Televisiones de plasma, ordenadores, videoconsolas, microondas, cepillos de dientes recargables… Los expertos los llaman “vampiros eléctricos” porque son aparatos que consumen energía las 24 horas del día aunque estén apagados. Además, son cada vez más frecuentes en los hogares: se estima que el número de grandes y pequeños aparatos electrónicos casi se ha triplicado en los hogares en las últimas tres décadas. Por ello, saber cómo desactivarlos del todo no sólo reducirá la factura eléctrica, sino también las emisiones de dióxido de carbono, causantes del cambio climático, y otros impactos medioambientales derivados de la producción eléctrica.
El consumo oculto de los «vampiros eléctricos» se debe normalmente a un dispositivo conocido como «stand by», que sirve al electrodoméstico para encenderse más deprisa, detectar un mando a distancia en cualquier momento o realizar algún tipo de orden programada. En otras ocasiones, los aparatos vienen provistos de relojes, luces o paneles informativos digitales que están activados constantemente, y que, por tanto, necesitan también electricidad.
Dependiendo del número de aparatos conectados, la factura puede aumentar entre un 5 y un 20%En su día, estos sistemas pudieron parecer buena idea, ya que permitían tener los aparatos preparados para ciertas acciones sin necesidad de que estuvieran encendidos del todo. Sin embargo, en la actualidad se han convertido en un derroche energético injustificado la mayor parte de las veces, mucho más teniendo en cuenta que el ahorro energético y el respeto al medio ambiente son cada vez más valorados.
Los expertos recuerdan que, aunque su consumo pueda parecer bajo, la suma de los cada vez más numerosos «vampiros» puede suponer al cabo del año un importante gasto eléctrico. Por ejemplo, un informe del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley de Estados Unidos (EE.UU.) indica que en dicho país requieren el 10% del gasto eléctrico en los hogares. Por su parte, el Departamento de Energía estadounidense ha calculado que suponen para este país un gasto de unos 3.000 millones de euros al año. Otros estudios estiman que, dependiendo del número de aparatos conectados, la factura puede aumentar entre un 5 y un 20%.
Asimismo, algunos aparatos de reciente introducción en los hogares han disparado el consumo energético. Por ejemplo, un estudio de la Organización de Consumidores australiana señala algunos casos especialmente llamativos: un televisor de plasma de 50 pulgadas puede consumir 822 kilovatios/hora (kw/h), mientras que un televisor LCD del mismo tamaño se mueve por los 350 kw/h y un televisor de tubo catódico por los 322 kw/h. O el caso de las actuales consolas de videojuegos, cuyo uso continuado puede gastar unos 120 euros al año, según esta asociación.
Por su parte, desde el Departamento de Energía de EE.UU. subrayan que los descodificadores de televisión digital o las grabadoras digitales de video, de reciente entrada en los hogares, son también otros grandes «vampiros eléctricos».
Cómo acabar con los «vampiros eléctricos»
La forma más evidente de desconectar por completo estos aparatos es desenchufándolos de la red eléctrica. Sin embargo, los consumidores suelen tener varios «vampiros» y utilizarlos frecuentemente, por lo que puede resultar bastante incómodo. Para facilitar este trabajo, se pueden utilizar regletas de enchufes en función del número de dispositivos. Con este sistema, los expertos recuerdan que además del consumo eléctrico, se evita el recalentamiento de los aparatos y se les protege de posibles sobrecargas. Ahora bien, lo que no se debe hacer es enchufar una de estas regletas a otra regleta, porque entonces sí puede haber riesgo de sobrecarga. En cuanto a encender y desconectar continuamente los aparatos, los expertos recuerdan que un uso normal de los mismos no acorta su vida.
Las regletas de enchufes desconectan del todo los aparatos y les protegen de posibles sobrecargasLos aparatos recargables son otros «vampiros» a los que hay que combatir. Los expertos recomiendan retirarlos cuando estén cargados, incluso a mitad de carga si se necesitan, sin temor a que se estropeen o reduzcan su vida útil. También se pueden desconectar del todo los aparatos antiguos que ya no se utilizan pero que siguen consumiendo energía. Hay otros aparatos más eficientes e indicados para dar la hora.
El consumo energético del ordenador también puede reducirse: si no se va a utilizar en unas horas, se puede activar el modo de hibernación, que consume menos. Otra forma sencilla de reducir el gasto energético de un PC es apagando su monitor, ya que los salvapantallas no reducen la cantidad de energía utilizada.
Asimismo, los consumidores también pueden influir en los fabricantes de estos productos mediante sus decisiones de compra o haciéndoles llegar sus recomendaciones. Por ejemplo, se puede dar preferencia a los aparatos que no lleven sistemas de «stand by» o similares, o que cuenten con una eficiencia energética lo más alta posible.
Imagen: Craig YoungEn este sentido, la industria tecnológica está empezando a tomar buena nota de que los consumidores demandan productos más eficientes energéticamente y respetuosos con el medio ambiente. Así se pudo comprobar por ejemplo en el Consumer Electronics Show (CES), la mayor feria de productos tecnológicos de consumo del mundo, que se celebró a principios de año en Las Vegas.
Por ejemplo, Sony anunciaba su nueva serie de televisores «Eco», que cuenta entre otros dispositivos con un «stand by» que no consume energía. Por su parte, la empresa iGo presentaba un aparato antivampiros eléctricos. El dispositivo lleva ocho enchufes que cortan la corriente cuando el aparato pasa a algún modo «stand by» o cuando es un aparato recargable que ha llenado su batería al 100%.
El Departamento de Energía de Estados Unidos apuntaba en un informe los principales “vampiros eléctricos” de los hogares por su consumo anual en kw/h y el gasto ocasionado a los consumidores (suponiendo una tarifa de 8,48 céntimos de euro por kw/h). El estudio diferencia entre dos modos de “stand by”. En el activo, el aparato realiza alguna tarea, como por ejemplo un vídeo programado para grabar a una hora concreta. En el pasivo, el aparato está desconectado pero con algún componente en funcionamiento, como por ejemplo un reloj.
Modo “stand by” activo | Consumo eléctrico anual en kw/h | Gasto en euros |
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Televisión de plasma | 1.452,4 | 123,15 |
Consola de videojuegos | 233,9 | 19,83 |
Vídeo | 92 | 7,80 |
Reproductor DVD | 78,8 | 78,8 |
Modo “stand by” pasivo | Consumo eléctrico anual en kw/h | Gasto en euros |
Ordenador de sobremesa | 311 | 26,39 |
Ordenador portátil | 144,5 | 12,27 |
Impresora láser | 113 | 9,59 |
Microondas | 35 | 2,97 |
Base de teléfono inalámbrico | 28,9 | 2,45 |
Monitor LCD | 22,8 | 1,93 |
Radio | 13,1 | 1,11 |
Cepillo de dientes recargable | 12,1 | 1,04 |