La profesión investigadora tiene cada vez menos adeptos en los países europeos, además, los pocos que quedan prefieren muchas veces hacer las maletas y trasladarse a otros Estados, donde encuentran mejores condiciones laborales y el reconocimiento de su labor como profesionales en su campo. Para evitar esta fuga de talentos e incrementar la vocación investigadora, cada vez más entidades suscriben la Carta Europea del Investigador, garantizando con ello el cumplimiento de los principios y derechos básicos que debe tener un investigador en todas sus etapas.
En 1999, con la Declaración de Bolonia suscrita por los ministros de Educación de los distintos países de la Unión Europea, se abrió la puerta para la creación del ya conocido Espacio Europeo de Educación Superior, un espacio común entre todos los países de la Unión que permitirá que se aúnen y converjan sus sistemas educativos universitarios y se facilite así la libre movilidad de los estudiantes superiores por sus fronteras. De acuerdo a esta misma linea unificadora y como continuidad a la educación superior, en el año 2000 la Comisión Europea expresó la necesidad de crear un Espacio Europeo de la Investigación, para consolidar y estructurar la política de investigación europea, fuente de desarrollo y avance en el conocimiento científico y el progreso tecnológico de cualquier país.
Uno de los objetivos prioritarios de este espacio único de investigación es incrementar el atractivo de la Unión Europea como destino de los mejores investigadores y evitar la tan conocida «fuga de talentos», que hace que investigadores destacados de todos los campos de conocimiento opten por desarrollar su carrera investigadora más alla de sus fronteras debido a las precarias condiciones profesionales que encuentran en sus distintos países. Si se cumple con este objetivo se contribuye a fomentar el interés por la carrera investigadora, y se anima a los más jóvenes a optar por una vía en la que cada vez hay menos profesionales.
En 2005 la Comisión Europea redactó la llamada Carta Europea del Investigador, un documento que recoge los principios y exigencias generales que deben definir el papel, las responsabilidades y, cómo no, los derechos y obligaciones tanto de los investigadores como de las entidades o instituciones que los emplean o financian. Esta Carta ha sido ya suscrita por casi 100 organizaciones, representando a 900 instituciones de 24 países.
Carta Europea del Investigador
Regula diferentes aspectos de la figura del investigador y todo lo que afecta a su vida profesional
La Carta Europea del Investigador regula diferentes aspectos de la figura del investigador y aquello que afecta a su vida profesional. Está precedida de una serie de recomendaciones que la Comisión Europea marca a los Estados miembros y acompañada de un Código de conducta para la contratación de investigadores dirigido a las instituciones y organismos. En definitiva, se trata de reconocer la labor del investigador como profesional y de establecer un marco de buenas prácticas que sirva como referente a las entidades públicas o privadas que los acogen.
Este documento es válido para todos los investigadores, independientemente de la etapa de su carrera en la que se encuentren, así como para todos los campos de investigación. Los principios más importantes que incluye la Carta Europea son los siguientes:
La red europea de servicios Euraxess acaba de cumplir un año desde su creación por parte de la Comisión Europea. Su objetivo es proporcionar información y asesoramiento para superar las barreras a la movilidad a todos los investigadores europeos o de otras nacionalidades que vayan a desplazarse ya sea dentro de la UE o fuera de ella.
Uno de los servicios más destacables de este portal es un efectivo buscador de oportunidades de empleo en Europa como investigador; entre las más de 1.500 ofertas disponibles en la actualidad, los candidatos pueden realizar su búsqueda por países, instituciones o campo de investigación. Los investigadores pueden colgar su currículum vitae, de modo que las instituciones o empresas interesadas en un determinado perfil puedan encontrarlo fácilmente en este sitio.
Una vez encontrado el empleo, el investigador debe realizar un buen número de trámites tanto profesionales como personales antes de trasladarse al nuevo país de destino. Para que todo sea más fácil, puede contar con la ayuda de una red de más de 200 centros repartidos por 35 países europeos. Este servicio, totalmente gratuito y personalizado, simplifica todos los pasos que tiene que efectuar el investigador para realizar su traslado, ofreciendo información y asesoramiento sobre cualquier aspecto, como alojamiento, colegios (en caso de trasladarse con hijos), salarios, asistencia sanitaria, visados o permisos de trabajo, entre otros.