Imagen: Eli Hodapp
Iluminar adecuadamente una vivienda o cualquier otro edificio no supone simplemente elegir unas buenas luminarias. Lo más importante es, de entrada, tener muy claras las necesidades de luz de cada espacio y cada área de trabajo, así como saber si se quiere destacar o dotar de personalidad algún detalle. Hay que responder a tres preguntas: qué hay que iluminar, cómo y con qué elementos.
Una vez definidas las necesidades convendrá pensar cuál será la mejor fuente de luz en cada caso. Es recomendable dejarse aconsejar por un especialista que explique las características de cada una y valorar ciertos aspectos como su coste, la adquisición de repuestos y el consumo eléctrico.
Así, por ejemplo, en el salón, y otros lugares en donde se acostumbra a estar durante bastante tiempo, no es confortable disponer de una sola lámpara en el centro del techo para alumbrar el recinto. Como norma general, se suelen considerar tres tipos de iluminación:
- Iluminación general o de ambiente: es la que proporciona la luz que se precisa para desplazarse y realizar tareas. Ha de procurarse que sea uniforme y sin sombras
- Iluminación de trabajo: la luz debe ser uniforme pero de mayor intensidad en aquellos lugares específicos donde se realicen tareas que requieran mejores condiciones de visibilidad.
- Iluminación de destaque: deberá ser mucho más intensa que la general y estar dirigida y concentrada en puntos de interés específicos como cuadros, fotos u otras obras de arte.
Disponer de estas capas de iluminación proporcionará a los usuarios la posibilidad de utilizarlas simultáneamente o de efectuar las combinaciones que mejor se adapten a diferentes momentos o situaciones.
Elección y emplazamiento
La decoración del ambiente se ve afectada en gran medida por la elección de las luminarias. Por tanto, también es aconsejable tener en cuenta a la hora de escoger una lámpara, aplique o foco, si se encuentra ‘en sintonía’ con el estilo del entorno. Una vez que se cuenta con el elemento adecuado hay que emplazarlo en el sitio más idóneo, en un lugar donde no se hagan sombras para obtener un resultado óptimo. Cada una de las distintas estancias de un edificio presenta características propias y, en consecuencia, requiere de soluciones lumínicas diferentes. La ayuda de un técnico en luminotecnia puede ser muy valiosa sobre todo para crear la sensación de espacios más grandes, disimular fallos en suelos y paredes y concentrar la atención en un solo punto de la vivienda.
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