En 2021, 175,6 millones de personas en 45 países o territorios se vieron afectadas por crisis alimentarias. A falta de un par de meses para acabar este año, se prevé que la cifra aumente hasta los 205,1 millones en 2022. Son muchos los factores que provocan las crisis alimentarias. Los diversos conflictos que obligan a miles de familias de todo el mundo a abandonar sus hogares y convertirse en refugiados y refugiadas son uno de los principales motivos. Pero hay muchos otros que se suman a este para agravar aún más la situación.
Guerra en Ucrania
Guerras como la que estamos viviendo hoy en Ucrania no solo traen graves consecuencias para las personas que viven en este país, sino que también está provocando que los precios de muchos alimentos básicos aumenten de manera drástica, ya que Ucrania genera gran parte de los cultivos de cereales, como el trigo, que se exporta en su mayoría a Europa y África.
Rusia, la otra parte implicada en este conflicto, también es uno de los mayores países productores de cereales del mundo. Las sanciones y bloqueos que se le están imponiendo a día de hoy por la invasión de Ucrania también traen consigo la subida de precios de muchos alimentos en todo el mundo. Por supuesto, los países más afectados serán los que se encuentran es vías de desarrollo, ya que para ellos estas subidas de precios no podrán ser asumidas en muchos casos.
Cambio climático
A lo anterior debamos sumar un factor que está causando enormes estragos a lo largo y ancho del planeta: el cambio climático. Somalia es el segundo país del mundo más vulnerable al cambio climático, y este país del cuerno de África está sufriendo la peor sequía de los últimos 40 años. Las consecuencias de esto son devastadoras con el territorio y las familias que sobreviven gracias a la agricultura y la ganadería, que es más de la mitad de la población.
Sin agua no se puede cultivar la tierra y alrededor de tres millones de cabezas de ganado han muerto de hambre y sed. Las personas no lo están pasando mucho mejor que los animales; junto con el hambre y la sed, la falta de agua también trae enfermedades, como la diarrea, convirtiéndola en casi intratable por la falta de medicinas y agua potable.
La sequía, solo este año, ha obligado a más de 755.000 personas a desplazarse en Somalia. Miles de personas en Somalia se han visto obligadas a huir de sus hogares en busca de ayuda humanitaria, incluyendo alimentos, refugio y agua potable. Dentro de Somalia, más de un millón personas se han visto obligadas a desplazarse internamente debido a la sequía.
Cocinar una vez al día
Personas como Fathi Mohamed Ali, que vive en el asentamiento de Dolow creado por las autoridades locales, y que cuenta con un sólo grifo para miles de personas, se siente afortunada de lograr que el único bidón de agua que tiene le dure todo un día. Cocina una vez al día y sabe que otros no tienen tanta suerte.
«Quien se encuentra en mejores condiciones cocina una vez al día. Hay personas que viven con hambre durante tres o cuatro días [porque] no tienen con qué cocinar. Hace poco murieron niñas y niños por hambre o diarrea», relata.
Esta es la realidad para muchas personas en Somalia, pero no solo allí sufren las consecuencias del hambre. Uno de los problemas más graves a los que se enfrentan los niños y niñas refugiadas a día de hoy en todo el mundo es la pobreza y la desnutrición infantil. El 45 % de las muertes de niños hasta los 4 años está causada por el hambre.