Ni por el título, ni por el autor… Si alguien quiere localizar una obra editorial concreta, la manera más rápida de hacerlo es a través del International Standar Book Number, más conocido como ISBN. Este dígito de 13 cifras es la seña de identidad de todas las obras publicadas y recoge de forma sencilla la información más relevante sobre ellas.
Imagen: gary tamin
978-84-7888-612-8. A muchos este conjunto de dígitos no les dice nada. Sin embargo, esta combinación de cifras ha sido probablemente tecleada en miles de establecimientos en los últimos años, y es que lo que se esconde tras ellas no es más que uno de los libros más vendidos en nuestro país en los últimos años: Harry Potter y la piedra filosofal, una obra, que al igual que el resto de publicaciones que se editan cada año en el mundo, sería imposible de distribuir si no fuera gracias a este código que representa el International Standar Book Number, o lo que es lo mismo el ISBN.
Este sistema internacional de numeración de libros fue creado en el Reino Unido en 1966 para dotar a cada libro editado de un código numérico que permitiera identificarlo sin dar lugar a ningún tipo de error; desde entonces y hasta ahora, más de 170 países han adoptado el sistema ISBN para identificar la producción editorial que se genera en ellos. En nuestro país, la ordenación del Decreto 2984 del año 1972 estableció la obligación de consignar en toda clase de libros y folletos el número ISBN, de modo que ahora en España están catalogadas por este sistema más de 900.000 referencias de ediciones tanto en castellano como en las distintas lenguas autonómicas.
Este sistema es el utilizado por todos los distribuidores y comercializadores de libros para catalogar las obras
Pero, ¿para qué sirve el ISBN?. El usuario final, es decir el lector, aunque sea el que menos uso haga de esta referencia numérica, es el principal beneficiario de su existencia, ya que este código es el que permite la circulación de los libros en el mercado editorial y, por tanto, el responsable de que llegue a sus manos. Esto es así porque este sistema es el utilizado por todos los distribuidores y comercializadores de libros para catalogar las obras de las que disponen, de modo que cada una de ellas sea identificable con facilidad por todos los actores que participan en el proceso de edición-distribución-venta para que éste sea rápido y eficaz.
Asimismo, el ISBN facilita la labor de las editoriales: les permite identificar los proyectos editoriales de la empresa desde el principio hasta el final; catalogarlos en los distintos folletos y en la publicidad que realizan, o incluirlo en directorios impresos y páginas web para facilitar la búsqueda a los usuarios. Por otra parte, en el ámbito administrativo el ISBN constituye el mejor código para controlar las existencias de las que disponen, gestionar los derechos de autor y el pago de estos, así como procesar los pedidos y realizar la contabilidad y facturación.
Estructura del ISBN
Hasta enero del 2007 el ISBN estaba formado por tan sólo diez dígitos, pero a partir de esa fecha se incorporaron tres dígitos más, de modo que ahora todos los ISBN se conforman por 13 cifras. Tomemos como ejemplo para ilustrar su estructura el ISBN 978-84-932320-2-3, correspondiente a la Guía práctica CONSUMER EROSKI: alimentarnos con seguridad.