Imagen: sanja gjenero
Los estudiantes de hoy son los asalariados de mañana. Los bancos y cajas, que ven en el segmento de los universitarios un nicho de futuros clientes, comercializan en colaboración con las principales universidades del país tarjetas de débito y crédito destinadas específicamente a cubrir sus necesidades. Aunque sus funciones financieras son las mismas que proporciona cualquier tarjeta convencional (consultar el saldo y los movimientos de la cuenta en el cajero, sacar e ingresar dinero…) cuentan, además, con algunas específicas como la identificación universitaria, el acceso al servicio de biblioteca y la posibilidad de realizar consultas a través de terminales conectados a las bases de datos de los servicios de informática de cada facultad.
Abonar la matrícula y las fotocopias
El titular de una tarjeta universitaria tiene la vida mucho más fácil. Con sólo tener a mano este trozo de plástico puede identificarse, sacar libros de la biblioteca, pagar el comedor o incluso abonar las fotocopias. Ello, sin contar con las funciones tradicionales de toda tarjeta de débito o crédito como la consulta en el cajero automático del saldo y los movimientos de la cuenta vinculada, sacar e ingresar dinero, pagar recibos, cargar el móvil o el monedero, o comprar entradas. El alumno, además, puede pagar las tasas de matrícula de la universidad e, incluso, el transporte para determinadas rutas. Con la incorporación de un chip en la tarjeta, los estudiantes pueden, además, beneficiarse de descuentos en cines, o utilizarlas en cabinas telefónicas.
La tarjeta permite pagar las tasas de matrícula, e incluso el transporte para determinadas rutas
A la hora de contratar una de estas tarjetas universitarias se puede elegir, por norma general, entre la modalidad de crédito o de débito, en función de las necesidades específicas de cada estudiante. Si la seleccionada es la primera opción, su titular podrá obtener a través de este medio de pago un crédito que oscila entre 200 euros como mínimo y 3.000 euros como máximo, en función del tipo de tarjeta, entidad bancaria, etc. Igualmente se establece una forma de pago a fin de mes o pago aplazado en el que se selecciona el porcentaje de los gastos que se quiere abonar cada mes, que varía entre el 1,5% y 2% mensual. También se puede usar para compras en comercios y disposiciones de efectivo en los cajeros.
Por el contrario, si el universitario se decanta por la tarjeta de débito, los cargos se producen de forma inmediata contra el saldo disponible de la cuenta asociada. También es posible utilizarla para comprar en los establecimientos comerciales, y tiene la ventaja de que es totalmente gratuita.
Una tarjeta para cada universidad
Este medio de pago especializado es una oferta «localista», es decir, los bancos o cajas de ahorros emiten la tarjeta universitaria no en función de donde estudie su solicitante, sino de las universidades que corresponden a su área geográfica. De esta forma, Caja Madrid emite las tarjetas de las universidades Complutense, Autónoma, Rey Juan Carlos y Carlos III; Caja España, la de la Universidad de León; Caja Astur, la de la Universidad de Oviedo. La oferta es muy variada e incluye universidades de casi toda la geografía española. A las ya citadas, se suman las de La Laguna, en las Islas Canarias; Málaga, en Andalucía; Mondragón, en el País Vasco, y la Católica de San Antonio y la Politécnica de Cartagena en la Región de Murcia. Aunque su estructura de uso es la misma, cada universidad y entidad asociada imprimen su propia seña de identidad. Unas, a través de servicios dentro de la propia universidad; otras, con descuentos en centros comerciales, y, algunas, en forma de beneficios a los estudiantes en el abono transporte.
Las principales entidades que ofrecen este producto son:
Cajastur: es una de las primera entidades que desarrolló, en colaboración con la Universidad de Oviedo, la «Tarjeta Euro6000 Maestro Universitaria». Completamente gratuita, su titular puede tener a mano todos los servicios que este centro académico pone a su disposición, unidos a los beneficios tradicionales que reporta este medio de pago. Entre sus ventajas se encuentran los diversos seguros asociados que conlleva su contratación, descuentos en librerías, gimnasios, copisterías y cientos de establecimientos, así como una notable oferta de descuentos en hoteles, viajes…
También tiene una aplicación académica propia, y además de permitir el pago de las tasa de matriculación, ofrece acceso a todos los servicios de esta universidad. Además, incorpora un chip de monedero electrónico para hacer frente a pagos de pequeño importe.
Otra apuesta es la «ClaveCard Universitaria», creada por la Universidad de La Laguna, en colaboración con Cajacanarias, una tarjeta inteligente gracias a la incorporación de un chip, que además de cubrir las necesidades específicas de los universitarios, permite retirar dinero de los cajeros automáticos y pagar las compras en comercios sin necesidad de utilizar dinero en efectivo. Su titular puede, asimismo, realizar sus compras en Internet de forma segura utilizando un asistente para pagos seguros.
