Las reservas marinas de pesca podrían ser una de las posibles medidas para combatir la crítica situación de los caladeros. Se trata de zonas en las que se prohíbe tanto la extracción (pesca o minería) como los vertidos, y están protegidas legalmente por las administraciones con competencia en la materia. Su puesta en marcha supone la recuperación de sus recursos, por lo que son cada vez más demandadas por diversos colectivos e instituciones, incluidos los pescadores interesados en un futuro sostenible.
Algunos datos muestran la preocupante situación de los recursos pesqueros en el mundo. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) asegura que el 75% de los caladeros mundiales tiene problemas de plena explotación, sobreexplotación o agotamiento. En lugares como la Unión Europea la situación es incluso peor: el 81% de los caladeros comunitarios están agotados o sobreexplotados, según fuentes oficiales. Al actual ritmo de sobrepesca, este recurso se podría acabar antes de 2048, según un estudio publicado en la revista Science.
Frente a esta situación, una de las medidas posibles es la constitución de reservas marinas de pesca. Los responsables institucionales, los científicos y los ecologistas están de acuerdo en que son uno de los instrumentos más eficaces para lograr una gestión sostenible de los recursos marinos, proteger hábitats importantes para la reproducción de estas especies y favorecer la recuperación de la zona reservada.
El 81% de los caladeros comunitarios están agotados o sobreexplotados, según fuentes oficialesPara ello, sus responsables pueden emprender diversas iniciativas de protección, como acondicionar las zonas costeras, instalar arrecifes artificiales para evitar el uso ilegal de artes de pesca, o repoblar la zona con especies de interés pesquero. No obstante, algunas áreas costeras pueden quedar abiertas a actividades pesqueras, siempre que sean sostenibles y hayan sido elegidas por las comunidades locales afectadas.
La organización conservacionista WWF sostiene incluso que estas reservas son quizás la única manera de salvar algunas especies de su extinción inminente, debido a los efectos de prácticas pesqueras cada vez más intensivas, como el palangre o el arrastre.
Para realizar esta afirmación, los responsables de WWF se basan en las conclusiones de su informe «Reservas marinas totalmente protegidas», en que se evidencia que tras proteger estas áreas se produce un rápido incremento, tanto en la abundancia de peces como en el tamaño medio de sus cuerpos y de su biomasa. Asimismo, calculan que las pesquerías obtienen beneficios directos en un plazo de tres a cinco años. Por ello, sus responsables reclaman la creación urgente de más reservas marinas, especialmente en el Mediterráneo, donde advierten de que sólo el 1% de su costa se encuentra protegida.
Por su parte, Greenpeace recuerda que estas reservas pueden beneficiar también a las pesquerías aledañas, debido a la migración de ejemplares adultos y jóvenes de peces más allá de las fronteras de la reserva y la salida de larvas y huevos. Por ejemplo, especies migratorias como el tiburón o el atún podrían salir muy beneficiadas si se crearan reservas donde son más vulnerables, como en sus lugares de alimentación o reproducción.
Asimismo, esta ONG ecologista considera que estas reservas son una herramienta global esencial para proteger el entorno marino de otros problemas, como por ejemplo la contaminación provocada por el vertido de todo tipo de desechos.
Reservas marinas en España
España cuenta con diez reservas marinas de pesca, todas ellas en el Mediterráneo y en las islas Canarias, y gestionadas por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM).
Imagen: NOAANo obstante, Galicia está a punto de contar con su primera reserva marina. Se trata de «Os Miñarzos», en Lira-Carnota (A Coruña). Limitada al norte por el cabo Finisterre y al sur por la Costa da Morte, es considerada la transición entre Rías Altas y Baixas. WWF/Adena, que participa en el proceso de su constitución, destaca que su puesta en marcha puede ser un modelo que podrían seguir otras poblaciones pesqueras, más si cabe en Galicia, la primera región pesquera española y europea, donde casi 50.000 pescadores y mariscadores generan cerca del 10% del PIB en esta comunidad.
En este sentido, además de la ONG ecologista, la iniciativa es promovida por la cofradía de Lira-Carnolta y cuenta con el apoyo institucional de la Xunta de Galicia y la financiación de la obra social de Caja Madrid y Telefónica.
La activación de esta reserva vendrá acompañada de un reducido cupo de capturas autoimpuestas por los marineros, un estudio biológico para analizar la evolución de las especies, un análisis sociológico para conocer la opinión de sus usuarios, talleres participativos y programas de comunicación para los pescadores o actividades de voluntariado.
Por su parte, el Gobierno de Canarias ha planteado al MARM la constitución de nuevas reservas marinas en las islas. Ambas instituciones reconocen que se trataría de una buena medida, siempre que se cuente con la colaboración del sector pesquero.
En el proceso de creación de una reserva marina intervienen las instituciones relacionadas con los recursos pesqueros, apoyadas en grupos de expertos que garanticen su correcta protección. Ahora bien, la reserva de “Os Miñarzos” es un claro ejemplo de que estas zonas protegidas pueden ser promovidas por los propios pescadores. Y es que, como recuerdan desde WWF/Adena, el sector pesquero tradicional está cada vez más interesado en este tipo de medidas, que garanticen un futuro sostenible para su trabajo.
Por su parte, los consumidores pueden apoyar el esfuerzo de estos pescadores mediante la compra de productos que provengan de la pesca sostenible, como los que llevan el sello MSC, que se espera que llegue a España en 2008.