Imagen: Mada
La siembra es una de las actividades más antiguas de la humanidad, sin embargo todavía puede aportar grandes beneficios en lo que al ahorro se refiere. Por ejemplo, una planta mediana de limonero puede llegar a costar unos 40 euros, mientras que una bolsa de semillas se consigue a partir de los 5 euros. No se trata de invertir largas jornadas en la horticultura, sino más bien de adquirir semillas de algunas variedades vegetales en lugar de comprar la planta ya crecida, con el fin de ahorrar dinero y, de paso, dedicar un tiempo de ocio a los aficionados a estas tareas. Los costes pueden reducirse hasta en un 50% con varias ventajas añadidas: la siembra permite elegir la mezcla de variedades y se pueden obtener más plantas con menos inversión graduando la cantidad de pepitas a cultivar.
Rentabilizar el jardín
Las diferencias de precios entre comprar una planta en el vivero y plantarla uno mismo se aprecian en las especies frutales o en las de interior, que se consiguen a partir de los 20 euros. Las plantas pequeñas, en cambio, no muestran demasiada diferencia con respecto a las semillas.
Por ejemplo, en el caso de las especies de flores como la petunia, la maceta con un ejemplar de unos pocos centímetros cuesta entre 2 y 3 euros, frente a 1,50 euros que cuesta la bolsa de semillas. Aquí, si bien el rendimiento del lote de semillas es mayor, la diferencia en la inversión inicial no es demasiado significativa. Pero si se trata de crear un huerto, una buena opción es adquirir en semilleros, viveros o grandes almacenes, packs de semillas de más de 50 unidades. Para ello, basta con conocer algunos precios: las bolsas con pepitas para obtener diferentes variedades de pimientos rondan los 20 euros; el tomate se posiciona desde los 10 euros, y la sandía y el melón, entre los 2 y los 25 euros, dependiendo de la variedad. Las de zanahoria, espárragos, cebolla, judías, berenjenas y brócoli, por ejemplo, se consiguen por 2 euros aproximadamente.
Plantas de poco cuidado
Con el fin de conocer cuáles son las plantas más convenientes para el jardín o el balcón, es necesario determinar cuánto tiempo se dedicará a su cuidado y las condiciones del lugar en el que se instalarán. No vale la pena invertir en una planta si al cabo de tres días va a perecer por falta de agua o de sol.
Si no se dispone de demasiado tiempo o no se es un amante de la «vida vegetal», será ventajoso adquirir plantas que no necesiten demasiada agua. Las especies mediterráneas, por ejemplo, son resistentes a la falta de humedad. Entre las más conocidas se encuentran la begonia, el crisantemo, la anémona y los alelíes. Otros ejemplares son el lirio, el geranio, la lavándula y la caléndula. Su precio ronda entre los 3 y los 8 euros por planta -con maceta para transplantar- y sus semillas se consiguen aproximadamente por 2,50 euros. También se pueden encontrar arbustos que requieren poco riego. Una de las matas más habituales en los jardines de la zona mediterránea es la buganvilla, que tiene follaje durante todo el año.
La maceta más adecuada
Otro de los factores para tener en cuenta para rentabilizar el jardín es elegir una maceta adecuada. El tamaño del recipiente debe ser proporcional al volumen de la planta. Si la especie vegetal es grande necesitará espacio para crecer, pero si es pequeña, como un cactus, no será imprescindible utilizar una maceta demasiado amplia.
Para lograr una armonía en el jardín el tipo de recipiente es significativo. Los más aconsejables para transportar, y también por su durabilidad, son los tiestos de plástico. Son económicos pero presentan la desventaja de que se decoloran con el sol. Las macetas de terracota, por su parte, son estéticamente más bonitas, aunque pueden llegar a costar más de 50 euros y se rompen con el frío extremo. Las de barro son recomendables para plantas que no necesitan riego, y son muy frágiles y pesadas.
Una opción intermedia son las «hidrojardineras». Se trata de macetas que llevan incorporado un pequeño recipiente en el fondo, en donde se coloca el agua: de esta manera las plantas absorben por sí mismas la cantidad de líquido necesaria durante semanas. Son muy recomendables cuando se ha de realizar un viaje y no se dispone de nadie para que se encargue del jardín. Su coste ronda los 100 euros de media.
Con el fin de ahorrar dinero y tiempo es importante tener en cuenta los siguientes consejos:
- Comprar en pequeñas cantidades: la mejor opción para crear el propio jardín es comenzar a adquirir las semillas poco a poco. Una vez que se consiga una experiencia mínima, se podrá incrementar la cantidad de variedades.
- Incorporar tierra fértil: las especies mediterráneas no necesitan una tierra demasiado fecunda, pero si se desea un óptimo crecimiento se puede adquirir en los viveros. Los abonos, ya sean caseros o comprados, han de ser de buena calidad.
- Agrupar las especies similares: es importante agrupar las plantas de especies similares, ya que necesitarán los mismos cuidados y así se ahorrará tiempo. Las flores, en general, necesitan gran cantidad de sol y mayores cuidados que las demás especies.
- Aprovechar las ofertas: al final de temporada a las plantas también se les aplican rebajas y se puede sacar provecho de las reducciones.
- Constatar la fecha de caducidad: siempre que se compren semillas se ha de verificar la fecha de caducidad del producto. Si están envejecidas no germinarán.
- Sembrar en la época adecuada: el momento de la siembra estará indicado en la bolsa. Generalmente es en primavera o verano, pero hay especies que se pueden sembrar durante todo el año. Si se realiza en invierno se puede acondicionar un sitio de la casa como pequeño invernadero e incluir un poco de calor y luz artificial.