🐇 No son roedores
Aunque hasta comienzos del siglo XX fueron considerados roedores, en realidad los conejos son lagomorfos, un orden perteneciente a los mamíferos placentarios. Los lagomorfos están formados por dos familias: ochotonidae, de la que forman parte las pikas (habita en las montañas de Tian Shan, al noroeste de China), y leporidae, integrada por liebres y conejos.
La principal diferencia entre los roedores y los lagomorfos está en los incisivos superiores: mientras los primeros tienen solo uno, los otros tienen dos. Además, los lagomorfos tienen las orejas más grandes y las patas y el rabo completamente cubierto de pelo, mientras que algunos roedores carecen de pelaje en estas partes del cuerpo.
🐇 Son limpios
Por naturaleza los conejos son muy limpios. Pasan gran parte del día aseándose, lamiendo su cuerpo y sacando así brillo a su pelaje, igual que los gatos. Por este motivo, es muy extraño que huelan mal, y no es necesario bañarlos con demasiada frecuencia.
Esto no quiere decir que tener un conejo en casa no implique carecer de olores intensos y algo desagradables: los orines son los responsables de este hedor. La buena noticia es que acabar con estos tufillos es tan sencillo como cambiar con más frecuencia el arenero. La higiene, por tanto, depende del humano a cargo.
🐇 Hacen muchos ruidos y muy distintos
Los conejos emiten distintos sonidos para comunicarse y expresar sus estados de ánimo. Estos son los más habituales:
- Gruñen cuando se sienten amenazados. En este caso, es mejor dejarles tranquilos porque pueden mordernos o darnos un golpe con las patas delanteras.
- Ronronean como los gatos, lo que indica que están felices.
- Silban para indicar a sus congéneres que sobran.
- Cacarean (de manera similar a las gallinas, pero más bajo) mientras mastican algo que les resulta gustoso.
- Rechinan los dientes, lo que significa que tienen dolor en alguna parte de su cuerpo.
- Gimen si no quieren que se les toque.
- Golpean con las patas traseras el suelo cuando algo no le gusta o para avisar a otros congéneres de un peligro inminente.
🐇 Sus dientes no paran de crecer
Los dientes de los conejos crecen a un ritmo de un centímetro al mes, al igual que las uñas. Cuando viven en libertad, los dientes se desgastan royendo cortezas y fibras naturales. En cautividad, debemos suministrarle alimentos duros que ayuden a desgastar los incisivos: el heno es la mejor opción. También podemos colocarles juguetes dentro de la jaula para que los mordisqueen, haciendo el mismo cometido.
🐇 Son muy inteligentes
Los conejos son mucho más inteligentes de lo que se suele pensar y tienen una gran capacidad de aprendizaje. Poseen una buena memoria asociativa: pueden reconocer a las personas y otros animales con los que interactúan con regularidad, lugares e incluso eventos importantes.
Entrenar y educar a un conejo, siempre en positivo, es relativamente sencillo. Podemos enseñarle habilidades como usar el cajón de arena, acudir cuando se le llama, saltar obstáculos o ponerse sobre dos patas.
🐇 Tienen una visión de 360o
Los ojos de los conejos están ubicados a ambos lados de su cabeza, lo que hace que tengan una visión binocular con un rango de casi 360o. Esto significa que pueden ver objetos sin tener que girarse, lo que es muy útil para detectar posibles peligros cuando viven en un entorno natural. A cambio, los conejos no tienen una visión central precisa y los objetos cercanos o los pequeños detalles los perciben con poca nitidez.
🐇 Se comen sus excrementos
Las heces más blanditas de los conejos (los cecotrofos) son un alimento muy nutritivo para estos animales. Como herbívoros que son, consumen una gran cantidad de fibra y celulosa, unos alimentos difíciles de digerir. Cuando estos llegan al intestino, aún contienen muchos nutrientes, especialmente proteínas y vitaminas. Así que, para evitar que se «pierdan», los conejos se comen estas cacas, cuyo aspecto es de pequeñas bolitas en forman de racimo y de aspecto brillante.
🐇 Fingen estar muertos
Cuando se sienten amenazados, los conejos se hacen los muertos: se tumban boca arriba o de costado, cierran los ojos y permanecen inmóviles hasta que consideran que el peligro ha desaparecido. Esta técnica es conocida como tanatosis y es practicada un buen número de animales, desde insectos hasta mamíferos, aves, reptiles o peces.
🐇 Pulverizan su orina
Los conejos son animales territoriales. La manera de marcar la zona en la que habitan es mediante la orina. Cuando ponen en práctica el marcaje no orinan hacia abajo, sino que lo hacen verticalmente y como si fuese un espray. Para más “alegrías”, este pis tiene un olor mucho más intenso. Esta técnica la utilizan otros animales como los gatos, también con la misma intención.
🐇 Saltan cuando están contentos
El que un conejo salte no tiene nada de excepcional. De hecho, es su forma natural de desplazarse. Sin embargo, si da pequeños botes sin motivo aparente, elevándose una y otra vez en el aire con una especie de coreografía, lo más probable es que el animal esté contento. También puede estar tratando de llamar la atención del humano, reclamando un premio o, simplemente, jugando. En cualquier caso, la felicidad (que tienen o esperan) es el denominador común de este comportamiento saltarín.