Estamos tan acostumbrados a trabajar con los entornos gráficos que, para la mayoría de los usuarios, éstos constituyen la única experiencia que tienen con sus ordenadores. Sin embargo, las ‘carpetas’ y ‘ventanas’ no son, ni mucho menos, el lenguaje innato de un ordenador.
El entorno de escritorio (en inglés, ‘desktop environment’) es el conjunto de iconos, barras de herramientas, fondo de pantalla y habilidades específicas que llamamos ‘escritorio’ en el sistema operativo. La información se manipula directamente sobre las representaciones gráficas con ayuda del puntero y el ratón.
La metáfora frente a la línea de comandos
El ordenador es una máquina que procesa y almacena información en código binario. Antes de que existieran los dispositivos de almacenamiento, los programadores tenían que escribir, línea por línea, los comandos necesarios para conseguir ejecutar el proceso deseado.
Gracias a los discos duros y los compiladores,los ordenadores de hoy no se programan sino que se utilizan: cada vez que el usuario abre una aplicación está convocando un proceso que alguien ha programado de antemano. El sistema operativo es el conjunto de programas que permiten gestionar dichas aplicaciones y, el entorno gráfico, la representación metafórica de dicho sistema.
Antes de que existieran los dispositivos de almacenamiento, los programadores tenían que escribir línea por línea los comandos necesarios para conseguir ejecutar el proceso deseado
Los ordenadores modernos tienen unas orejas para escuchar al usuario (generalmente, un teclado y un ratón) y una boca para contestarle (un monitor o pantalla). En los entornos e interfaces de texto o de Línea de Comandos (CLI), el usuario ‘habla’ con el ordenador mediante una serie de expresiones llamadas comandos, que son reconocidas por el sistema. Si la orden es correcta, la respuesta del ordenador es la ejecución del proceso. Si no lo es, la pantalla despliega un mensaje de error.
En los interfaces gráficos, el usuario habla y escucha a través de metáforas, un lenguaje visual que representa comandos, procesos y programas en forma de carpetas, iconos y barras de herramientas. Los más conocidos son los escritorios de Windows (Microsoft) y Mac OSX (Apple). En los entornos de software libre, los más populares son GTK+ (Gnome) y Qt (KDE).
Breve historia del GUI
La historia de la interfaz (o entorno) gráfica para un sistema operativo, con iconos y un cursor dirigido por un ratón, comenzó con los diseños de Douglas Englebart en 1968, pero la primera compañía en lanzarla al mercado fue Xerox en 1981 con su Sistema de Información Estrella 8010 o ‘Xerox Star’.
Ellos inventaron el lenguaje visual que utilizan la mayor parte de los ordenadores personales: carpetas, ventanas, puntero, etc. Apple recogió dicha idea y popularizó el sistema con ‘Apple Lisa’ en enero de 1983. Lisa introdujo conceptos brillantes que todavía utilizamos hoy, como el modo de navegar por el sistema de archivos de manera jerárquica y el ‘drag&drop’ (arrastrar y soltar) para mover documentos o copiarlos de unas carpetas a otras.
En 1987, Apple inició un pleito contra Microsoft y Hewlett-Packard por infracción de propiedad intelectual sobre el concepto de entorno gráfico
El ordenador fue un desastre estrepitoso, debido principalmente a su precio, pero el entorno gráfico no. Le siguió VisiOn, de VisiCorp, para ordenadores IBM a mediados de 1983, Macintosh en 1984, la primera versión de Microsoft Windows en 1985 y muchos otros. En 1987, Apple inició un pleito contra Microsoft y Hewlett-Packard por infracción de propiedad intelectual sobre el concepto de entorno gráfico, una guerra que perdió.
En los años 90, Windows se constituyó como el sistema operativo más popular del planeta. En l998, el mundo del software libre (históricamente asociado a los entornos de texto) aportó dos proyectos de entorno gráfico de usuario: Gnome y KDE. Junto con Mac OSX, introducido en el 2002, éstas son las interfaces gráficas alternativas a Windows más populares del mundo.
Pros y contras del GUI
Los entornos gráficos han sido determinantes a la hora de extender el uso de ordenadores a la población no especializada. Permiten arrastrar documentos, manipular la información o agregar datos en el sistema de manera rápida e intuitiva (es más fácil recordar un proceso asociado a una imagen que recordar el nombre de dicho proceso, a veces un poco abstracto y normalmente en inglés).
El margen de error es más pequeño, porque hay posiblidades de confundir un comando o deletrearlo mal. Sus detractores, sin embargo, critican su efectividad por dos motivos fundamentales: crean dependencias del usuario a programas y sistemas operativos concretos y obstaculizan el aprendizaje.
El usuario que depende de un entorno gráfico sabe mucho acerca de cómo funciona su interfaz; aquellos que prescinden de la metáfora, aprenden cómo funciona su ordenador
Aunque la tendencia habitual entre los diseñadores de entornos gráficos es imitar los entornos más populares para cada sistema operativo o programas especializados, la interfaz gráfica obliga al usuario a aprender una manera específica de manejar su ordenador y le resulta difícil probar nuevos sistemas y programas, porque tiene que desaprender lo aprendido y empezar otra vez. La línea de comandos es la misma en todos los sistemas, los entornos gráficos varían de un sistema a otro, de un programa a otro.
Además, hay quien considera que la interfaz es un muro artificial entre la computadora y su usuario, que obstaculiza en lugar de facilitar la relación entre ambos. El usuario que depende de un entorno gráfico sabe mucho acerca de cómo funciona su interfaz. Aquellos que prescinden de la metáfora, aprenden cómo funciona su ordenador.