Imagen: Steven Taschuk
El estilo y diseño de la casa en donde se quiera instalar la puerta del garaje, también llamada ‘trasera’ y ‘portón’, definen muchas veces el modelo más adecuado. Los materiales y el tipo de apertura y cierre adecuados, de acuerdo con el tamaño del garaje y altura del techo, son algunos de los parámetros para tener en cuenta en el momento de evaluar costes y resultados.
Por otra parte, estos artículos se conciben como complementos arquitectónicos de las fachadas, lo que también incide en la decisión (por ejemplo, se podría elegir una puerta de nogal tallado, que se puede encontrar en el mercado de segunda mano por 6.000 euros). Los materiales más comunes en la fabricación de portones automáticos son el hierro galvanizado, el hierro forjado, el aluminio y la madera. También se utiliza la fibra de vidrio para fabricarlos, aunque no ofrecen tanta duración, resistencia y seguridad como los otros.
Precios
Es difícil determinar el coste que tendrá una de estas puertas si no se tiene claro los detalles de la obra en sí. Los precios varían según las dimensiones, funcionalidad, hechura, diseño y tipo de motor de apertura y cierre. Por otra parte, la oferta de los fabricantes incluye diversos accesorios (como luces y motores para automatización o kits de rayos infrarrojos para evitar cierres imprevistos) que condicionan el precio total.
Los materiales más comunes en la fabricación de puertas de garaje automáticas son el hierro galvanizado, el hierro forjado, el aluminio y la madera
Las puertas batientes (que se abren a 90 grados) manuales de madera pueden encontrarse nuevas por alrededor de 1.500 – 1.700 euros, en maderas que no sean nobles. La diferencia de precio con una buena madera como el iroco, puede ser de 700 euros a 1.000 euros más.
En cuanto a las automáticas, la diferencia de precio con las manuales suele ser de 800 y 1.400 euros más. La variación dependerá del peso que soporte el motor, y por lo tanto, del material y medidas con que esté elaborado. Las puertas de hierro forjado y maderas duras requerirán más potencia, lo que encarecerá el producto en sus versiones automáticas.
Puertas usadas
El mercado de segunda mano suele ofrecer interesantes alternativas, pero con la salvedad de que es difícil encontrar las medidas justas según cada caso. De todas formas, si se está haciendo una obra se pueden modificar las medidas levemente en función del portón elegido (de diseño o con cierta antigüedad).
Pero con la casa terminada, el mercado de segunda mano sólo es una opción viable si se consigue una buena oferta por una puerta más pequeña que la abertura, ya que siempre es posible agregar complementos para que se adecue a la medida exacta. En este caso, el gasto en la obra será algo mayor, pero puede valer la pena por una buena oferta de herrería artesanal antigua o madera tallada.
En Internet se encuentran ofertas desde 300 euros por un puerta de madera rústica que requiere una mano de pintura o de 2.100 euros por un portal de barras rectas de hierro e grandes dimensiones.
Tipos de apertura
Hay básicamente cuatro tipos de apertura que deben considerarse en función del espacio: puertas de enrollar con diferentes paneles que se van plegando en abanico (hacia arriba o a los costados); puertas ascendentes de panel único; puertas batientes, que se abren a 90 grados horizontales; y puertas corredizas.
Las de enrollar con diferentes secciones ahorran el máximo espacio posible al abrirse hacia arriba en dirección al techo quedando en paralelo a éste, por lo que se consideran un modelo adecuado para garajes pequeños cuyo techo no sea muy bajo.
Las corredizas de una pieza, por su parte, también son útiles en los garajes pequeños, ya que se deslizan sobre una guía por medio de ruedas de acero torneado y quedan pegadas a la pared. Éstas presentan la ventaja -respecto de las batientes- de que se deslizan por el perímetro del aparcamiento, con lo que ahorran espacio. Pero los portones que mejor funcionan para garantizar la seguridad a una casa son los levadizos automáticos, y los preferidos por la mayoría.
Un portón automático nuevo puede llegar a costar 1.400 euros más que uno manual. Sin embargo, en lugar de comprarlo automático de serie, es posible adaptar los viejos sin necesidad de realizar obras ‘aparatosas’. Habitualmente, los precios de venta de los motores incluyen su instalación. Basta con colocar un bastidor en el marco y el sistema de automatización. De esta manera, accionar un botón puede ser lo único necesario al llegar al garaje privado. Esta práctica, además de resultar más cómoda, es una medida de seguridad adecuada, ya que con buenas velocidades de apertura y cierre (que pueden alcanzar apenas cinco segundos), se reduce la exposición a los robos.
Un motor para puerta corredera, con una potencia de arrastre para 800 kilogramos puede adquirirse por 1.000 euros ya instalado. Y uno de puerta batiente con dos brazos para igual peso, por 1.200 euros.
Puertas inteligentes: más seguridad
Los mandos de las puertas automatizadas utilizan un sistema de códigos para “dar la orden” de abrir. Pero es fácil burlar estos códigos con aparatos que rastrean las frecuencias. Para evitar que personas ajenas a la casa escaneen los códigos se han creado mecanismos inteligentes que los modifican de forma automática cada vez que se cierra.
Otro mecanismo de seguridad son los “candados electrónicos”, que permiten al último usuario que entre en el garaje activar, mediante un botón instalado dentro de la casa, un cierre eléctrico difícil de sortear desde fuera. Por lo demás, hay complementos a la venta para portones, como el kit infrarrojo, que va conectado al motor. Se trata de un haz de luz “invisible” que recorre de una punta a otra la puerta: si detecta movimiento, bloquea la cerradura, con el fin de evitar daños en el vehículo.