Tres ponencias a debate. Envejecimiento y participación, Igualdad de oportunidades y Relaciones intergeneracionales. Son los temas que centrarán el III Congreso Estatal de Personas Mayores. El primero se celebró en 1998. Entonces se habló del futuro de las pensiones, la atención a la dependencia y la participación social. El segundo, organizado en 2001, se centró en el envejecimiento de la población, su compromiso con las personas mayores y la contribución de éstas a la sociedad. Temas que siguen de actualidad, pero que exigen otros puntos de vista.
Será un evento clave. Del 18 al 20 de mayo en Madrid, el III Congreso Estatal de Personas Mayores atraerá la atención de un buen número de expertos que debatirán en torno a tres ejes: Envejecimiento y participación, Igualdad de oportunidades y Relaciones intergeneracionales. El Consejo Estatal de Personas Mayores ha elaborado las ponencias. De ellas se extraerán unas conclusiones que tratarán de mejorar la calidad de vida de este grupo.
Envejecimiento y participación
La participación es «un eje fundamental del desarrollo de la personalidad de los mayores». Tomar parte en aquellas cuestiones que les afectan o les puedan afectar en el futuro es esencial. No deben quedarse al margen de asuntos decisivos y «que llevan aparejados cambios sustanciales». Con frecuencia, las personas mayores sienten que se esfuerzan demasiado para el poco reconocimiento que reciben. Por ello lo reclaman, a pesar de que en los últimos años se ha notado un cambio de tendencia.
Tomar parte en aquellas cuestiones que les afectan o les puedan afectar en el futuro es esencial
El Congreso analizará, en este sentido, la aportación de los mayores después de la jubilación, cuando «no olvidan repentinamente ni sus conocimientos ni sus experiencias». Defenderá el «amplio y rico bagaje» con que se llega a esta edad e instará a no permitirse el lujo de «desperdiciar» los conocimientos que se acumulan con el paso de los años.
La prejubilación queda lejos de los estereotipos instalados en la sociedad. La mayoría llega a esta etapa en buenas condiciones de salud. Más de dos millones de personas superan ya los 80 años. Son el grupo que más ha aumentado en los últimos 15 años. Por este motivo, es imprescindible recordar a la sociedad la valía de este colectivo y recordar a los propios beneficiarios las posibilidades que se les abren a partir de la jubilación.
Igualdad de oportunidades
La edad no resta derechos. Sin embargo, en numerosas ocasiones, las personas mayores son infravaloradas. Los estereotipos negativos son construidos a partir de creencias alejadas de la realidad, pero su influencia es sorprendente. «Infravalora sus capacidades como personas y disminuye claramente sus oportunidades de participación en todos los ámbitos».
Otros factores de discriminación hacen referencia a la situación económica. El importe de las pensiones, la jubilación anticipada o los trabajos puntuales después de la jubilación son asuntos que deberían revisarse. También el acceso a viviendas de protección oficial «en pie de igualdad con las personas de otras edades», la concesión de ayudas para la adaptación del domicilio, la accesibilidad del entorno o la formación más allá de la edad laboral.
Naciones Unidas defiende sociedades para todas las edades, un escenario que se apoya, a su entender, en la solidaridad intergeneracional. Considera que todas las generaciones son interdependientes, se necesitan. “Estamos obligadas a intercambiar apoyo y otro tipo de recursos para mantener y mejorar nuestro bienestar y desarrollo”, recoge la ponencia elaborada para tratar este punto.
La relación entre padres mayores e hijos parece satisfactoria, mientras que fuera de este ámbito encuentra trabas. Los jóvenes apenas contactan con personas mayores, ni éstas con niños, excepto cuando se trata de sus nietos. Los encuentros son casuales -en un acto público o en una organización- y, a partir de ellos, se inicia una relación.
Entre otras cosas, el Congreso abogará por el desarrollo de programas intergeneracionales, que ofrecen oportunidades para mantener contacto más allá del ámbito familiar. “Conversaciones, vivencias y actividades de todo tipo que se desarrollan, de modo intencionado y continuado, y de forma organizada, entre personas de dos grupos de edad diferentes”. Los beneficios de estas iniciativas se entienden para ambas partes, aunque su puesta en marcha “exige intención y recursos”.