Que un gato y un perro vivan bajo el mismo techo implica que, además de espacio, compartan ciertas rutinas: la alimentación es una de ellas. Ofrecer comida a la vez a ambos animales no solo simplifica la tarea del humano a cargo, también evita que los peludos sufran ansiedad ante la llegada de la ración diaria. Entonces, ¿podemos agilizar el proceso volcando en los comederos el mismo alimento? No debemos, aunque a veces estemos tentados y casi obligados a hacerlo (por habernos quedado sin pienso para uno de ellos, por ejemplo).
🐶 Así es la dieta canina
La dieta de los perros debe ser balanceada. Ha de incluir proteínas (entre un 18 % y un 25 %), principalmente de origen animal (carne o pescado), aunque también puede tener procedencia vegetal; fibra (un 4 %), útil para facilitar la digestión y el tracto intestinal, previniendo el estreñimiento; grasas (un 4 %), que les proporcionan un alto aporte calórico y mantienen el pelo y la piel saludables; hidratos de carbono (15 % ), principalmente complejos y de buena calidad destinados a suministrar energía al animal; y vitaminas y minerales para que el perro metabolice los carbohidratos, las grasas y las proteínas.
En cuanto a la presentación de la comida preparada, tal y como informan desde la Fundación Affinity, puede ser:
- Pienso o seca, recomendada por la mayoría de los especialistas, puesto que es la que mejor cubre las necesidades nutricionales del animal. Tiene un alto contenido en proteínas, superior al 25 %. Es la más económica y la más sencilla de conservar.
- Semi húmeda, con una textura más agradable. Su cantidad de proteínas es inferior, alrededor del 21 %, al igual que las kilocalorías, por lo que habrá que llenar más su plato. Es más cara y se estropea con más facilidad.
- Húmeda, muy tierna y jugosa. Estas comidas son las preferidas por los perros, pero su contenido proteico es realmente bajo, entre el 8 % y el 10 % (el alimento contiene tres cuartas partes de agua). El animal tendrá que recibir una ración mayor para saciarse y cubrir la cuantía de proteica necesaria. Es la comida más cara y la que peor se conserva, siendo necesario refrigerarla.
🐱 Así es la dieta felina
Los gatos son carnívoros estrictos, lo que significa que su dieta está compuesta principalmente por proteínas de origen animal (carne o pescado). Dependiendo de la edad del animal, la ingesta porcentual debe estar entre el 25 % y el 40 % (cuando son adultos). Del consumo de proteínas obtienen taurina, un aminoácido esencial para el buen funcionamiento de su sistema cardiaco, digestivo, visual y reproductivo.
La dieta felina también debe incluir grasas y ácidos grasos (alrededor del 20 %); fibra e hidratos de carbono (5 %), para facilitar la digestión; y vitaminas y minerales, fundamentalmente calcio, fósforo, potasio, cloruro de sodio y magnesio, con el fin de garantizar huesos fuertes y un sistema metabólico eficiente.
Al igual que los perros, los gatos pueden consumir alimentos presentados en distintos formatos comerciales: seco o pienso, comida semi húmeda y húmeda. A todos ellos se suma la alimentación casera que podamos cocinar en el hogar.
¿Pueden comer los perros y los gatos lo mismo?
Tal y como hemos visto, la alimentación de perros y gatos son bastante dispares. Por ello, no podemos ofrecerles la misma comida, ya que no cubriríamos con las necesidades nutricionales básicas y podríamos causarles problemas de salud. Estas son las principales diferencias:
🔸 Proteínas
La cantidad de proteína diaria no es la misma para un perro y un gato. En los perros, la ingesta excesiva de proteínas puede desencadenar en problemas renales y digestivos, además de favorecer la ganancia de kilos.
🔸 Grasas
Los alimentos de gatos también añaden muchas más grasas. Los perros necesitan menos cantidad de grasas. No es bueno suministrar a los canes más de la que precisan: además de provocarles desarreglos digestivos y aumento de peso, eleva el riesgo de que sufran una pancreatitis.
🔸 Vitaminas, minerales y aminoácidos
En el caso de los canes es indispensable que reciban cantidades correctas de zinc y vitamina E.
Por su parte, los mininos precisan de vitamina A y de taurina, unos 500 mg diarios, que obtienen de la ingesta de proteínas (si ésta no es adecuada, hay que recurrir a complementos).
Cómo evitar que gatos y perros se quiten la comida
La comida del otro siempre parece más apetitosa que la propia. Para un perro, con frecuencia dispuesto a llenar el estómago, es difícil respetar el contenido del comedero del colega gatuno. Y viceversa. Estos son nuestros consejos para evitar estos «robos» culinarios:
🔸 Comederos diferenciados
Para evitar equivocaciones involuntarias, escoge dos tipos de recipientes para cada animal. Como el perro come más cantidad de comida que el gato, es mejor que tenga el cuenco de mayor tamaño.
🔸 Espacios distintos
Colocar las raciones en el mismo lugar de la casa conlleva a que cada animal se sienta libre de acudir al comedero de otro en cualquier momento del día. Intenta buscar un espacio diferenciado para que sea más fácil reprender al intruso que se acerque a la comida ajena.
🔸 Horarios diferentes
Acostumbrar a que cada animal coma a horas distintas del día ayuda a que no tengan hambre al mismo tiempo, disminuyendo la probabilidad (y la tentación) de quitarse la comida entre ellos.
🔸 Utiliza comederos automáticos
Se activan con un microchip que el animal lleva colocado en el collar. Solo se abren cuando el perro o el gato se aproxima al recipiente, cerrándose de forma automática cuando se aleja.
🔸 Educa
No consientas que el perro coma del recipiente del gato y viceversa; tampoco que beba agua. En la convivencia la educación es una parte fundamental e incluye normas para los hábitos alimenticios.