El Día Internacional de los Gitanos supo este año a reflexión. La jornada, que se conmemora cada 8 abril, sirvió para denunciar la “discriminación y desventaja” a la que se enfrenta esta minoría étnica. Al contrario de lo que se podría esperar, hubo pocas celebraciones. Días después, varios campamentos y barracones de gitanos fueron incendiados en Nápoles. “¿Qué delito cometen las familias gitanas que viven estoicamente entre cartones, maderas, ratas y basura?”, se preguntan desde el movimiento asociativo gitano.
La comunidad gitana es una de las minorías étnicas más antiguas en España que contribuye a enriquecer la diversidad cultural del país. Sin embargo, esta parte de la población también es una de las que sufre niveles mayores de exclusión. La Fundación Secretariado Gitano (FSG) habla de «discriminación y desventaja», dos factores que, a su juicio, «persisten» en toda Europa.
Con motivo del Día Internacional de los Gitanos, la Agencia Europea para los Derechos Fundamentales (FRA), la División de Gitanos del Consejo de Europa y la Organización para la Seguridad y la Cooperación de Europa (OSCE) reclamaron la puesta en práctica de aquellas acciones necesarias «para lograr una igualdad real». Abogaron por mejorar la coordinación para fomentar la cohesión social y pidieron apoyo a todos los países miembros.
Se defiende el diálogo como «uno de los medios más eficaces para la prevención y solución de conflictos»
Todos estos acontecimientos se suceden mientras 2008 ha sido declarado Año Europeo del Diálogo Intercultural. La iniciativa pretende sensibilizar a los ciudadanos de la UE sobre la importancia de respetar la diversidad cultural. Se busca convertir el diálogo en «uno de los medios más eficaces para la prevención y solución de conflictos», recuerda el Ministerio de Cultura.
Otros objetivos de este Año son: transmitir la importancia y el potencial de la diversidad cultural, contribuir a suprimir prejuicios y proporcionar recomendaciones y ejemplos prácticos para favorecer el diálogo intercultural dentro y fuera de España, entre otras cosas. Además, FSG exige que «el énfasis europeo» puesto en la importancia de la diversidad cultural, «debe coincidir con acciones efectivas encaminadas a asegurar la inclusión económica y social del pueblo gitano en temas como la participación, la salud, la educación, el empleo y la vivienda».
Coalición Europea de Política Gitana
A comienzos de año, delegados de España, Portugal, Italia, Grecia, Finlandia, Suecia, Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria se reunieron en Sevilla para firmar el acta de constitución de la Red Europea sobre Comunidad Gitana e Inclusión Social. La iniciativa, promovida por el Fondo Social Europeo en los países con mayor número de población gitana, tiene como objetivo promover el uso de los fondos estructurales de la Unión Europea para mejorar la efectividad de las políticas dirigidas a la comunidad gitana y favorecer su inclusión social.
La Red Europea sobre Comunidad Gitana se plantea como un foro de intercambio de experiencias
Esta red se plantea como un foro de intercambio de experiencias entre países. Así, la Fundación Secretariado Gitano, a cargo de la Secretaría Técnica, dará a conocer su programa Acceder como ejemplo de la integración laboral de la comunidad gitana. Además, se espera que el proyecto sirva para poner en marcha nuevas medidas de inclusión.
Tras los acontecimientos de Nápoles, diversas asociaciones, federaciones y fundaciones de personas gitanas han convocado movilizaciones para resaltar, “ante todo”, que más allá de la cultura, la etnia o las raíces, las víctimas de este tipo de incidentes son personas. “Personas como tú, como yo”, es su lema. Con él, han solicitado a las diferentes instituciones de la UE que se tomen las medidas oportunas para hacer frente a estos episodios y acabar así con la discriminación y la desigualdad.
“Apenas se han dado los primeros pasos para mejorar sus vidas”
La propia Coalición Europea de Política Gitana ha destacado la aportación que la comunidad gitana, unos 10 millones de personas en la UE, realiza a la diversidad cultural y ha solicitado igualdad en el acceso a la educación, la salud y la vivienda, así como la participación de la comunidad gitana en la vida civil y económica. “Apenas se han dado los primeros pasos para mejorar sus vidas”, aseguró el responsable de la División de Gitanos del Consejo de Europa, Michael Guet, en una intervención con motivo del Día Internacional de los Gitanos.
En 2006, el Consejo puso en marcha la campaña DOSTA para luchar contra los prejuicios que rodean a la comunidad gitana. Esta campaña, centrada en labores de sensibilización, se desarrolla actualmente en la región de los Balcanes y está previsto que, a lo largo de este año, se amplíe a Ucrania, Moldavia, Italia y, posiblemente, Rumanía. La propia Comisión Europea ha acentuado la importancia de este tipo de prácticas y se ha referido al trato de los gitanos como “uno de los problemas de derechos humanos más urgentes”. Sólo un ejemplo: estudios citados por la Comisión aseguran que el 79% de los ciudadanos checos y el 68% de los alemanes “no querrían tener a gitanos como vecinos”.
Algunos datos. Según estimaciones del Consejo de Europa, en la actualidad, la comunidad gitana se concentra, principalmente, en Rumanía (1,8 millones), Bulgaria (800.000), España (650.000), Hungría (600.000), Serbia (600.000), Eslovaquia (420.000), Francia (400.000) y Reino Unido (300.000).