Nzedha Ndrodza Alphosine es una de las miles de mujeres desplazadas a causa de conflictos en su país. En 2019 la milicia atacó su hogar y se vio obligada junto a su familia a salir de su aldea en la provincia de Ituri con destino hacia el este de la República Democrática del Congo.
Alemtsehay Hagos Gerezehr, de 25 años, es otro caso similar. Huyó de la violencia en el norte de Etiopía y buscó protección en Sudán del Sur junto a su hijo de dos años. Como estaba embarazada cuando llegó, su hija, que ahora tiene dos meses, nació en el campamento de refugiados en el que viven ahora.
Nzedha y Alemtsehay son solo dos de los millones de ejemplos de personas desplazadas cada año. Guerras, conflictos, violencia y persecuciones son los factores principales que impulsan a estas personas a encontrar otro lugar más seguro en el que poder vivir. Pero el mayor temor de estos desplazados no es solo comenzar de cero sin nada y en rincones totalmente desconocidos, sino al mismo tiempo saber que quizá nunca puedan regresar a casa.
Y es que ser refugiado requiere de valentía, resistencia y coraje para enfrentarse a un mundo duro y totalmente desconocido y, al mismo tiempo, para saber que quizá ese nuevo destino se termine por convertir en su único hogar. Volver a casa en condiciones dignas y seguras se convierte en el sueño de cualquier refugiado, pero mientras esto no sea posible, la única opción es integrarse en la comunidad de acogida u optar por el reasentamiento en un tercer país no cesando en la lucha por sobrevivir. Y esto es lo que cada año se busca ensalzar con el Día Mundial del Refugiado.
“La vida aquí es dura. En la aldea, mi esposo y yo teníamos una granja. Con la cosecha obteníamos costales de maíz que luego vendíamos. Podía generar ingresos. Pagaba la cuota de la escuela de mis hijos y podía darles todo lo que necesitaban. Ahora, no puedo costear la cuota”, cuenta Nzedha.
¿Por qué es importante conmemorar el Día Mundial del Refugiado?
Esta importante fecha señalada el 20 de junio tiene como objetivo conmemorar la fuerza y el coraje de las personas que se han visto obligadas a abandonar su hogar para escapar de conflictos o persecuciones y reconocer su capacidad de resiliencia en la reconstrucción de sus vidas.
El Día Mundial del Refugiado se celebró por primera vez a nivel mundial el 20 de junio de 2001, en conmemoración del 50º aniversario de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951. En un principio, se conocía como el Día del Refugiado en África, antes de que la Asamblea General de las Naciones Unidas lo designara oficialmente como día internacional en diciembre de 2000.
Las cifras no dejan de recordar la importancia de conmemorar esta fecha, y es que tan solo a finales del 2021, según el informe anual de Tendencias Globales de ACNUR, el número de personas desplazadas por las guerras, la violencia, la persecución y las violaciones a los derechos humanos ascendía a 89,3 millones, es decir, un 8 % más en comparación con el año anterior y más del doble en relación con la cifra de hace diez años. Con el conflicto en Ucrania, que dio comienzo a principios de año, se desencadenó una nueva crisis de desplazamiento forzado llegando a superar la cifra de 100 millones de desplazados.
ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, ha indicado recientemente que el número de personas que se ven forzadas a huir de sus hogares no solo ha ido en aumento año tras año en la última década, sino que también se encuentra en el nivel más alto desde que se tiene registro. Esta tendencia solo podrá invertirse con un esfuerzo concertado hacia la construcción de la paz.