Su aspecto visual y su funcionamiento resultará familiar a los usuarios de mensajería instantánea y de Skype, pero la diferencia es que, mientras que Skype sirve para realizar llamadas telefónicas por la Red sin tener que pagar a un operador, AllPeers permite enviar y recibir grandes archivos sin depender de servicios de terceras partes y utilizando uno de los recursos más populares de la Red: BitTorrent.
AllPeers tiene un menú para buscar y añadir contactos, que se pueden distribuir en carpetas como amigos, familia o trabajo
En cuanto a las semejanzas con los servicios de mensajería instantanea y telefonía IP, la principal es que hay un menú para encontrar y añadir contactos, que se pueden distribuir en carpetas como amigos, familia o trabajo; además, el servicio dispone de una carpeta donde visualizar si dichos contactos están conectados o no y otra que muestra las transferencias en curso. Nada más.
BitTorrentfue diseñado por Bram Cohen, un programador de software libre, para que varias personas descargaran archivos de cualquier ordenador de la Red al mismo tiempo sin hacer colas ni resentir el tráfico. Cuando más de dos personas empiezan a descargar el mismo fichero, se crea una red descentralizada en la que todos son receptor y emisor de pequeños trozos del archivo al mismo tiempo. Es como si cada persona conectada recibiera un trocito distinto de la misma historia y empezara a contársela inmediatamente a todos los demás hasta que todo el mundo conociera la historia completa.
Sencillo de instalar y fácil de utilizar
Liberado de su responsabilidad, el servidor originario del archivo no se sobrecarga y, cuantos más usuarios haya descargando la misma información, más rápidamente se reconstruirá la historia completa en todos los ordenadores conectados. Hay muchos clientes de Bittorrent (programas que permiten utilizar este protocolo en la Red), incluídos algunos para navegadores.
Las ventajas de AllPeers son una instalación sencilla, un diseño que resulta familiar y la posiblidad de elegir nuestro grupo de ‘intercambiadores’. En los clientes normales de BitTorrent nadie sabe con quién intercambia nada, con AllPeers sólo se realizan transferencias entre usuarios a los que se ha invitado de antemano.
Con AllPeers sólo se realizan transferencias entre usuarios a los que se ha invitado de antemano
La instalación es la habitual de cualquier extensión de Firefox: hay que pinchar en el botón de descarga y después reiniciar el navegador. Una vez inaugurado el programa, se requiere que el usuario acepte una licencia de uso no comercial en la que se compromete, entre otras cosas, a no infringir la ley intercambiando archivos protegidos por Copyright.
Antes de entrar en acción es necesario introducir contactos en la agenda y cargar los archivos que se quieren compartir en la carpeta correspondiente. Al pinchar en la palabra ‘Share’ (compartir) en la barra de navegación, aparece una nueva columna que permite cargar las carpetas (‘Add Folder’) y archivos (Add File) que queremos intercambiar.
Para comenzar a compartir basta con arrastrar la carpeta elegida al icono del contacto receptor. Es importante recordar que tanto el volumen de los archivos como la cantidad de contactos que vayan recibiendo el mismo archivo determinan la velocidad de la transferencia.
Aunque ha despertado un gran entusiasmo, AllPeers es todavía un prototipo en fase beta (de pruebas) y está resolviendo problemas como la integración del menú en Firefox. El interfaz enoja razonablemente a los usuarios que lo han probado porque resulta abusivo en términos de economía de pantalla (se come la mitad del espacio del navegador) y demasiado confuso, ya que los menus se abren a izquierda y a derecha de la página y resulta dificil cerrarlos. Como nota positiva se puede destacar que, aunque funciona sólo con Firefox, AllPeers es compatible con las plataformas más populares, como son Windows, Linux y Mac OS.
Por otro lado, AllPeers puede ser una buena solución al desarrollo de leyes de propiedad intelectual que desde el punto de los usuarios podrían ser consideradas como excesivamente restrictivas. El hecho de que los archivos se compartan de un modo selectivo sólo entre usuarios conocidos y no de forma anónima y masiva, hace difícil que se la pueda acusar de ser una aplicación que fomente el negocio ilegal con las obras de los autores. Como dice Enrique Dans, profesor del Instituto de Empresa, en su blog: “¿Tiene algo que decir la industria con respecto a que yo le pase a mi amigo o a mi familiar la canción de Fulano, la discografía entera de Mengano o las fotos de las vacaciones? Si lo tiene, ya se puede ir fastidiando: no sólo es muy fácil hacerlo [con AllPeers], sino que además no lo pueden evitar.”