La única recompensa que obtiene un trabajador que es despedido sin causa, por decisión única de la empresa, es la indemnización. En España, el año pasado esta compensación alcanzó una media de 14 mensualidades, en comparación con las dos de promedio que dieron los países miembro de la Unión Europea. Sin embargo, es posible que esta diferencia entre España y los demás países no dure mucho más, en perjuicio de los empleados con contrato indefinido.
La «esperanza de vida» de las indemnizaciones en nuestro país podría acortarse drásticamente a raíz de un informe elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
La «esperanza de vida» de las indemnizaciones en nuestro país podría acortarse drásticamente a raíz de un informe elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)Así, en el informe «Objetivo Crecimiento 2007», el llamado ‘club de los países desarrollados’ preconiza que el desequilibrio actual entre ricos y pobres en España podría reducirse si se abarataran los costes de las indemnizaciones por despido en los contratos indefinidos. Los autores del análisis no sólo consideran elevadas las compensaciones que se dan en España por despido, sino que también aseguran que se ha segmentado el mercado de trabajo, con un efecto negativo sobre el crecimiento de la productividad, situación que pone en peligro el acceso laboral de los jóvenes.
La hora de las cotizaciones individuales
Para lograr una mayor flexibilización del sistema laboral, este organismo internacional propone establecer sistemas de empleo equitativos con contratos permanentes que establezcan un término medio entre el contrato fijo y el eventual. Esta propuesta, inspirada en el modelo austríaco, intenta evitar que los costes por despido sean imprevisibles para la empresa y que se asegure al trabajador garantías de ingresos suficientes para la supervivencia y la reinserción laboral.
Con el objeto de reducir los costes del despido de los trabajadores estables, la organización propone que se pida a los trabajadores que hagan contribuciones relacionadas con los beneficios de la empresa en una cuenta específica para indemnizaciones. En caso de ser despedido, el trabajador podrá beneficiarse de los ingresos de esta cuenta. Una iniciativa que contempla que la indemnización por despido se estipule a partir de la antigüedad del trabajador en el mercado de trabajo y no únicamente en la última empresa.
Hacia una mayor desprotección social
Sobre este modelo recomendado por la OCDE, Melina Perugini Kasanetz, de la Asociación Nacional de Abogados Laboralistas, considera que si se abaratara mucho el despido, como sucede en otros países de la UE, el mercado de trabajo «se volvería enormemente competitivo y se crearían nuevas situaciones de desprotección social».
Desde el punto de vista de la abogada laboralista, el efecto que podría causar la aplicación de esta medida repercutiría de forma negativa en las familias. «El sector del seguro privado se vería enormemente reforzado porque los trabajadores tendrían que tener previsto que en cualquier momento pueden perder su empleo y quedarse sin respaldo», conjetura.
Una gran parte de los trabajadores españoles mantiene la ilusión de obtener un contrato indefinido no sólo por la seguridad que ofrece, sino porque ante un despido la compensación económica en materia de indemnización es mayor.
España es, junto a Francia y Alemania, el país que más protege el empleo fijo en Europa. En la actualidad, el trabajador español con contrato indefinido que es despedido debe ser indemnizado legalmente con una cuantía equivalente a 45 días de salario por año trabajado, hasta un máximo de 42 mensualidades.
En los contratos eventuales, en cambio, se reconoce el derecho a una indemnización de ocho días de salario por año trabajado, aunque algunos convenios colectivos suelen mejorar la cuantía de la indemnización aumentando el número de días compensables.