Pero su principal aportación estriba en las facilidades que otorga para la realización de diversas consultas a través de terminales conectados a las bases de datos de los servicios de informática de cada facultad, como consultas personales de expedientes (académico y administrativo), consulta de notas, consulta de la web de la universidad, e inscripción en las actividades deportivas y en los créditos de libre configuración. Igualmente, con la tarjeta se puede abonar la matrícula a través de toda la red de cajeros automáticos o de los terminales multiservicio instalados en la universidad.
Caja España ofrece la tarjeta «Carnet Universidad de León», que es una tarjeta «Visa Cash». Entre sus principales características destacan los descuentos en compras, información general universitaria y reserva de equipo informático. Otras utilidades de la misma son el pago de derechos y servicios, el monedero electrónico y el servicio de biblioteca.
Caja Murcia comercializa la tarjeta de la Universidad de Murcia, la Católica de San Antonio y la Politécnica de Cartagena, a través de la «Tarjeta Inteligente Universitaria» que incorpora la «Tarjeta 6000-Maestro», con la que los estudiantes tienen, además de los servicios propios del carné inteligente, todas las funciones de una tarjeta financiera (pago en comercios, disposición en cajeros, pago aplazado sin intereses…). En este caso, pueden solicitarla todos los alumnos de primero, segundo y tercer ciclo, Erasmus, profesores o personal de administración y servicios de cada uno de los centros.
Para los estudiantes de la Universidad de Málaga, Unicaja ofrece otro formato diferente. Se trata de una tarjeta financiera completamente gratuita, que se puede utilizar de tres formas distintas: como carné universitario que sirve para identificar al titular en su acceso a las dependencias universitarias, como tarjeta de transporte y como tarjeta de débito tradicional.
Caja Laboral, en colaboración con la Universidad de Mondragón ha desarrollado la tarjeta «Mondragón Unibertsitatea», que combina diferentes servicios para los estudiantes, entre los que se encuentran su identificación, control de presencia y de acceso a las instalaciones universitarias, acceso a información académica y a otros servicios ofrecidos por esta universidad. Pero uno de sus principales activos es la inclusión del monedero electrónico para el pago de diversos servicios: desde el abono de compras en los kioscos instalados en la escuela y facultades de dicha universidad hasta el de los productos adquiridos en los comercios que dispongan de un terminal «Visa Cash» o el pago del transporte en San Sebastián y Vitoria.
Una apuesta diferente es la ideada por el Banco Santander, que ha confeccionado la «Tarjeta Inteligente», que se emplea como carné universitario. A través de este medio de pago, cuyo comportamiento es similar a la «Tarjeta 4B», se pueden realizar compras en numerosos comercios en los que el universitario se puede beneficiar de descuentos, promociones y ofertas. Al mismo tiempo, con la presentación de esta tarjeta, se pueden obtener líneas de descuento y otras ventajas especiales en algunas empresas e instituciones. También sirve como documento identificativo para el préstamo de libros en las bibliotecas, a través del código de barras impreso en la tarjeta, y para la utilización de instalaciones universitarias restringidas como las deportivas.
La entidad más prolífica a la hora de emitir este medio de pago es Caja Madrid, que dispone de diferentes tarjetas asociadas a las principales universidades ubicadas en la Comunidad Autónoma de Madrid: Complutense, Autónoma, Rey Juan Carlos I, y Carlos III. Las tarjetas se expiden tanto en su modalidad de débito como de crédito; para esta última, el carné universitario puede incorporar, en un mismo plástico, éste y la tarjeta financiera. Esta fórmula de Visa Classic tiene un crédito mínimo concedido de 200 euros y establece una forma de pago a fin de mes o pago aplazado, seleccionando el porcentaje de los gastos que se quieran abonar cada mes (1,75% mensual). Además de servir como carné identificativo, las tarjetas contienen un chip «Visa Cash» que, incorpora monederos electrónicos propios (universal y telefónico) y tiene las siguientes funciones: préstamo de libros en bibliotecas, acceso a información universitaria de carácter general (web universidad o facultades), y acceso a información universitaria de carácter privado, como puede ser la consulta de las calificaciones.
Ventajas:
- Aparte de las funciones financieras, tienen aportaciones exclusivamente académicas.
- Algunas modalidades permiten el abono de pequeños pagos como los de fotocopias, teléfono, etc.
- Sirven como sistema identificativo para acceder a los servicios de la universidad: bibliotecas, terminales multiservicio, etc.
- Están preparadas para el pago de las tasas y matrículas de cada universidad.
- Tienen servicios adicionales que proporcionan descuentos, promociones e incluso viajes.
Inconvenientes: