El aire que respiramos tiene un impacto directo en nuestro estado de salud. Según María Neira, directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la salud (OMS), «la mala calidad del aire mata, cada año, a siete millones de personas«. De ahí que en Europa existan planes para, por ejemplo, aumentar el parque de vehículos eléctricos e híbridos e ir quitando progresivamente los coches con motores de combustión.
🌳 Beneficios de tener árboles en la ciudad
Pero la renovación del motor o el fomento del transporte colectivo no es la única vía para reducir los gases contaminantes y mitigar el efecto isla de calor. En esto, los árboles tienen un gran protagonismo. Disminuyen la contaminación, revalorizan las viviendas, aumentan la biodiversidad… Hay razones de sobra para tener más árboles en las ciudades.
Las urbes del siglo XXI integran la naturaleza en sus espacios porque es un elemento fundamental para asegurar la salud de las personas y del planeta. Contar con una mayor presencia de árboles en zonas urbanas reduce la posibilidad de sufrir enfermedades respiratorias y cardiovasculares relacionadas con la contaminación y con la exposición a la luz ultravioleta. A su vez, vivir cerca de zonas verdes ayuda a disminuir los índices de sobrepeso y obesidad infantil, ya que fomenta el ocio activo y la práctica de actividad física.
🌳 Cómo nos ayudan los árboles
La presencia de árboles en la ciudad es beneficiosa para sus habitantes, entre otras razones, porque:
- Son capaces de filtrar el aire y eliminar las partículas contaminantes que hay en él. Esto puede mejorar significativamente la calidad del aire en la ciudad, reducir los niveles de contaminación y disminuir el riesgo de enfermedades respiratorias.
- Pueden ayudar a regular la temperatura en la ciudad, especialmente en verano. Al proporcionar sombra y evaporar agua a través de sus hojas, pueden reducir el efecto de isla de calor urbano, lo que se traduce en una disminución de la temperatura ambiental y del consumo energético necesario para enfriar los edificios.
- Pueden disminuir el estrés y mejorar el bienestar emocional de las personas. Algunos estudios han demostrado que la exposición a la naturaleza puede ayudar a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y mejorar el estado de ánimo y la concentración.
- Pueden promover la actividad física y reducir la obesidad. Los espacios públicos verdes son lugares propicios para la realización de actividades al aire libre, como caminar, correr o hacer yoga, entre otros.
- Puede fomentar la biodiversidad en la ciudad y contribuir a la conservación de la flora y fauna local.
- Pueden aumentar el valor de las viviendas hasta en un 20 %.
En suma, como señala la Organización Mundial de la Salud, «una ciudad con una infraestructura verde bien planificada y bien administrada se vuelve más sostenible, mejora la calidad de vida, se adapta mejor al cambio climático, reduce el riesgo de desastres y conserva los ecosistemas».