Ni un mayor solo en casa. Este es el objetivo de los programas de vacaciones que organizan cada verano las diferentes entidades de la Federación Amigos de los Mayores. La iniciativa está dirigida a los ancianos que viven solos y, al llegar el verano, sufren en exceso las consecuencias de este aislamiento. En su caso, estos programas son la única posibilidad de disfrutar de unos días en compañía. Vacaciones adaptadas, seguimiento, encuentros y salidas conforman la programación.
Imagen: Amigos de los mayores
Cada verano, la Federación Amigos de los Mayores organiza programas especiales dirigidos a ancianos que viven todo el año sin más compañía que la suya. La soledad es una losa que aumenta de peso en esta época, por lo que la entidad se esfuerza en regalar compañía. Además, recuerda, «el calor debilita su estado físico y la ausencia de vecinos y de referentes intensifica su aislamiento». Paseos por la ciudad, talleres de manualidades, escapadas de fin de semana o estancias de varios días en entornos naturales son parte de la oferta.
El aislamiento, la dependencia o la falta de recursos son factores que dificultan la salida de casa. Solo estos programas de vacaciones adaptadas permiten a algunas personas mayores que viven solas disfrutar de unos días de asueto. La máxima es conjugar ocio y convivencia a partes iguales. Se intenta que los participantes compartan con otros ancianos y voluntarios actividades cotidianas como la comida, paseos y juegos, a la vez que se promueve el intercambio generacional. «Es una propuesta que permite a las personas mayores salir de sus domicilios, disfrutar de talleres y actividades y establecer nuevos vínculos de amistad», recuerda la Federación.
Las personas mayores salen de sus domicilios, disfrutan de talleres y actividades y establecen nuevos vínculos de amistad
Las estancias son gratuitas o tienen un coste simbólico. «De ahí la importancia de contar con donaciones y colaboraciones», subraya la directora de Amigos de los Mayores en Madrid, Mercedes Villegas. Según explica, la elección de los participantes se realiza entre las personas mayores que mantienen el resto del año contacto con la entidad. A ella llegan a través de los centros de servicios sociales, centros de atención primaria o, en el caso de Cataluña, derivados también del Programa de Atención Domiciliaria y Equipos De Soporte, PADES.
Oferta de actividades
Para este verano, la sede de Madrid ha organizado dos turnos de vacaciones adaptadas, uno en junio y otro en septiembre, en una casa rural en la sierra de Gredos. En las estancias participan un total de 36 personas, entre voluntarios y mayores. También se desarrollan tertulias cada quince días en la sede de la entidad, que culminan con una merienda, salidas culturales -como visitas a museos y parques- y llamadas y visitas de seguimiento que realizan las trabajadoras sociales de la entidad.
En Cataluña, Amics de la Gent Gran ha programado tres turnos de vacaciones. El primero, del 18 al 26 de julio, tendrá como destino la localidad de Charmanon (Francia). El segundo, del 24 al 31 de julio, se realizará a Calaf y el tercero saldrá hacia Vic del 13 al 20 de agosto. En total, 68 personas, entre mayores y voluntarios, participarán en estas salidas.
En cuanto a las visitas en el domicilio, puesto que algunos voluntarios también se van de vacaciones, la asociación busca otros voluntarios que acudan a los pisos durante ese período para que los mayores no estén solos, sobre todo, si tienen un riesgo alto de aislamiento. A la vez, se intensifican las llamadas telefónicas de voluntarios a personas mayores «en situaciones similares, pero menos graves». La figura de los voluntarios es imprescindible. Gracias a ellos se ha puesto en marcha el programa de verano «las Tardes al fresco», que permite que compartan con personas mayores que viven cerca «un helado, un café o, simplemente, tomen el fresco juntos». Grupos de dos voluntarios que residen en el mismo barrio acompañan a dos personas mayores. La intención es mantener esta iniciativa durante todo el año y potenciar la socialización en el vecindario.
En Valencia, la fundación Amics de la Gent Major cuenta con los voluntarios para acompañar a las personas mayores en sus domicilios y residencias, mantiene el contacto telefónico con ellas si estos no están, así como con quienes permanecen en un hospital porque padecen una enfermedad crónica o tienen una esperanza de vida limitada. Otras actividades propuestas son «La Merienda de Verano» -la última fue en la Residencia Instituto Geriátrico Valenciano, con horchata y fartons- o los encuentros con otras personas mayores para aumentar las redes sociales.
Imagen: Amigos de los mayores
A la soledad en la que viven todo el año las personas mayores, en estas fechas se suma el calor típico del verano, “el gran enemigo de los ancianos”, asegura Amics de la Gent Gran. Poder salir del entorno habitual les permite alejarse de las altas temperaturas de las ciudades, establecer vínculos con otras personas, compartir actividades de animación y ratos de conversación. Disfrutar, en definitiva, “de jornadas llenas de ocio y actividades”.
Sin embargo, todo esto no es posible sin la ayuda de las personas voluntarias. Ellas se encargan de organizar las salidas y asistir a las personas mayores dependientes que lo necesitan. Su tarea es fundamental. “Además de asistir a los ancianos y velar por su bienestar, son parte activa en la organización y realización de las diferentes actividades lúdicas y de entretenimiento que se llevan a cabo”, insiste Amics de la Gent Gran.
Se pretende que los mayores vuelvan a sentirse queridos e integrados en la sociedad, para envejecer activamente y prevenir la dependencia
En la actualidad, los voluntarios de la Federación prestan su apoyo a más de mil ancianos que viven en situación de aislamiento social. Las tareas consisten en realizar visitas en sus domicilios, prestar apoyo para salir a la calle, compartir meriendas, talleres o fiestas tradicionales, entre otras. “Todo ello para que vuelvan a sentirse queridos e integrados en la sociedad, una de las condiciones clave para envejecer activamente y prevenir la dependencia”, señala la Federación.
Para ser voluntario, la Fundación Amics de la Gent Major de Valencia establece como requisitos: ser mayor de edad, disponer de tiempo y ser capaz de comprometerse en el proyecto, recibir una formación básica, tener capacidad de trabajar en equipo y, sobre todo, “amar profundamente a las personas mayores”.
Las personas interesadas en participar como voluntarias deben ponerse en contacto con las respectivas sedes en:
- Madrid: 913 599 305.
- Cataluña: 932 076 773.
- Valencia: 963 841 851.
A pesar de los programas de vacaciones, la situación personal de cada mayor impide, en ocasiones, su salida en estas fechas. Por esta razón, en verano se intensifica el seguimiento a quienes permanecen en su domicilio. Muchas de estas personas padecen problemas físicos y/o psíquicos y disponen de pocos recursos, por lo que la compañía es imprescindible.
Se realizan llamadas telefónicas de seguimiento y se aprovecha el buen tiempo para organizar salidas de día
Puesto que los voluntarios que les acompañan el resto del año también se van de vacaciones, las asociaciones necesitan rellenar estos huecos con nuevos voluntarios. “En esta época tenemos mayor necesidad de ayuda para poder hacer compañía a las personas mayores, ya que incluso sus vecinos se marchan y pierden las pocas redes sociales que tienen durante el año”, explica Mercedes Villegas.
Durante el verano, se realizan llamadas telefónicas periódicas “para saber si las personas mayores están bien o necesitan algo”, señala Villegas, y se incrementa la oferta de talleres y excursiones “aprovechando el buen tiempo”. Estas salidas suelen alargarse desde la mañana hasta la tarde y sirven para cumplir un deseo de la persona mayor, como visitar el lugar donde se casó o contemplar los cambios urbanísticos de la ciudad. Lo importante es que las personas mayores tengan ilusión y disfruten de ratos de compañía.