Los dibujos son más que un pasatiempo para mantener a los niños entretenidos. Al entregarles un papel y un lápiz para que empiecen a dibujar, se les proporciona una herramienta fundamental para sus procesos cognitivos. El dibujo ayuda a desarrollar habilidades psicomotrices, estimula la expresividad y la imaginación, y permite, además, obtener información sobre el estado psicológico y el bienestar emocional de los pequeños.
Imagen: Emran Kassim
Los dibujos son la primera manifestación palpable de la expresividad infantil. Funcionan como un vehículo que refleja sus emociones y les permite dar rienda suelta a su imaginación. No son obras de arte, ni pretenden serlo, pero pocos se resisten a colgar el garabato de un niño en un mural. El editor Carlos Cabezas, en su tesis ‘Análisis y características del dibujo infantil’, señala que «los garabatos y dibujos de los niños son una de las actividades mas importantes para su desarrollo intelectual; mediante ellos, el niño es capaz de expresar su estado psicológico y bienestar emocional, ya que vehiculan su mundo interno con el externo».
Investigadores, artistas y pedagogos han centrado sus estudios, desde hace más de un siglo, en el análisis de la forma de expresión de los niños a través del dibujo. Las conclusiones se repiten y reafirman que, más allá de unos simples trazos o garabatos al azar, los dibujos expresan las emociones, intereses o valores del niño.
Los estudios han concretado técnicas evaluativas e interpretativas de los dibujos infantiles, que son utilizadas por educadores y terapeutas
Los estudios han concretado técnicas evaluativas e interpretativas de los dibujos infantiles, que son utilizadas por educadores y terapeutas como una forma complementaria de analizar e identificar determinados problemas o conflictos psicológicos de los pequeños. Una de estas técnicas es el Test del Garabato, que analiza las proporciones, el tamaño, la distribución o los colores de los elementos que dibujan los niños. El test HTP (casa, árbol, persona) es también muy popular y está destinado a obtener información sobre la sensibilidad, la madurez y la integración social. Para dotarles de rigor científico, estos análisis deben ser llevados a cabo por profesionales. Sólo expertos en la materia están capacitados para valorar los resultados e interpretar los factores que intervienen en el proceso de creación de un dibujo.
Animarles a dibujar
Debe ser una tarea espontánea y libre, aunque se puede fomentar el uso de diferentes herramientas
Dibujar es una tarea espontánea y libre. No conviene obligar a los pequeños, ni someterles a la misma disciplina que implican otros aprendizajes. Sin embargo, se puede fomentar la utilización de las diferentes herramientas de dibujo dentro de las actividades diarias. Hay varias formas de animarles a dibujar: