Mucho más que refugiados
Hace 76 años que adquirieron el estatus de refugiados, cuando cientos de miles de habitantes de la Palestina histórica tuvieron que abandonar su tierra. Desde entonces, aquellas personas y sus descendientes viven como refugiados dentro de su propio territorio, en la Franja de Gaza y Cisjordania, o en otros países de Oriente Próximo, concretamente en Jordania, Líbano y Siria.
Hoy en día, casi seis millones de personas refugiadas de Palestina viven fuera de sus hogares, en campamentos, sufriendo falta de acceso a servicios, con restricción de movimientos y viendo violados sus derechos.
Aunque cuentan con una historia dura y llena de dolor, las personas refugiadas de Palestina son mucho más que eso. Ejercen la medicina, la ingeniería o la enseñanza. Son esperanza, resiliencia y dignidad en cualquier región en la que se encuentren.
Espacio para el arte y la tecnología
“Vivo el mismo sufrimiento que otras muchas personas de Palestina, pero la única diferencia es que puedo expresar mis sentimientos a través del arte […] El arte me salvó, así que decidí compartirlo con otros para salvarlos también”. Shireen Hasannen es refugiada de Palestina que encontró en el arte su forma de expresar y canalizar su sufrimiento.
“Siempre he pensado en la capacidad que tienen las personas para moverse en sus vidas, en los sentimientos que les embargan y su capacidad para inventar formas de resistir a las malas condiciones”, cuenta.
Ella está muy orgullosa de su evolución como persona y como artista. Cree que podría haberse rendido muchas veces, pero ver cómo su comunidad supera los obstáculos diarios como personas refugiadas la motiva aún más.
Las generaciones jóvenes refugiadas de Palestina se reinventan para sumarse a las tendencias que mueven el resto del mundo. Aya Al-Abbasi es una joven, que vive en Jabal Mukaber, en Jerusalén, y aprovecha el altavoz de las redes sociales para contar su historia y la del pueblo palestino. “Creo contenidos que reflejan la causa de Palestina en varios idiomas”, explica.
Aya también intenta ser esperanza y ejemplo para las futuras generaciones: “Como palestina, ser mujer referente en las redes sociales es importante para mí […]. Cada persona palestina tiene la responsabilidad de llevar el mensaje y transmitir la verdadera voz de Palestina de diferentes generaciones al mundo”.
Un símbolo de esperanza
Jóvenes como Aya y Shireen reflejan la esperanza de las generaciones refugiadas de Palestina más mayores. Esas que sufrieron en primera persona el éxodo del pueblo palestino, las que han transmitido su historia y su cultura a sus descendientes y que, a pesar del paso del tiempo, nunca han perdido la esperanza y el deseo de regresar a su hogar.
La historia de las personas refugiadas de Palestina está marcada por el recuerdo colectivo de la huida de su hogar, pero también por la resiliencia y la esperanza de regresar a su tierra. Aya y Shireen son parte de esa historia, del pasado, pero también del presente y del futuro.
Hoy es un buen momento para recordar que casi seis millones de personas refugiadas de Palestina siguen esperando una solución justa y definitiva a su situación. En UNRWA trabajamos para apoyarlas con servicios vitales, como educación o salud, mientras no llega esa solución. Seguimos a su lado para mantener viva su esperanza.