Dieta vegana para perros: ¿es saludable?

Los perros son animales carnívoros, no son omnívoros como los humanos. Su dieta debe estar compuesta principalmente de proteínas, en una proporción de alrededor de un 25 %. La procedencia de estas proteínas ha de ser mayoritariamente animal (carne o pescado), si bien también puede ser vegetal. Si el can come frutas y verduras, para facilitar su ingesta, deben ofrecerse crudas las primeras y cocidas las segundas.

Los carbohidratos son también importantes en la dieta canina, pero no deben superar el 15 % del total de la dieta. Asimismo, los lípidos de origen animal o vegetal han de estar presentes, al igual que las vitaminas y los minerales, siempre en la adecuada proporción para garantizar un correcto equilibrio nutricional.

Una gran mayoría de los veterinarios son contrarios a que los canes sigan una alimentación que prescinda por completo de la carne; dicen que con esta dieta no es posible asegurar que las necesidades nutricionales de los animales queden cubiertas. Sin embargo, otras opiniones se muestran contrarias a esta tesis, defendiendo que los perros que basan su alimentación en frutas y verduras gozan de una mejor salud y más longevidad. Recogemos los dos puntos de vista.

Un estudio reciente de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Leipzig (Alemania) ha hecho una evaluación de la composición y los aportes de cuatro alimentos veganos comercializados en el país germano para perros y gatos adultos. La valoración se ha centrado en tres aspectos: la cantidad recomendada por el fabricante como ración, el suministro de taurina y vitaminas, y el etiquetado del producto.

La principal conclusión del informe fue que ninguno de estos alimentos compuestos cumplía plenamente con las recomendaciones de ingesta de nutrientes para perros y gatos adultos. En cuanto a la composición y la presencia de oligoelementos, el estudio observó que los porcentajes eran más elevados que lo recomendado por la European Pet Food Industry Federation (FEDIAF). La proteína y grasa bruta, el fósforo, el zinc y el cobre no cumplía tampoco con los estándares proporcionales por exceso o por defecto,

En consecuencia, los investigadores determinaron que no se podía pasar por alto que los animales que seguían este tipo de dietas no acusasen importantes carencias a largo plazo. 

La organización proderecho de los animales PETA (People for the Ethical Treatment of Animals) es una firme defensora de la alimentación vegetariana y vegana para los perros. Para defender su tesis, realizaron un estudio en el que analizaron la salud de 300 canes residentes en Estados Unidos y Canadá. Los perros evaluados eran de distintas razas y edades, desde cachorros hasta animales senior de 19 años. 

Los investigadores apreciaron que prescindir de la carne era provechoso para la salud de los perros. La aparición de tumores, infecciones, hipotiroidismo u obesidad era menos frecuente en los perros que disfrutaban de una dieta vegana.

El estudio también evidenció que, a pesar de estos datos positivos, era imprescindible suministrar un suplemento de L-carnitina y taurina para prevenir la aparición de cardiopatías en los canes.

De acuerdo con un estudio publicado por la Universidad de Texas A&M College Station (EE. UU.), el hecho de que una persona practique el veganismo incrementa la probabilidad de que su mascota siga la misma pauta alimenticia. En Estados Unidos y Reino Unido son muchos los dueños que escogen una alimentación vegana para sus perros. Lo hacen, asegura el informe, movidos por mejorar la salud del can. También alegan criterios éticos: si ellos optan por una dieta que asegure el bienestar animal, ¿cómo negársela a su compañero peludo?

El asunto también es polémico. Tras estas justificaciones muchos expertos ven una conducta que fomenta la humanización de las mascotas. Los perros, esgrimen, no pueden escoger libremente lo que comen y en realidad son las personas las que eligen por ellos en función de sus creencias, sin tener en cuenta lo que realmente necesita el animal. Podría equipararse —salvando las distancias— a ponerles una gorra que les proteja la cabeza del sol durante el verano. 

Si decides que tu perro siga una dieta vegana, conviene pedir ayuda a un profesional para que revise y proyecte los alimentos y las raciones que debe consumir el animal. No hay que perder de vista que los requerimientos nutricionales varían en función de la edad, raza y actividad de la mascota: un cachorro no necesita lo mismo que un perro de mediana edad u otro senior.

Lo conveniente es ir reduciendo poco a poco la ingesta de proteínas animales. De esta forma no solo el perro se habituará con más facilidad; también podremos detectar cualquier posible contratiempo y ponerle remedio. Lo habitual es que el can no ponga inconvenientes al cambio y se adapte sin dificultad. La textura y sabor de los piensos allanan el camino hacia el veganismo, ya que reproducen con bastante solvencia las características de la carne.

No olvides que seguir una dieta vegana implica, además de un compromiso y una responsabilidad, destinar una mayor cantidad económica a la alimentación de nuestra mascota. Los piensos vegetales no son precisamente económicos (a pesar de que cada vez son más los fabricantes que los ofrecen), al igual que los suplementos vitamínicos.