¿Qué son las criptomonedas y dónde se pueden utilizar?
Las criptomonedas son activos digitales que no existen de forma física y permiten intercambios financieros sin un intermediario, como podría ser un banco. Este dinero electrónico se basa en la criptografía matemática y la tecnología blockchain (cadena de bloques), que es una base de datos, inalterable y descentralizada, en la que se registran las transacciones de criptoactivos en todo el mundo.
Bitcoin (BTC) fue la primera criptomoneda, cifrada digitalmente y creada en 2008 por una persona o colectivo detrás del nombre de Satoshi Nakamoto. El valor del bitcoin se basa en su escasez: solo se podrán crear 21 millones de monedas virtuales de bitcoin, por lo que la oferta y la demanda determina su precio en cada momento.
Podemos comprar criptomonedas con dinero de curso legal, como euros o dólares, y emplear los criptoactivos como:
- reserva de valor.
- intercambio monetario.
- compraventa de bienes: en las tiendas que aceptan pagos con tarjetas de débito de criptomonedas, por ejemplo, o empresas que directamente aceptan pagos en bitcoin.
- o en casos excepcionales, como monedas de curso legal, como en El Salvador, que ha apostado por el bitcoin.
¿Cómo funcionan y dónde se compran?
Iniciarse en la criptoinversión es tan sencillo como crear una cuenta en algún exchange —plataformas digitales similares a las casas de cambio— y hacer una transferencia bancaria o compra directa a través de tarjeta de crédito. Si invertimos 50 euros, obtendremos aproximadamente 0,0018 bitcoins o 0,028 ethers (en julio de 2023).
La recomendación a todos los inversores es DYOR, acrónimo de Do your own research. Es decir, cada usuario debe hacer su propia investigación sobre las criptomonedas en las que va a invertir. Sin olvidar que la ausencia de regulación, control o intervención de terceros que administren las transacciones hace que no se disponga de mecanismos de protección al cliente ante hackeos, estafas, errores o robos.
Cuando realizamos una transacción no se puede cancelar: es inalterable e irreversible. Por eso es importante estudiar bien el mecanismo y funcionamiento de la plataforma para no cometer errores, como enviar los fondos a un destinatario equivocado, una operación que no se puede deshacer y que puede hacernos perder el dinero.
¿En qué hay que fijarse para elegir un ‘exchange’?
Lo recomendable sería no invertir en páginas web que ofrecen grandes descuentos en la compra de criptomonedas o bitcoins gratis a cambio de alguna suscripción o un ICO (Initial Coin Offering, es decir, oferta inicial de monedas) a precio anormalmente bajo (céntimos de euro) para supuestamente financiar un proyecto, en realidad inexistente, que pretende ofrecer gran rentabilidad a corto plazo.
El sentido común y la norma de desconfiar de cualquier plataforma emergente ayudarán a elegir entre las más solventes y seguras, con actividad internacional, demostrable, seguridad criptográfica ante hackeos y piratas informáticos, transparencia en sus actividades, opiniones favorables de sus usuarios y, a ser posible, sin conflictos financieros ni judiciales.
Entre las plataformas exchange más conocidas y extendidas destacan: Binance, Coinbase, Bit2Me, Huobi, Kraken, HitBTC, BitStamp o Bitfi nex. Ninguna fuente oficial hace listados de los exchanges más seguros. La revista Forbes tiene su propio ranking, pero en el último incluyeron como confiables FTX y Bittrex, dos plataformas que quebraron y provocaron pérdidas millonarias.
¿Cuántos tipos de criptomonedas hay y cuáles son las más seguras?
➡️ ‘Altcoins’
Cualquier moneda alternativa a bitcoin son las llamadas altcoins, como Ethereum (ETH), Litecoin (LTC), Radix (XRD) o Cardano (ADA), que surgieron para diversificar las criptodivisas.
➡️ ‘Stablecoins’
Pero también hay otro tipo de criptomonedas pensadas para los inversores de un perfil más conservador: las stablecoins o monedas estables. Se caracterizan por su transparencia, liquidez y tener un respaldo en dinero de curso legal (dólar estadounidense), materias primas (como oro, diamantes y metales raros, entre otros), criptografía (otra criptomoneda que puede ser volátil) o algoritmos (que intentarán evitar la fluctuación).
La principal ventaja es que el valor de las stablecoins no suele sufrir grandes cambios, por lo que la inversión estará protegida ante los vaivenes del mercado. El inconveniente es que ese dinero tampoco crecerá.
