Consejos para comprar un coche de segunda mano y ocasión

Antes de aventurarse en la compra de un vehículo de segunda mano es fundamental establecer un presupuesto. Para simplificar la búsqueda, conviene elaborar una lista de preferencias que incluya las marcas y modelos deseados. Además, es conveniente definir un límite máximo de antigüedad y kilometraje del vehículo.

Dentro del mercado de coches de segunda mano en el sector profesional hay diversas opciones, entre ellas, los seminuevos y los de kilómetro cero. Si estamos dispuestos a realizar una inversión un poco más elevada, ambas alternativas son una excelente opción intermedia entre estrenar un vehículo y adquirir uno usado.

• Los seminuevos son automóviles con pocos años de antigüedad y, en general, están en muy buenas condiciones.
• Los vehículos kilómetro cero son modelos de demostración utilizados por concesionarios o que han estado en exposición, por lo que apenas han recorrido kilómetros.

Existen diversos canales. Estos son los pros y contras de cada uno:

Hay menos opciones disponibles, por lo que es más difícil encontrar el modelo y marca deseados. No obstante, al comprar el coche de un particular se obtienen precios más ajustados al negociar directamente con el propietario. Como contrapartida, nos corresponde a nosotros llevar a cabo todas las gestiones administrativas.

La variedad de coches es mayor. La compra puede realizarse tanto en concesionarios oficiales de marca como en centros especializados en vehículos de segunda mano. En ambos casos, la transacción suele ser rápida e incluye la gestión completa del papeleo administrativo. El precio puede ser más difícil de negociar.

Estas compañías utilizan plataformas promocionadas en sus sitios web para deshacerse de sus coches. Las opciones disponibles son inicialmente más limitadas, a menudo de gama alta. Sin embargo, estos coches suelen encontrarse en excelente estado y cuentan con el mantenimiento certificado (justificado con facturas).

Permiten filtrar los vehículos y comparar ofertas, incluso de otras ciudades. Este tipo de compras pueden conllevar trámites adicionales, como coordinar el envío o solicitar una certificación adicional sobre el coche.

Aunque los precios suelen ser superiores a las transacciones entre particulares, en estos eventos es posible evaluar varios candidatos al mismo tiempo o tener una visión más completa de las opciones disponibles.

En el portal del Boletín Oficial del Estado se ofrecen coches seminuevos y usados que provienen de embargos a precios de salida bastante asequibles. Se entregan tal como están y sin garantía; por eso, hay que investigar el historial del coche antes de pujar.

Algunos defectos pueden pasar desapercibidos, por eso es muy importante verificar minuciosamente su estado.

• Kilometraje. La media anual de kilómetros que suele realizar un vehículo se sitúa entre los 15.000 y los 20.000. Con estos datos y la antigüedad, nos podemos hacer una idea sobre si la cifra del cuentakilómetros es demasiado alta o sospechosamente baja.
• Luces y faros. Confirmar el funcionamiento de todas las luces y chequear que los faros no tengan daños ni empañamiento.
• Chapa. Vigilar que no tenga abolladuras ni esté oxidada. Revisar los cantos de las puertas y los bajos y ver si están rozados y deteriorados.
• Pintura. No solo hay que prestar atención a los arañazos, sino también si el coche ha sido repintado. Esa nueva pintura no debe presentar escamas o cuarteados.
• Cristales. Inspeccionar el vidrio en busca de marcas, rayas o grietas. Si están tintados, hay que asegurarse de que nos entreguen el certificado de homologación.
• Fugas. Hay que ver que no pierda aceite, refrigerante, agua o gasolina. Si está en un concesionario, hay que echar una ojeada al suelo. Si es de un particular, se pueden colocar unos folios bajo el motor y ver si acaban mojados.
• Suspensión. Al empujar hacia abajo en cada esquina del vehículo vemos si hay un rebote excesivo, lo que puede señalar problemas en los amortiguadores.
• Neumáticos. La banda de rodadura tiene que ser superior a 1,6 mm y la goma no debe presentar cortes o deformaciones. Hay que verificar también la rueda de repuesto.
• Elementos eléctricos. Comprobar que la ventilación, el aire acondicionado, la luneta térmica, la radio y los elevalunas funcionan.
• Interior. Examinar la tapicería, los recubrimientos, el volante, la palanca de cambios y el embrague.

