Cuando la corriente eléctrica atraviesa el cuerpo humano se corre el riesgo de electrocución. Las consecuencias pueden ser más o menos graves según la intensidad de la corriente o las condiciones en que sucede. Un cuerpo húmedo o mojado aumenta las posibilidades de lesión. Por ello, se deben poner en práctica ciertas medidas de seguridad al manipular la corriente o cualquier aparato eléctrico.
Peligros de la electricidad
El cuerpo humano es conductor de electricidad. Por esta razón, cuando una descarga eléctrica lo recorre, es posible que se registren lesiones. El grado de importancia de estas depende de las circunstancias del accidente. Se puede sentir un leve cosquilleo o llegar, incluso, a la muerte. La tensión habitual de las casas es de 230 voltios, sin embargo, si una tensión inferior a 50 voltios recorre el cuerpo, hay riesgo de lesión, aunque la piel esté seca o ligeramente húmeda.
Una electrocución puede ocurrir por contacto directo, cuando se toca un punto por el que circula corriente, como un enchufe, o indirecto, si se contacta con un punto por el que habitualmente no circula corriente, pero que por alguna razón queda en tensión (un cable que hace contacto con un aparato). La Plataforma para la Revisión de las Instalaciones Eléctricas (PRIE) asegura que 7 de cada 10 viviendas -unos 18 millones, según sus cálculos- tienen una antigüedad superior a 30 años y carecen de instalaciones eléctricas seguras, por lo que reclama una normativa que garantice el mantenimiento y las revisiones periódicas de las instalaciones eléctricas domésticas. Es precisa «una norma que asegure, periódicamente, la eficiencia y el correcto estado de las instalaciones eléctricas en los hogares», insisten desde la Asociación de Distribuidores de Material Eléctrico y Electrotécnico (ADIME).
La propia instalación de un enchufe puede ocasionar desequilibrios en la red eléctrica que implican cierto riesgo
De acuerdo a los estudios realizados por la PRIE, la falta de mantenimiento periódico, así como la mayor demanda energética y la manipulación no profesional de la instalación provocan más de 7.300 incendios al año por causas eléctricas y 4.850 accidentes por descargas eléctricas, en su mayoría, entre menores de edad y mayores de 65 años. La manipulación «indebida» de la red lleva a electrocuciones directas si no se toman las precauciones adecuadas. «La instalación de secciones y juntas, enchufes individuales o enchufes múltiples e, incluso, instalaciones completas son causa frecuente de desequilibrios en la red eléctrica del hogar», recuerda la Plataforma.
La situación de riesgo de algunas instalaciones eléctricas, su envejecimiento o deterioro y la ausencia de dispositivos de seguridad aumentan las posibilidades de electrocución. Por otro lado, la incorporación de nuevos electrodomésticos como ordenadores, placas vitrocerámicas o aparatos de aire acondicionado supone un incremento en el consumo de electricidad, que requiere a su vez un aumento de la potencia para evitar accidentes. A pesar de esto, recuerda la PRIE, «existen más de 16 millones de viviendas con una potencia insuficiente».
Consejos de seguridad
La Federación Gallega de Asociaciones de Industriales Electricistas y de Telecomunicaciones (FEGASINEL) asegura que en la manipulación y en la imprudencia «es donde está el peligro». Por ello, anima a ser prudente y tomar una serie de precauciones para evitar una electrocución. Entre otras cosas, recomienda tener las manos bien secas y evitar estar descalzo o con los pies húmedos antes de utilizar, enchufar o desenchufar cualquier aparato eléctrico. Tampoco se deben tocar aparatos conectados a la red cuando se está en el cuarto de baño, dentro de la bañera o de la ducha.
Respecto al uso de electrodomésticos, las medidas son sencillas:
- Hay que leer las instrucciones antes de utilizarlos, especialmente, las que hacen referencia a la potencia.
- Es conveniente desconectarlos tras su uso.
- Al desenchufarlos no se debe tirar del cordón, sino de la clavija aislante.
- No hay que usar aparatos con cables pelados o clavijas rotas y enchufes deteriorados.
- En la cocina, se debe procurar utilizar los electrodomésticos lejos del fregadero.
Incluso cuando se quiera cambiar una bombilla es aconsejable desconectar antes el interruptor automático
En el caso de los niños, las principales medidas de precaución hacen referencia al uso de protectores en los enchufes. Son muy prácticas las tapas protectoras que permanecen bajadas mientras no se usa el enchufe, así como los sistemas que impiden introducir cualquier objeto en los orificios.
Por último, cuando se vaya a manipular la instalación, se debe cortar el suministro eléctrico y comprobar la ausencia de tensión antes de iniciar cualquier trabajo. Incluso cuando se quiera cambiar una bombilla es aconsejable desconectar el interruptor automático previamente. Otras normas de seguridad hacen referencia a la necesidad de utilizar un enchufe para cada aplicación y no colocar pantallas o recorridos de cables cerca de una chimenea, estufa o focos de calor.
Si a pesar de las precauciones anteriores se sufre una electrocución, hay que desconectar el interruptor general o desenchufar el aparato. Para ello, la persona encargada de cortar el suministro debe situarse en una superficie seca y extremar las precauciones para no ser víctima de un nuevo accidente. Puede ser necesario recurrir a algún objeto para desconectar la electricidad, siempre que esté seco y no sea metálico. Solo cuando se desconecte la corriente se podrá tocar a la víctima, aunque lo correcto es llamar al servicio médico y mantenerle tapado y en una postura cómoda hasta que llegue la ambulancia.