla y el abandono de inmigrantes en el desierto marcan un año que ha puesto de manifiesto las graves consecuencias que pueden acarrear las políticas de externalización», reza el informe. «Las impresionantes fotografías de los jirones de ropa adheridos a las vallas de Ceuta y Melilla simbolizan todo lo que se queda en el camino en la travesía hacia el refugio: la universalidad de los derechos humanos».
CEAR considera que la nueva Ley de Asilo, anunciada por el Gobierno para 2006, “es una gran oportunidad para avanzar en el compromiso de nuestro país con el derecho de asilo y la solidaridad con los refugiados”.
Concretamente, el borrador del anteproyecto de la ley de asilo que ha elaborado el Gobierno recoge las características de género y de orientación sexual como causas que pueden dar lugar al reconocimiento de los extranjeros como refugiados, e introduce la figura de la protección internacional subsidiaria para aquellos que no son refugiados.