Algunas de las stablecoins más sólidas en 2023 son Theter (USDT), USD Coin (USDC) y Binance USD (BUSD).
¿Cómo se fija su valor?
El precio de una criptomoneda depende de la oferta y la demanda, los ciclos económicos (con etapas alcistas y bajistas) y la intervención de terceros: personajes influyentes que apuestan por una moneda para inflar su valor, o grandes “ballenas” (acumuladores de criptomonedas) que pueden influir en los mercados con una compra o venta masiva de sus activos.
¿Qué puedo hacer con ellas?
Las autoridades europeas de supervisión del sistema financiero advierten que las criptomonedas son activos “arriesgados” y “especulativos”, por lo que desaconsejan a los inversores minoristas recurrir a ellas como inversión o medio de pago.
Si aun así se queremos invertir en criptomonedas, se recomienda diversificar nuestra cartera entre stablecoins, bitcoins y altcoins para reducir el riesgo. El siguiente paso es decidir qué estrategia desarrollaremos:
- acumular en el tiempo, sin vender ni tomar decisiones impulsivas ante el crecimiento o caída de valor (holding).
- vender caro y comprar barato más criptomonedas en función del análisis técnico que hacemos del mercado (trading).
- prestar y congelar durante un tiempo fijado esa inversión a cambio de unos intereses (staking), que sería similar a una inversión a plazo fijo.
¿Dónde y cómo se almacenan?
Las criptomonedas quedan virtualmente almacenadas en la blockchain, pero podemos operar con ellas en distintos entornos. Si nuestra intención no es operar, sino acumular y conservar a largo plazo una criptomoneda, quizá no queremos dejarlo en manos de terceros, con el riesgo y comisiones que esto implica.
La alternativa para custodiar personalmente esa inversión son las billeteras o monederos (wallet): softwares de gestión que permiten crear una cuenta y una llave (contraseña), para enviar y recibir los fondos que hemos comprado en el exchange. Las billeteras criptográficas en las que custodiar el dinero digital, a su vez, pueden ser:
- calientes (hot wallet), es decir, conectadas a la red: como las plataformas MetaMask, Exodus o Trust).
- frías (cold wallet), que mantienen las claves en un dispositivo electrónico externo (como Ledger, Trezor o Coldcard Wallet), que no está conectado a internet, lo que aumenta su seguridad y protección.
Si perdemos la billetera u olvidamos las claves, habremos perdido toda la inversión.
¿Qué riesgos implican?
El mercado de las criptomonedas es volátil, descentralizado, irreversible e impredecible. La tolerancia al riesgo dependerá de cada inversor, pero la recomendación principal es no dejarse llevar por las emociones ni caer en el FOMO (“miedo a perderse algo”, que lleva a la compra compulsiva ante la idea de perder una buena oportunidad) o FUD (“miedo, incertidumbre y duda”, que implica dejarse arrastrar por las informaciones y desinformaciones sobre el mercado, tomando decisiones financieras precipitadas).
Evitar riesgos implica:
- elegir un exchange solvente (aunque incluso los más extendidos levantan sospechas sobre su solvencia).
- diseñar una estrategia de inversión a largo plazo.
- no invertir dinero que necesitemos.
- custodiar personalmente las claves.
- no caer en los anuncios fraudulentos, exchanges falsos, estafas piramidales, fraudes o campañas de phishing.
¿Hay que declarar las criptomonedas?
En abril de 2023 se publicó en España el Real Decreto 249/2023 sobre criptomonedas, que afectará a la campaña de la Renta 2024. Estarán exentos de declarar los contribuyentes con criptoactivos por valor inferior a 50.000 euros, pero superada esta cifra tendrán que rellenar tres apartados en su declaración: el modelo 721 para declarar la tenencia de criptomonedas y los modelos 172 y 173, con los saldos y operaciones, respectivamente, a fecha 31 de diciembre.
Los inversores en el País Vasco, que dependen de las Haciendas forales, con competencia propia en temas de IRPF, deben declarar los beneficios obtenidos como ganancia patrimonial y como Impuesto de Patrimonio, la cantidad que posee el inversor. No obstante, se espera que en 2024 se desarrollen nuevos reglamentos, que detallarán la forma de declarar las operaciones y beneficios obtenidos con las criptomonedas.
A partir de 2025 se espera la entrada en vigor del reglamento Markets in Crypto Assets (MiCA), aprobado por el Parlamento Europeo para regular las transferencias cripto en la Unión Europea y buscar una forma de proteger los derechos de los inversores.