El trillaje es muy similar al pladur; con él se pueden construir fácilmente muebles o estanterías. Los paneles de este material están confeccionados por dos capas de yeso laminado, entre las cuales se encuentra un alma celular de cartón confeccionada en forma de nido de abeja.
Este tipo de composición permite que los paneles sean consistentes, resistentes y a la vez ligeros, por lo que podemos trabajar con ellos con gran comodidad. También pueden emplearse para subdividir estancias o separar ambientes, siendo en este caso recomendable no construir tabiques de demasiada altura.
Estas planchas pueden ir fijadas a cualquier superficie de la vivienda (suelos, techos, paredes) mediante unos perfiles que se atornillan a ellas. Antes de fijar los perfiles a la pared realizaremos el diseño del mueble, estableciendo su altura, anchura y las distancias entre las distintas baldas, en función del tamaño de los objetos que queramos albergar en el interior.
Cortaremos los paneles a la medida deseada, empleando para ello una sierra especial para este tipo de materiales, y atornillaremos las baldas a los perfiles, a la altura preestablecida en el diseño preliminar.
Los laterales de los paneles que quedan a la vista y los perfiles se tapan con cinta y una pasta especial, que luego debe lijarse hasta conseguir un acabado de líneas rectas. No obstante en esta ocasión no se ha hecho así, con el objetivo de conseguir un aspecto rústico, gracias al acabado irregular que presenta la pasta no lijada. Si se desea, pueden colocarse en las esquinas del mueble unos paneles de plástico que imiten ladrillos, o unos con acabado en piedra, para darle un toque personal. Estos últimos apliques deben colocarse una vez hayamos lijado, si se desea, y pintado con pintura plástica el conjunto.
Si se prefiere otorgar al mueble una nota de color se puede colocar una cenefa autoadhesiva en el frontal de las baldas, o en el lateral del mismo. Si las paredes disponen de una, se puede valorar emplear la misma sobre ambas superficies para integrar el mueble en la estancia. Con este mismo objetivo puede pintarse el mueble del mismo color que el resto, o bien del color empleado para decorar las paredes de la habitación en la que vayamos a ubicarlo.