El encofrado es la técnica que permite hacer moldes de hormigón. En esencia, es un armazón de madera o metal que se rellena. Esta estructura da forma al hormigón que, al desencofrarlo, permanece intacto con el perfil que haya adquirido. Mediante la técnica del encofrado se construyen pilares, escaleras, asientos y, en general, cualquier estructura de hormigón.
Para que los resultados sean óptimos, la madera o chapa que se empleen deben estar totalmente rectas, con formas regulares, sin cortes ni clavos que sobresalgan. Es fundamental que se encuentren en buen estado para que el molde resultante también lo esté. Otra clave para no estropear el hormigón es esperar a que haya fraguado para desencofrarlo. Así, una vez que se ha endurecido, se desmonta el armazón y se obtiene un bloque compacto denominado hormigón armado.
Una vez que el hormigón está seco, se desmonta el armazón y se obtiene el molde
Durante el encofrado, se pueden añadir aditivos especiales para mejorar los materiales. Son productos preparados que consiguen, entre otras cosas, acelerar o retrasar el proceso de fraguado. De esta manera, el molde se obtiene en menos tiempo o, por el contrario, se prolonga el proceso de secado hasta dar al hormigón la forma deseada.
Por último, para ganar estabilidad y solidez, el encofrado se fija con clavos al armazón y se refuerza con varillas de hierro redondo que actúan a modo de armadura. El peso del hormigón puede alabear la madera al no encontrar resistencia. Los clavos impiden que esto ocurra. Eso sí, deben introducirse en el armazón hasta la mitad para que, tras el fraguado, sea fácil sacarlos.
El armazón de madera ha de estar bien fijado para que soporte los movimientos del hormigón. Pero sobre todo, para facilitar el desencofrado, es necesario impregnarlo con un aceite especial separador que evita la adhesión. Estos productos son compatibles con todos los materiales del encofrado. No obstante, deben seguirse las recomendaciones del fabricante que aparecen en la ficha técnica o de seguridad.
Los productos desencofrantes no deben “dejar rastros ni tener efectos dañinos sobre la superficie del hormigón”
La Instrucción Española de Hormigón Estructural (EHE) establece que estos productos no deben “dejar rastros ni tener efectos dañinos sobre la superficie del hormigón”. Tampoco deben deslizarse por las superficies verticales o inclinadas de los moldes, ni impedir la aplicación posterior de revestimientos ni la construcción de juntas.
El líquido para desencofrar se puede aplicar justo antes de verter el hormigón o con varios días de antelación, según las características de cada producto. Lo que sí recomienda la instrucción EHE es colocar el hormigón “durante el tiempo en que estos productos sean efectivos”. Respecto a su aplicación, indica que debe realizarse en capas continuas y uniformes sobre la superficie interna del molde.
Concluidos estos pasos, es necesario esperar entre 10 y 30 días, hasta que el hormigón fragüe, para separar el armazón. Las maderas deben quitarse de forma limpia. Si alguna parte del armazón se resiste, hay que emplear una uña metálica para evitar irregularidades en el hormigón armado.