Con el paso del tiempo es posible que las inclemencias climatológicas y el propio uso lleguen a deteriorar la puerta de su vivienda. Para solventar el problema, lo primero que hay que hacer es decapar con un producto específico la capa decorativa de la madera, bien sea pintura o barniz.
Una vez tengamos la madera de la puerta a la vista procederemos, si es posible, a retirar sus partes metálicas con el fin de limpiarlas y evitar que las manchas de oxidación hagan acto de presencia, o retirarlas si ya han aparecido.
Lije bien la madera y compruebe que ésta no ha sido atacada por ningún tipo de plagas. Si quiere acentuar su veteado puede rasparla con un cepillo de púas en dirección del mismo. Rellene con pasta de madera las grietas y rayones que presente y, si es preciso, retire las partes atacadas por el agua, sustituyéndolas por nueva madera .
Decore la madera aplicándole una capa de tapaporos, una de imprimación y una de barniz o pintura del color elegido. Una vez seca podrá encerar su superficie. Para limpiar las partes metálicas de la puerta deberá quitarles el óxido con un cepillo de púas. Es recomendable realizar el proceso tras haber aplicado la capa de cera, aplicando mayor cantidad alrededor de los herrajes, de forma que la madera no se ralle.
Limpie los herrajes con un trapo empapado en petróleo o aplíqueles un producto decorativo que permite ser utilizado directamente sobre el metal oxidado, sin necesidad de limpiarlo. Este producto oculta el óxido a la vez que facilita la decoración de la pieza e impide que se vuelva a oxidar. Una vez limpios los herrajes es recomendable abrillantarlos.