Las migraciones animales son uno de los fenómenos naturales más espectaculares de la naturaleza, que llevan a decenas de miles de especies a abandonar su hogar de maneras y por razones muy diversas. Sin embargo, los científicos están alertando de que las migraciones están desapareciendo ahora que se cuenta paradójicamente con más medios que nunca para estudiarlas y protegerlas.
Imágenes tan coloristas como la migración desde el norte de Canadá a México de la mariposa monarca, o cifras tan impresionantes como la del gaviotín o charrán ártico (Sterna paradisaea) que vuela entre 35.000 y 40.000 kilómetros entre el mar de Bering y el Océano Antártico, podrían tener los días contados. Los científicos subrayan que los animales lo tienen cada vez más difícil y peligroso para realizar estos viajes, lo que provoca un gran descenso en sus poblaciones.
Imagen: Brandon BankstonLos estudios de migraciones animales ofrecen datos cada vez más preocupantes. Imágenes tomadas mediante radar han demostrado que las migraciones primaverales de pájaros en el Golfo de México han disminuido en un 50% entre la década de los 60 y finales de los 80 del siglo XX. Gracias a registros históricos se sabe que los movimientos migratorios del ciervo canadiense y el antílope en la zona de Yellowstone, entre Canadá y Estados Unidos, han descendido un 60 y 80% respectivamente. Las espectaculares remontadas de los salmones del río Columbia se han reducido hasta en un 90%.
En algunos casos, incluso animales que realizaban desplazamientos tradicionalmente ya no se mueven de su hábitat, transformado totalmente por el ser humano. La migración de los ñús, que movían un cuarto de millón de cabezas a lo largo del desierto del Kalahari, en Bostwana, ya no se realiza desde hace 25 años, desde que el gobierno de aquel país instaló vallas para el ganado. Las gacelas de Sudáfrica dejaron también de hacer su peregrinaje en la década de los 60, mientras que los movimientos de los elefantes africanos han sido eliminados o muy dañados en muchas regiones.
Principales amenazas
Según David S. Wilcove, profesor de Ecología en la Universidad de Princeton y autor del libro «Sin retorno: El declive de las mayores migraciones animales del mundo», las principales causas de este problema son la destrucción del hábitat, los obstáculos físicos, la sobre-explotación y el cambio climático. Los daños al hábitat, una de las principales amenazas contra la biodiversidad en general, son especialmente nocivos en el caso de las migraciones, porque pueden ocurrir en cualquier parte de las rutas que utilizan los animales, lo que acaba afectando a todo el viaje.
Las principales causas de este problema son la destrucción del hábitat, los obstáculos físicos, la sobre-explotación y el cambio climáticoPor su parte, los obstáculos son cada vez más numerosos y peligrosos, desde presas hidroeléctricas, pasando por rascacielos, torres eléctricas y de telecomunicaciones, hasta vallas de todo tipo. Por ejemplo, Wilcove afirma que la ballena del Atlántico Norte, una de las primeras especies protegida como «Especie en Peligro» por Estados Unidos, se ha convertido en una «ballena urbana», al tener que viajar por una de las rutas comerciales marítimas más transitadas del mundo.
En cuanto al cambio climático, su potencial dañino para el equilibrio natural entre depredadores y presas empieza a conocerse. Por ejemplo, los científicos han atribuido el reciente declive en Holanda del ave papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca) a que las orugas que utilizan para alimentar a sus crías aparecen cada vez más pronto en primavera. Cuando estas aves llegan de África, ya no encuentran tantas orugas. Por su parte, estos insectos, al no tener a su depredador natural aumentan su número, produciendo daños en los bosques.
Por otra parte, los científicos están preocupados más que por el descenso de la población -en algunos casos el abundante número de ejemplares aleja los riesgos de extinción- por el hecho de que desaparezca el comportamiento migratorio y por lo tanto, por las consecuencias que puede traer al equilibrio natural.
Recuperación de las migraciones
La conservación y recuperación de los movimientos migratorios es una tarea muy difícil y costosa. Además de los clásicos inconvenientes de preservación del medio natural, se une el problema, especialmente en las migraciones de larga distancia, de las diferencias entre las leyes e instituciones de los diversos países que atraviesan.
No obstante, no se trata de una misión imposible, y de hecho, algunas migraciones se han conseguido restaurar. Por ejemplo, un grupo de expertos canadienses, denominado «Operación Migración«, ha conseguido que varios ejemplares de grulla blanca, en peligro de extinción, vuelvan a realizar su vuelo migratorio entre Estados Unidos y Canadá gracias a un curioso sistema. Mediante un avión ultraligero camuflado en forma de grulla adulta -incluso el piloto se «disfraza» para que pierdan el miedo a los humanos- y el sonido de estas aves, los investigadores consiguen atraer a los individuos jóvenes, viajando por su ruta habitual.
En cualquier caso, los científicos reclaman más esfuerzos para evitar la desaparición de las migraciones animales. Algunos investigadores proponen, además de las habituales tareas de protección del hábitat, la identificación y designación de corredores migratorios, así como un mayor estudio de estos fenómenos. En este sentido, la tecnología puede ser un valioso aliado. Por ejemplo, Martin Wikelski, de la Universidad de Princeton, ha conseguido instalar diminutos sistemas de radio control en libélulas, cuyas razones y rutas migratorias son todavía desconocidas.
Las migraciones cumplen diversas funciones según la especie que las realiza. Entre las razones más comunes se encuentra la búsqueda de condiciones climatológicas más favorables o de zonas propicias para la reproducción, la huida de sus predadores, o la localización de alimentos.
El instinto, en el que intervienen diversos mecanismos neurofisiológicos heredables y adquiridos mediante selección natural, parece ser lo que mueve a estos animales a emprender sus viajes. En muchas ocasiones, determinados acontecimientos como las estaciones o las fases de la luna parecen marcar el calendario de las mismas.
En cuanto a los sistemas de orientación para llegar a su destino, y atravesar en ocasiones miles de kilómetros, continúan siendo en general un misterio. Se cree que varias especies de pájaros y tortugas marinas siguen rutas invisibles creadas por el campo magnético terrestre. Otros animales se basan en marcas naturales como sierras montañosas, bordes costeros, el Sol o las estrellas, mientras que el olfato parece guiar a animales como el salmón, capaz de reconocer el río en el que nació.