Imagen: Hannah and Simon
El próximo 1 de marzo entrará en vigor el nuevo Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE). Entre otras novedades, esta normativa afecta a las calderas de gas. El objetivo del Reglamento es contribuir a la mejora de la calidad del aire en las ciudades y «añadir elementos en la lucha contra el cambio climático». Por esta razón, la normativa fomenta la instalación de calderas que permitan reducir la emisión de contaminantes.
La entrada en vigor del RITE afecta a la incorporación de nuevos subsistemas de climatización o de producción de agua caliente sanitaria, la sustitución o ampliación de los equipos, el cambio de tipo de energía utilizada y la incorporación de energías renovables. Esto supone que, en general, cualquier cambio en la instalación térmica del hogar deberá ajustarse a la nueva normativa, sin que sea necesario cambiar la antigua caldera por una nueva si ésta funciona correctamente.
Consiguen un ahorro de hasta el 30% en el consumo de energía y reducen hasta en un 70% las emisiones de óxido de nitrógeno y dióxido de carbono
En cuanto a las calderas, los aparatos que mejor responden a los requisitos fijados por el RITE son las calderas de condensación. Esta tecnología aprovecha el vapor de agua que se produce en los gases de combustión y lo devuelve en estado líquido. En una caldera convencional, este vapor de agua se pierde por la chimenea o salida de humos, pero en las de condensación se convierte de nuevo en energía.
En comparación con las calderas convencionales, gracias a esta tecnología se consigue un ahorro de hasta el 30% en el consumo de energía y se reducen, hasta en un 70%, las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) y dióxido de carbono (CO2). Los resultados son importantes tanto en sistemas de calefacción de suelo radiante como en radiadores.
El principal inconveniente es su precio. Algunos modelos pueden costar el doble que las calderas convencionales, si bien la inversión se rentabiliza antes, ya que al reducir el consumo se consigue reducir también la factura de gas. En definitiva, las calderas de condensación se caracterizan por sistemas de funcionamiento más eficientes, que contaminan menos, obtienen un gran rendimiento y respetan el medio ambiente.
Marcado de estrellas
El nuevo RITE establece también una fecha límite para la utilización de combustibles sólidos de origen fósil y la instalación de calderas cuyo rendimiento energético sea inferior al que marca la normativa. En concreto, las calderas que tengan marcado de prestación energética de una estrella quedarán prohibidas a partir del 1 de enero de 2010, mientras que las calderas con marcado de prestación energética de dos estrellas y las calderas de carbón se prohibirán a partir del 1 de enero de 2012.
Las calderas de una estrella quedarán prohibidas a partir de 2010, mientras que las calderas de dos estrellas y las de carbón desaparecerán a partir de 2012
El marcado de estrellas esta regulado en el Real Decreto 275/1995, que identifica las prestaciones energéticas de las calderas. De acuerdo a esta norma, llevan una estrella las instalaciones con un rendimiento a potencia nominal mayor o igual al 84% y dos, aquellas cuyo rendimiento es mayor o igual al 90%. No obstante, la normativa de las estrellas se derogó en Europa en el año 2005, por lo que es previsible la transposición de esta norma en el futuro y la modificación del RITE.
Respecto al mantenimiento de la instalación térmica, el RITE establece que es su titular o usuario quien debe garantizar el cumplimiento de la normativa. Así, hay que utilizar la instalación “de conformidad con las instrucciones de uso” recogidas en el manual que se entrega con cada caldera y encargar a una empresa autorizada la realización de cualquier reforma, las labores de mantenimiento y las inspecciones que sean obligatorias.