Los trasteros o sótanos suelen ser estancias ciegas. No siempre les llega luz natural, ni ventilación. Por ello, en estos casos, puede ser recomendable instalar un tragaluz. Hay modelos especiales con forma de tubo que iluminan los cuartos más bajos y aquellos que carecen de ventana. Su funcionamiento se basa en un sistema que capta la luz solar y la envía al interior.
El tragaluz se puede instalar en tejados planos e inclinados o en otro tipo de cubierta. Desde ahí, se conecta a la zona que se desea iluminar a través de una estructura tubular. Existen piezas capaces de sortear cualquier obstáculo. Son codos que se orientan hacia varias direcciones para recoger el máximo de luz posible, incluso en los días nublados.
Estos tubos suelen ser de aluminio. De acuerdo a sus dimensiones, iluminan un espacio mayor. Llegan a abarcar hasta 10 metros cuadrados. Los modelos más pequeños se recomiendan en baños o habitaciones, mientras que los más amplios se reservan para sótanos o habitaciones grandes.
Accesorios
Suelen estar equipados con una tapa que se abre para regular la entrada de aire y luz
Para garantizar la seguridad la vivienda, estos tragaluces disponen de mecanismos especiales, como barras, que evitan la entrada de extraños y el riesgo de caídas al interior. Además, suelen estar equipados con una tapa de apertura manual o eléctrica para regular la entrada de aire y luz.
Por otro lado, si se quiere aumentar la cantidad de luz, algunos modelos cuentan con dispositivos especiales que se conectan a la red eléctrica. De este modo, se consigue luz artificial para iluminar el ambiente de noche o se suple la falta de luz natural.
La mayoría de los sótanos carecen de iluminación o ventilación natural. Por este motivo, las rejillas se emplean a menudo en espacios bajos. Aunque no siempre llega la luz a través de ellas, sí es posible ventilar la estancia con el aire que se cuela. Por su parte, cuando sea posible instalar una ventana, será conveniente hacerlo para conseguir luz y ventilación naturales.
