En economía son muchos los ejemplos que ponen de manifiesto que ni todo es negro, ni todo es blanco. Aunque muchos ciudadanos tratan de entender cómo determinados movimientos afectan a su bolsillo y a su vida cotidiana, la realidad exige explicaciones muy complejas. Por ejemplo, ¿por qué cuando sube el petróleo el precio de la gasolina se dispara y cuando baja el denominado oro negro, el combustible de nuestros vehículos apenas lo nota? En el ámbito bancario, la pregunta que se hacen en estos momentos numerosos clientes va en ese mismo sentido: ¿por qué si recortan los tipos de interés oficiales apenas bajan los tipos aplicados en los créditos personales? En el último año el precio del dinero en Europa ha caído desde el 4,5% hasta el 1%. Sin embargo, los bancos siguen sin hacer efectiva la bajada del precio del dinero en los tipos de interés que cobran por los nuevos créditos personales. En marzo de 2008, el tipo de interés medio al que se concedían estos préstamos alcanzaba el 9,83%; a cierre de marzo de 2009, se situaba en el 9,73%, es decir, sólo 0,1 puntos porcentuales menos. La tensión crediticia y la subida de la morosidad son las principales causas que explican la resistencia de la banca a reducir los tipos de sus préstamos. La mayoría de los analistas coinciden en subrayar que el encarecimiento de los préstamos se mantendrá hasta que la situación financiera se normalice.
Créditos al 10%
En teoría, la trayectoria del Euribor, la remuneración de los depósitos y los tipos de interés aplicados a hipotecas y préstamos personales corren en paralelo. Si los tipos de oficiales bajan, el Euribor y el resto de tipos de interés aplicados a los productos financieros también deben hacerlo. Si, por el contrario, los tipos oficiales y el Euribor suben, se elevan las rentabilidades de los depósitos y se encarecen los créditos. En la práctica, es cierto que las entidades ajustan al máximo a la baja la remuneración de sus depósitos cuando los tipos caen, y los tipos de interés que ofrecen son muy similares a los del Euribor. En los últimos meses, por ejemplo, han caído mucho las rentabilidades de los depósitos, al calor de la fuerte bajada que han experimentado los tipos de interés oficiales y el índice europeo. En concreto, este último (de referencia en el cálculo del coste de las hipotecas, pero también de la remuneración que ofrecen los depósitos) ha bajado desde el 5,39% de julio de 2008 hasta el 1,77% de abril de este año. Así, mientras en julio del año pasado llegaron a comercializarse depósitos al 6% TAE a un año, hoy el interés más alto ronda el 3%. En las imposiciones a plazo se está reflejando con contundencia la rebaja de los tipos de interés oficiales.
Las entidades son más reacias a rebajar los diferenciales de sus hipotecas y préstamos aunque, en etapas de crecimiento económico, por razones de competencia sí que se ven obligadas a hacerlo. En el año 2002, aunque la economía se desaceleraba (era la etapa del estallido de la burbuja de las «puntocom») los bancos llegaron a ofrecer diferenciales en sus hipotecas de hasta el 0,10%, (en paralelo, los tipos de interés en Europa disminuyeron desde el 4,5% hasta el 2%).
Los tipos de interés han caído al 1% y, sin embargo, los préstamos personales siguen rondando el 10%
Ante la crisis actual, bancos y cajas no están reflejando la bajada de los tipos (que han caído desde el 4,5% de finales de 2008 hasta el 1% actual) en sus préstamos. Según datos del Banco de España, los bancos, cajas de ahorros, cooperativas y establecimientos financieros de crédito, estaban cobrando en marzo una media de un 10,25% TAE por la concesión de un nuevo préstamo al consumo hasta un año, cuando en marzo de 2008 pedían un 10,59% y en enero, un 11,93%. Las entidades que más han encarecido este tipo de créditos son las cajas, ya que en enero ofrecían créditos al consumo a un 13,18% TAE (casi dos puntos más que en enero de 2008), mientras que los bancos pedían un 11,58% TAE, frente al 10,67% de un año antes. Donde se nota la bajada es en los préstamos que se conceden de más de un año y hasta cinco años: en enero, se concedían al 9,29% y en marzo el tipo medio se situaba en el 8,23%, más de un punto porcentual por debajo. Los datos, en todo caso, reflejan las medias, lo que indica que es muy posible encontrar entidades que soliciten tipos bastante más altos, y también algunas ofertas que alcancen hasta el 14% de interés.
¿Por qué no bajan?
Un dato que explica cuál es el margen que tienen las entidades para relajar sus préstamos es ver cuántos depósitos respaldan los créditos concedidos. Si no son capaces de captar depósitos a un nivel alto como para compensar los préstamos, se verán obligadas a no bajar los tipos de interés, porque sus resultados estarán en peligro, según comenta Covadonga Fernández, analista de Self Bank. Sólo en el primer trimestre del año, las cinco grandes entidades financieras han visto caer sus beneficios entre un 5% y un 33% respecto al mismo periodo del año anterior.
