Transformar los inconvenientes en ventajas. Diversos equipos de investigación quieren convertir el metano en el sustituto de los combustibles fósiles, evitando así su potente efecto en el cambio climático. Otros sistemas proponen este gas producido por los excrementos humanos y animales o los residuos urbanos para generar energía, e incluso se está probando como combustible para las naves espaciales del futuro. No obstante, estas tecnologías todavía necesitan madurar y hacer frente a los posibles inconvenientes, incluido su impacto medioambiental.
El dióxido de carbono (CO2) suele identificarse como el causante del cambio climático. Ahora bien, no es ni el único ni el más potente gas de efecto invernadero: El metano (CH4) atrapa veinte veces más el calor que el CO2, aunque sus niveles de emisión a la atmósfera han permanecido estables en los últimos años.
Sin embargo, las enormes cantidades de metano ocultas en el permafrost, bajo el lecho marino o en lagos helados del Ártico podrían estar escapándose a la atmósfera, precisamente por efecto del cambio climático, lo que aceleraría aun más este fenómeno, según diversos estudios.
Pero no todo es negativo en el metano, ya que es también un gas que puede utilizarse como combustible y para producir diversos gases y sustancias industriales. Diversos investigadores y también empresas, como BMW, han unido cabos y han pensado en capturar el metano antes de que se escape a la atmósfera y transformarlo en energía.
Se estima que las reservas de metano hídrico duplican al resto de combustibles fósiles en todo el mundo y su capacidad de combustión es muy altaEntre las posibilidades que se barajan destaca la utilización de los hidratos de metano, o metano hídrico: Se estima que sus reservas duplican al resto de combustibles fósiles en todo el mundo y su capacidad de combustión es muy alta. Este compuesto se forma básicamente bajo el permafrost y en el subsuelo marino. El frío y las altas presiones mantienen estable la unión del agua y el metano, producido en este caso principalmente por la descomposición de organismos vivos.
Al extraerlo de su lugar natural, desaparecen las condiciones por las que permanecía unido, de manera que el metano puede aprovecharse como fuente de energía. De hecho, se conoce como «oro blanco», porque su aspecto cuando se extrae del yacimiento es similar al de la nieve: sólo habría que derretirlo para tener el combustible a mano.
Además de su gran cantidad, el metano hídrico se encuentra más repartido que el petróleo o el gas natural. Los yacimientos de este compuesto encontrados a día de hoy se ubican en el Ártico y en las plataformas marinas de casi todos los continentes. Por ejemplo, varios equipos de universidades alemanas trabajan en el Mar del Norte para conocer mejor la formación y posible extracción de estos yacimientos. Por su parte, investigadores japoneses estudian las posibilidades del yacimiento ubicado bajo el Canal de Nankai, que transcurre paralelo al archipiélago nipón.
Inconvenientes de los hidratos de metano
El metano hídrico ya era conocido desde hace un siglo, si bien fue en la década de los 70 cuando comenzó a estudiarse. Sin embargo, la tecnología de explotación de este compuesto todavía necesita un desarrollo mayor para que pueda considerarse viable industrialmente. Por ejemplo, no se tiene muy claro el sistema para detectar un yacimiento lo suficientemente grande y sencillo de extraer que permita hacerlo rentable.
Asimismo, esta tecnología presenta una serie de problemas que habrá que evaluar en caso de generalizarse. En el fondo del mar los hidratos mantienen unidos a los sedimentos depositados allí. Si este compuesto se extrae o si las condiciones de temperatura se modifican, se podrían producir corrimientos de tierra en los fondos marinos con imprevisibles consecuencias. En este sentido, se cree que este fenómeno ha producido tsunamis como los que afectaron a Noruega hace 8.000 años o a la Península Ibérica en 1755. Por otra parte, dado que es un poderoso gas de efecto invernadero, habría que desarrollar dispositivos de seguridad que impidiesen fugas a la atmósfera.
En la película “Mad Max, más allá de la cúpula del trueno” una poderosa Tina Turner dirigía una ciudad post-apocalíptica cuya fuente de energía era el metano proveniente de las heces de los cerdos. En la pequeña localidad china de Yueshanlong han hecho realidad esta idea: Su millar de habitantes consigue energía gracias a los excrementos humanos y animales, que también sirven de pienso, sustituyendo además la tala de bosques para aquel fin.
En este sentido, los residuos urbanos también son fuentes de metano, de manera que los vertederos podrían aprovecharse para generar energía. Esta es la idea que han propuesto por ejemplo para el vertedero más grande de la provincia de Albacete.
Además de generar energía en la Tierra, el metano podría utilizarse incluso fuera del planeta, como combustible para las naves espaciales. Dos empresas que trabajan para la NASA, Alliant Techsystems y XCOR Aerospace, están probando un sistema de propulsión con este gas, que presenta diversas ventajas frente al combustible de los cohetes actuales, el hidrógeno.