Es imprescindible pedir una prueba al vendedor. Si es un particular, se recomienda dejar que conduzca él primero y evaluar su conducción. Estas son unas pistas que hay que vigilar:

• Ruidos del motor: golpeteos, clics o zumbidos nos indican que puede requerir una evaluación más detallada.
• Dirección: vibraciones, sonidos extraños o dificultades para girar pueden sugerir problemas en el sistema de dirección.
• Amortiguadores: si rebota excesivamente o la conducción es irregular, podría haber problemas con la suspensión.
• Frenado: hay que pedir datos sobre cuándo se cambiaron las pastillas y examinar el funcionamiento del freno de mano.
• Emisiones: humo inusual o emisiones de color inapropiado pueden ser signos de problemas en el motor o en el escape.
• Transmisión: verificar que los cambios de marcha se realicen de manera suave. Ruidos o vibraciones evidencian daños.

Con el fin de detectar posibles defectos que podrían pasar desapercibidos a simple vista, es aconsejable llevar el vehículo a un taller de confianza. Entre otros aspectos, los expertos mecánicos podrán inspeccionar que los depósitos de líquidos no presenten fugas, que los tubos del radiador no estén deteriorados o blandos y que las correas no muestren grietas.

Es esencial recibir la documentación básica, que incluye la ficha técnica y el permiso de circulación. Aunque no son requisitos obligatorios, obtener los registros de mantenimiento y el informe de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) proporciona una visión integral del coche.

Además, hay que verificar la inexistencia de cargas pendientes, que puede realizarse la venta (no está embargado, por ejemplo) y cuenta con toda la documentación necesaria. Para ello, se puede solicitar con el número de matrícula un informe de la Dirección General de Tráfico (DGT).

• El informe reducido es gratuito y ofrece información básica sobre la matriculación y posibles incidencias que impidan la transferencia del vehículo.
• Los informes detallados cuestan 8,67 euros y muestran toda la información administrativa del coche, su historial, información técnica y datos que indica si el automóvil puede ser transferido y si existe algún tipo de carga sobre el mismo.

El contrato de compraventa es un documento muy importante. Si la compra se realiza a un particular, debe incluir una serie de datos mínimos para evitar problemas. Deben figurar todos los datos identificativos de vendedor y comprador (nombre y DNI), el modelo exacto que se vende (con su matrícula), la fecha y la hora de la firma y la cantidad a pagar, así como el método de pago y los posibles plazos (si estos se contemplan).

Al adquirir un vehículo en un concesionario, los trámites asociados están incluidos en la transacción. Si la compra se realiza directamente a un particular, nosotros somos los responsables de hacerlos.

• Impuesto por transmisiones patrimoniales (ITP). Lo habitual es que sea el comprador el que asuma este impuesto, cuyo importe depende del valor fiscal del vehículo, según el modelo y antigüedad.
• Cambio de titularidad. Este trámite se realiza online o presencialmente en la Jefatura Provincial de Tráfico. Es fundamental hacerlo en los primeros 30 días después de la compra. Se necesitará el contrato de compraventa, junto con las fotocopias de los DNI de comprador y vendedor. Asimismo, hay que contar con el comprobante del pago del impuesto sobre vehículos de tracción mecánica (IVTM), el permiso de circulación y la ficha técnica del coche. Además, se debe abonar una tasa de 55,70 euros.

En las transacciones entre particulares, la garantía se extiende hasta seis meses después de la compra, a menos que el contrato especifique lo contrario (no se aceptan acuerdos verbales).

En el caso de que la adquisición sea en un concesionario, el plazo general de garantía es de tres años, salvo que el vendedor y el comprador pacten un periodo inferior, que no podrá ser menor a un año. En consecuencia, si en ese tiempo el vehículo presenta alguna avería o fallo que no estaba reflejada en el contrato, el vendedor deberá pagar la reparación.

Al adquirir un vehículo de ocasión en un establecimiento de compraventa o servicios de ocasión de concesionarios oficiales, la normativa de defensa del consumidor protege al comprador. En caso de problemas, se puede reclamar ante los organismos de consumo, autonómicos o municipales, o en las asociaciones de consumidores.

Si la compra se realiza a un particular, la regulación se rige por el Código Civil y cualquier inconveniente deberá ser reclamado ante los tribunales de justicia.