En el mercado existen diferentes modelos de alfombras. Las hay de varios tamaños, con dibujos más o menos originales, de tejidos clásicos como la lana o innovadores como el papel… Pero ahora, además, hay alfombras inteligentes capaces de reconocer la identidad de quienes apoyan sus pies sobre ellas. Estas alfombras cuentan con un dispositivo electrónico de tecnología wireless (acceso inalámbrico) que percibe una señal cada vez que alguien las pisa. Gracias a esta señal, pueden contar el número de personas que cruzan en ambos sentidos y detectar la presencia de extraños cuando la señal que se emite difiere de la estándar.
Hasta ahora, las alfombras se han distinguido por hacer más cómoda la pisada, aislar del frío o aportar una nota de color a la casa. Funciones habituales, más allá de la estética, que se han contagiado de las nuevas tecnologías para ofrecer un producto más completo, con posibilidades inimaginables hace algunos años. La industria textil da paso a una nueva generación de alfombras, las denominadas «inteligentes», capaces de contar el número de personas que pasan sobre ellas y reconocer a los intrusos.
«Es capaz de reconocer personas, contarlas y transmitir esa información a un sistema informático a través de un chip
Su invención está relacionada con la aplicación de la domótica en el hogar y pretende ser un elemento más de seguridad, ya que sirve como alarma ante la entrada de extraños. Por esta razón, es especialmente útil en comercios u hoteles, aunque su uso doméstico también resulta muy ventajoso. Con ella, los propietarios de una casa pueden detectar al momento la presencia de personas ajenas en el hogar.
«Es capaz de reconocer personas, contarlas y transmitir esa información a un sistema informático a través de un chip», explica Eduardo Díaz Más, gerente de UNIFAM (Unión Nacional de Fabricantes de Alfombras, Moquetas, Revestimientos e Industrias Afines y Auxiliares), que trabaja con la Asociación de Investigación de la Industria Textil (AITEX) en el perfeccionamiento de este producto bautizado con el nombre de «Aladin».
Cómo funciona
Las alfombras inteligentes recurren, para su funcionamiento, a un conjunto de estructuras textiles y electrónicas que actúan ante estímulos externos. Cuando una persona pisa la alfombra, automáticamente se emite una señal que llega a un sistema central y activa la función que se haya seleccionado.
Al pisar la alfombra se puede encender una luz o activar una cámara de vídeo que envíe una señal de imagen al teléfono móvil del propietario de la casa
Puede ser que tras la pisada se encienda una luz, se abra una puerta o se active una cámara de vídeo que envía una señal de imagen al teléfono móvil del propietario de la casa. «Podemos estar en el trabajo y recibir una alerta en el teléfono que nos avisa de la entrada de un extraño en casa. Hay tantas aplicaciones como necesidades», detalla Díaz Más.
En cuanto al funcionamiento, se ha resuelto que la alfombra no requiera ningún tipo de suministro eléctrico, sino que se sirva de una batería propia y un sistema de almacenamiento de datos, que son transmitidos a una central. Además, está previsto que este sistema se adapte a cualquier alfombra, independientemente del tejido o las dimensiones.
Sea inteligente o no, a la hora de elegir una alfombra hay que evitar colocarla cerca de otras con motivos y colorido diferentes. Lo primero que se debe tener en cuenta es el tamaño de la superficie que se desea cubrir y el material más adecuado para la estancia. Si se trata de un lugar muy transitado, es preferible que la alfombra sea de colores oscuros y que el tejido sea duradero.
Si se trata de un lugar muy transitado, es preferible una alfombra de colores oscuros y tejido duradero
Respecto al diseño, es conveniente elegir un dibujo y un color que combinen con el resto de la decoración: cortinas y cojines, sobre todo. Lo más común es colocar una alfombra en el centro de la estancia, ya que implica una mayor comodidad. Se deben evitar las alfombras de tamaños diferentes para una misma habitación.