El objetivo para 2050 es disminuir al máximo la huella de carbono del sector alimentario y acercarse lo máximo posible al desperdicio cero. Y el diseño de mejores envases es un pilar clave para conseguirlo. Solo en ese campo se puede reducir el uso de materias primas, alargar la vida útil de los alimentos y aligerar el peso de los embalajes, con la consiguiente reducción de combustible y huella de carbono en el transporte.
Las 7 características de un envase sostenible
Económico, seguro, reutilizable… Las exigencias para los envases alimentarios son cada vez mayores. Con esto presente, AINIA, compañía especializada en innovación sostenible, aporta estas sugerencias para lograr que los envases sean más respetuosos con el medio ambiente:
- 1. Reducir la cantidad de material. Así baja el coste y la cantidad de residuos, al tiempo que se mejoran los procesos de envasado y se disminuye la energía que se emplea para su fabricación, transporte y almacenaje.
- 2. Simplificar y unificar los materiales. Cuantos menos materiales diferentes se utilicen, más operativo será su reciclaje.
- 3. Adaptar el diseño a los requerimientos de conservación y comodidad. Con esto se evita el excedente de materiales y se reduce el impacto ambiental. También impulsar el uso de materiales reciclados.
- 4. Mejorar las características del material a las características del producto. Optar por envases o materiales que eviten daños en el transporte que aceleren su deterioro y por envases que alarguen la vida útil del alimento.
- 5. Optimizar la logística. Ajustar el tamaño y forma del envase para minimizar combustible en el transporte y ahorrar costes de almacenaje.
- 6. Adaptar el tamaño a las raciones. Si es mayor, es fácil que el producto se eche a perder antes de consumirlo.
- 7. Usar nuevos materiales, más biodegradables, compostables, reciclables y reciclados.