En torno al 80% del balance de las entidades se financia con depósitos y fondos propios, una cantidad alta. No obstante, en los últimos meses los bancos han comenzado a captar menos dinero a través de depósitos, precisamente porque sus remuneraciones son menos atractivas para los ahorradores. De hecho, las cifras de captación de ahorro a través de estos productos están bajando. En enero, se captaron 51.877 millones de euros en nuevos depósitos, pero en febrero la cuantía cayó hasta 42.396 millones, un 18% menos, según datos del Banco de España. Y si la captación de depósitos sigue cayendo, las entidades «se verán obligadas a seguir manteniendo los tipos de interés de sus préstamos personales», como asegura Covadonga Fernández. Para Rafael Pampillón, profesor del Instituto de Empresa, la principal explicación a la resistencia de la banca a rebajar sus préstamos está en la fuerte subida de la morosidad. A cierre de marzo, la tasa de morosidad hipotecaria alcanzaba el 4,04% en el conjunto de entidades financieras españolas, es decir de cada 100 préstamos concedidos, cuatro no se cobran. La tasa histórica más alta del sistema. En el terreno de los préstamos personales, la tasa supera el 7% (de cada 100 préstamos concedidos, más de siete no se cobran). Este hecho explica que a los bancos ahora les dé más miedo conceder préstamos. Lo hacen, pero como hay más probabilidades de no cobrar, los tipos que aplican no bajan ni aunque lo haga el Euribor o los tipos oficiales.
Ante el miedo a no cobrar por la elevada morosidad, los bancos no aplican las bajadas de los tipos
Aunque bajen los tipos de interés, la situación de cobro de créditos concedidos en el pasado sigue siendo difícil. Si un comerciante pide un kilo de patatas y le dan dos kilos por el mismo precio, en teoría puede vender las patatas más baratas, puesto que tiene más para vender (si los tipos bajan, los créditos pueden concederse más baratos, porque el banco seguirá salvaguardando su margen de ganancias). Sin embargo, si en el cargamento de patatas muchas están podridas, la reacción del tendero será subir sus precios. Con los créditos pasa igual: como muchos de los concedidos en el pasado no se cobran, la banca no puede bajar la guardia y comenzar a conceder los nuevos más baratos (aunque ahora su coste sea menor por la bajada de los tipos), porque necesita refinanciarse e intentar obtener el dinero de los préstamos no cobrados por cualquier vía.
Es difícil, por tanto, poner fecha para que los préstamos personales sean más baratos, pero todo apunta a que la situación financiera debe normalizarse antes, lo que exige una recuperación económica. Por tanto, los tipos de interés seguirán altos y no se ajustarán a la baja aunque los tipos oficiales sigan cayendo.
Los altos tipos de interés de los créditos al consumo y el endurecimiento de las condiciones de concesión que imponen las entidades está provocando una menor demanda de los mismos. Según la última encuesta sobre préstamos bancarios que se incluye en el Boletín Económico del Banco de España, la banca española endureció en el último trimestre de 2008 la oferta de crédito a hogares y empresas no sólo respecto a trimestres anteriores, sino al resto de la Unión Europea. Las entidades sólo rebajan sus tipos de interés si el cliente se vincula domiciliando nómina, recibos, y suscribe más productos.
Además, los tipos de interés varían en función de la finalidad o el uso que se vaya a hacer del dinero. Los créditos para financiar estudios suelen ser los más baratos; les siguen los específicos para financiar coches. Algo más caros son los que se utilizan para financiar viajes, reformas u otros caprichos o bienes de consumo. También su coste es superior si se quieren amortizar a menos plazo.
- Caja Madrid cuenta desde el año pasado con el “Crédito Puedes Más”, a un tipo de interés fijo del 7,60%, para la compra de vehículo. En 2009, el tipo de interés aplicado no ha variado respecto a 2008. Pueden solicitarse hasta 60.000 euros, a devolver en hasta 96 meses. Este préstamo aplica una comisión de apertura, de estudio y cancelación del 1%.
- Banesto tampoco ha modificado las condiciones de su préstamo “15-30-40” en 2009 (las mantiene invariables respecto a 2008, cuando puso en marcha el producto). Con este préstamo se puede volver a disponer de todo el capital solicitado inicialmente a los 15, 30 ó 40 meses. Durante los seis primeros meses no aplica ningún tipo de interés, aunque durante el resto del periodo el interés se situará entre el 10,90% y el 12,30%.
- Banco Popular ofrece su crédito personal bonificado al 7% el primer año, y el resto a la media de la UEM que ronda el 9%.
- Bancaja si se tiene domiciliada la nómina ofrece un interés que va del 8% al 9%.
- En Banco Sabadell comercializa el préstamo “BS Crédito Familiar”. La entidad da la posibilidad de suscribir el producto a interés fijo (del 10%) o variable (ligado al Euribor más un diferencial del 4%). El plazo de amortización máximo es de 96 meses y permite solicitar hasta 60.000 euros. La comisión de apertura es del 1,9%, la de estudio, del 0,5% y la de cancelación anticipada o total, del 3% en los préstamos a tipo fijo y del 1,5% en préstamos con interés variable.
- En Banco Cetelem, un coche nuevo de unos 25.000 euros puede financiarse al 80% con un crédito al 10,56% a 36 meses. El tipo baja si se prolonga el plazo de amortización. La entidad solicita un interés del 10,03% si se suscribe el préstamo a 48 meses. Si se financia en un año, el tipo se eleva hasta el 14,67%. En esta entidad, los préstamos para realizar reformas son algo más caros. A un año, una reforma de 20.000 euros puede financiarse al 16,12% a doce meses, al 11,96% a 36 meses o al 11,42% a 48 meses.