A la hora de comprar una vivienda o de construirla por cuenta propia, en la mayor parte de las ocasiones hay factores que suelen pasar desapercibidos y, sin embargo, se constituyen como elementos fundamentales para disponer de un hogar ecológico, tales como: los materiales de construcción, los mecanismos para ahorrar agua, la propia orientación de la edificación o el uso de sistemas de energías alternativas, entre otros puntos. Teniendo en cuenta todas estas pautas utilizadas por la arquitectura bioclimática se podrá disfrutar de una casa barata y, sobre todo, respetuosa con el medio ambiente.
En las próximas líneas se resumen brevemente algunas de las claves para cumplir con las condiciones necesarias en toda casa ecológica:
– Emplazamiento. En este primer punto es conveniente el asesoramiento de un arquitecto, si es ecológico mucho mejor. Algunas personas recurren también a un radiestesista, el cual se encargará de hallar posibles fallas geológicas, aguas subterráneas, entre elementos. Como recomendación general hay que tratar de evitar terrenos industriales y ruidosos, así como la proximidad de líneas de alta tensión. Por otro parte, la fórmula más indicada consiste en ubicar las estancias más utilizadas y de uso común orientadas hacia el sur.
– Exteriores. Es aconsejable emplear materiales lo más naturales posibles, tales como ladrillos cerámicos, madera, adobe y piedra, entre otros. Y descartar aquellos como el hormigón armado, aluminio, cemento y aditivos químicos sintéticos.
– Energía. Hay múltiples alternativas para generar energía y otros recursos en el hogar sin apenas dañar el entorno. Por ejemplo, las placas solares fotovoltaicas son una excelente opción para producir electricidad, mientras que recurrir al uso de los colectores solares térmicos puede servir para calentar el agua, entres otras opciones.
– Economizar y ahorrar agua. Dados los problemas de escasez del preciado líquido, cualquier medida centrada en el ahorro del agua puede ser buena. Así, la instalación de diversos depósitos puede servir para sacar el máximo partido al agua de la lluvia. Para el riego se puede emplear el agua residual, una vez depurada. Además tampoco hay que dejar de lado los sistemas economizadores de consumo en grifos, cisternas y demás variedades.
– Aislantes. Tanto las fibras vegetales como el corcho se presentan como muy buenas variantes para proceder al aislamiento de la vivienda. Así, hay que descartar el empleo de sistemas de poro cerrado y las pinturas plastificantes tanto para las paredes como para el techo, dado que no favorecen la respiración del propio edificio.
– Decoración interior. La madera certificada, procedente de explotaciones sostenibles, es la elección más adecuada. Además, estas maderas se pueden tratar con barnices y aceites ecológicos.
– Electricidad. La recomendación general radica en no emplear cables con PVC, con el fin de reducir la emisión de gases tóxicos y humos, aparte de impedir que las llamas se propaguen en caso de incendio.
– Ventilación. La solución más acertada consiste en ubicar las ventanas enfrentadas para facilitar las corrientes de aire. Ventilar así también es aconsejable durante la época invernal para eludir la acumulación de elementos tóxicos.
– Calefacción. Aunque existen más alternativas, los acumuladores nocturnos apoyados por la energía solar fotovoltaica se presentan como uno de los sistemas más efectivos.
– Electrodomésticos. La premisa se concentra en emplear aquellos de bajo consumo, que no produzcan ni ondas electromagnéticas ni tampoco emitan gases nocivos; que dispongan de una toma de tierra en perfectas condiciones; y, por último, cuyos elementos envolventes sean naturales.
– Pintura. El requisito indispensable reside en que ésta sea natural o que, por lo menos, no contenga sustancias tóxicas. Actualmente, en el mercado se puede encontrar una amplia variedad de pinturas ecológicas. Las más recomendables son las que contienen silicato por sus mayores beneficios para la salud, por su fácil limpieza y por su elevado índice ecológico.
– Tuberías. Las compuestas por polipropileno son la mejor opción, dado que son más resistentes al calor, a los ácidos y detergentes, además de ser poco inflamables.
– Desagües. Mientras que los conductos de saneamiento de pequeño diámetro son de polietileno alta densidad (PEAD), los de mayor diámetro pueden ser de cerámica con conexiones de caucho.
– Vegetación. Tanto en el interior como en el exterior de la vivienda juega un papel importante puesto que permite reducir los efectos de la contaminación del ambiente y de los ruidos, aparte de contribuir a un mayor confort en el apartado climático y térmico.