Imagen: Axel Tregoning
Los productos que utilizan energía tienen que ahorrar. La Directiva 2005/32/CE del Parlamento europeo y del Consejo así lo exige. Este texto, conocido como Directiva PUE (Productos que Utilizan Energía), establece los requisitos de «diseño ecológico» que se deben aplicar a los aparatos eléctricos y electrónicos para obtener la concesión del marcado CE. La meta es alcanzar una mayor eficiencia energética, después del sistema de etiquetas energéticas puesto en marcha por la Comisión en 1998.
La transposición de esta directiva a la legislación española se traduce en el Real Decreto 1369/2007, de 19 de octubre. Su misión: conseguir un elevado nivel de protección del medio ambiente, sin que los aparatos afectados pierdan sus cualidades funcionales. Se pretende que los productos que consumen grandes cantidades de energía dejen de hacerlo y, para ello, hay que actuar sobre la fase de diseño.
Los requisitos afectan a un grupo inicial de aparatos entre los que se incluyen los calentadores de agua y las calderas. De hecho, desde el pasado 1 de marzo, es obligatorio instalar calderas de condensación. También forman parte de la lista los televisores, ventiladores domésticos y sistemas de aire acondicionado, frigoríficos, congeladores, lavavajillas, lavadoras, secadoras, aspiradoras, hornos, microondas, parrillas, placas y bombillas, entre otros.
¿Cómo se logra que un electrodoméstico contamine menos? Los nuevos aparatos fabricados desde finales del pasado año deben tener en cuenta el consumo previsto de energía y otros recursos como agua dulce, las emisiones a la atmósfera, al agua o al suelo, la contaminación por ruido, vibración, radiación o campos electromagnéticos, la generación de residuos y las posibilidades de reutilización, reciclado y valorización de materiales. Otros aspectos que se estudian son el peso y el volumen del aparato, el tipo de materiales que se utilizan en su fabricación y el posible uso de sustancias clasificadas como peligrosas para la salud o el medio ambiente, la facilidad de reutilización y reciclado, y la incorporación de componentes usados.
La fabricación de los aparatos afectados por la directiva conlleva una serie de requisitos adicionales para los fabricantes. Éstos deben garantizar a los consumidores de PUE toda la información referida a la manera de tratar, utilizar o reciclar dichos elementos, así como el perfil ecológico y las ventajas de sus nuevos diseños. Además, se pueden incluir datos sobre la manera de instalar los aparatos y mantenerlos para reducir su impacto sobre el medio ambiente e información sobre el período de disponibilidad de las piezas de repuesto.
Los fabricantes deben informar sobre la manera de tratar, instalar o mantener los productos
Con esta información, los consumidores tienen la oportunidad de comparar diferentes productos y presentar a las autoridades competentes “observaciones sobre la conformidad” de los mismos. Para ello, siempre que sea posible, la información debe indicarse en el propio aparato.