Las organizaciones conservacionistas Royal Society for the Protection of Birds (RSPB) y BirdLife Internacional (BLI) alertan de la delicada situación del Albatros, una de las aves marinas más paradigmáticas. Según estas asociaciones, 19 de las 21 especies de este animal están amenazadas en todo el mundo, la proporción más alta de especies en peligro de extinción en la familia de las aves.
En concreto, dos especies están «en peligro crítico», el «Albatros Ámsterdam», natural del Hemisferio Sur, y el «Albatros de las Islas Catham», reducido a unos pocos miles de ejemplares al este de Nueva Zelanda; siete se encuentran «en peligro» y diez pasan por una situación «vulnerable». En una reciente investigación de dichas organizaciones se asegura que los albatros que viven en el Atlántico Sur están siendo llevados al borde de la extinción.
Los responsables de dichas asociaciones, especializadas en la conservación de las aves en todo el mundo, señalan a las redes de pesca en profundidad como principales culpables de la muerte de unas 300.000 aves cada año, de las cuales un tercio son albatros. Esta técnica, conocida como palangre, consiste en liberar al mar extensas líneas de miles de anzuelos para capturar peces como atunes o merluza, siendo muy utilizada por los grandes barcos de pesca industrial, especialmente los que faenan de manera ilegal bajo bandera de conveniencia. Los anzuelos con cebo y los peces descartados que se arrojan al mar atraen a las aves marinas como el albatros, y muchas de ellas se enganchan en los anzuelos, muriendo ahogadas.
Asimismo, los científicos añaden entre las causas de la disminución de estas aves marinas el aumento de las basuras y los residuos no degradables de todo tipo que van al mar, intoxicando a las aves y matándolas en muchos casos por asfixia; las consecuencias de los vertidos de petróleo; y de una manera más indirecta pero igual de peligrosa, las producidas por el cambio climático.
A pesar de que los albatros son pájaros longevos, casi ninguno llega a alcanzar los 60 años que pueden llegar a vivirPor ello, a pesar de que los albatros son pájaros longevos, casi ninguno llega a alcanzar los 60 años que pueden llegar a vivir. Se trata de animales monógamos que mantienen una única pareja durante toda su vida, y sólo tienen un polluelo a la vez, al que crían hasta su completa madurez durante varios meses. Como los adultos acaban muriendo en los anzuelos de pesca, la posibilidad de concebir y criar polluelos disminuye drásticamente.
Para tratar de evitar la desaparición de esta ave, la RSPB y BLI, con la colaboración del conocido naturalista inglés David Attenborough, han lanzado una campaña de conservación de alcance internacional, «Salva a los Albatros«, ya que estos animales son capaces de recorrer varios miles de kilómetros en sus viajes de búsqueda de alimento. Por ejemplo, algunas especies de albatros que se alimentan en la plataforma continental de Argentina provienen de sitios tan alejados como Nueva Zelanda. Los responsables de la campaña consideran que los esfuerzos de conservación de cada país en forma individual son muy limitados, por lo que proponen cambios en la legislación internacional para asegurar la supervivencia de estas aves, como un mayor control de las flotas de pesca pirata.
El Albatros es el nombre común por el que se conoce a las grandes aves marinas de la familia de los Diomedeidos, y se encuentran en todos los océanos del mundo salvo en el Atlántico Norte. El Albatros Errante y el Real poseen la mayor envergadura de todos los animales voladores -más de tres metros y medio- y pueden llegar a pesar hasta 10 kilos.
Los albatros son aves nómadas que recorren grandes distancias sobre los océanos durante meses: Son capaces de cubrir diariamente más de mil kilómetros, gracias a un sofisticado método de planeo que les permite aprovechar al máximo el viento sin apenas batir sus enormes alas. Algunos ejemplares de Albatros de Georgia del Sur – una isla situada al sureste de las Malvinas- han sido registrados dando la vuelta al mundo en 46 días. Vuelven a tierra sólo para reproducirse, para lo que emplean un ritual de cortejo muy elaborado. Anidan en islas áridas cercanas a la costa, utilizando el mismo nido durante toda su vida. Sus huevos son los más grandes de las aves marinas y tardan más de 80 días en eclosionar.