La tercera crisis económica para muchos niños y adolescentes
La inflación actual tiene sobre todo impacto en los hogares en situación de pobreza, dado el incremento del coste de productos básicos. No hay productos sustitutivos más baratos a los que acudir porque precisamente son estos lo que más están subiendo. El fuerte aumento del precio de los productos en papel, de un 23 %, unido a la inflación de los alimentos, repercute en el coste de los libros, el material escolar o los servicios de comedor.
Y ante esta situación, UNICEF defiende garantizar la gratuidad de los artículos y servicios relacionados con la educación obligatoria —como libros de texto, comedor o transporte escolar—, en especial para los hogares con menos ingresos. De esta manera, las familias no tendrán que endeudarse y este coste no supondrá un obstáculo para el ejercicio del derecho a la educación. Además, es necesario mantener el incremento de la dotación para becas y ayudas al estudio, ampliando su alcance y los criterios de equidad en su concesión.
Porque la educación no solo sirve para aprender, sino también para gestionar, proteger y mitigar riesgos a la infancia y su entorno. El sistema educativo ofrece un apoyo fundamental para mantener a los niños, niñas y adolescentes protegidos a través de la creación de oportunidades de aprendizaje, la oferta de comidas escolares o cuando sea necesario, asegurando que las familias más vulnerables tengan acceso a servicios más especializados.
Esta nueva crisis económica es la tercera que sufren ya muchos niños, niñas y adolescentes y, como agentes de cambio que son, debemos proteger sus derechos y su futuro. Las escuelas hoy son el espacio más efectivo para asegurar su bienestar integral.
Bienestar emocional y la salud mental del alumnado
Además, un curso más, nos encontramos otros retos como el bienestar emocional y la salud mental del alumnado. Los niños, niñas y adolescentes deben aprender en entornos seguros, protectores e inclusivos. Hay que tener en cuenta a los grupos especialmente vulnerables, como las víctimas de violencia, las familias en riesgo de pobreza o la infancia migrante y refugiada.
Con un rol muy importante en la prevención y detección de la violencia en el ámbito escolar nos encontraremos este curso con la figura del coordinador de bienestar y protección en todos los centros educativos, según establece la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI). Y, de cara a su implementación, desde UNICEF se han realizado una serie de recomendaciones para poder avanzar de forma sustantiva en la garantía del derecho a la protección de la infancia en y desde la educación.
Vuelta al cole de niños y niñas ucranianos
Asimismo, otro desafío apuntado es la educación de la infancia refugiada, debido a obstáculos como la barrera lingüística o la falta de materiales adecuados. Con la llegada de niños y niñas ucranianos debido a la guerra en este país, UNICEF España advierte de que la situación socioeconómica de las familias ucranianas que ya estaban en nuestro país y que han acogido a compatriotas es cada vez más vulnerable, algo que también repercutirá en la escolarización de los niños y niñas. Por ello, aunque la respuesta para la escolarización ha sido ágil y positiva, sigue siendo necesario contar con recursos adicionales para facilitar y garantizar la protección social de estas familias.
Si miramos hacia Ucrania, la guerra ha empañado el comienzo de un nuevo curso para los cuatro millones de niños y niñas en edad escolar. Tratan de regresar a sus escuelas, muchas de ellas dañadas durante la guerra, con historias de destrucción, sin saber si sus profesores y profesoras, y sus amigos y amigas, estarán allí para darles la bienvenida. Muchos padres y madres dudan en enviar a sus hijos e hijas a la escuela, sin saber si estarán a salvo.
UNICEF está trabajando con el Gobierno para ayudar a que los niños y las niñas de Ucrania retomen su aprendizaje, bien en las aulas cuando estas se consideren lugares seguros, o a través de alternativas online, o en las propias comunidades, cuando no sea posible la presencialidad.
Debemos tener presente la Iniciativa Mundial para Escuelas Seguras (WISS) y respetar la Declaración de Escuelas Seguras, que es un compromiso político intergubernamental para proteger al alumnado, profesorado, escuelas y universidades en situaciones de conflictos armados, y fomenta la seguridad escolar a nivel mundial.
Porque las instalaciones educativas deben ser un espacio seguro donde los niños, niñas y adolescentes puedan estar protegidos de amenazas y crisis, y un refugio donde puedan aprender, jugar y desarrollar todo su potencial.