A través de un gestor, los ahorradores pueden diseñar de forma personalizada y gratuita su futuro financiero, siempre que sean clientes de la entidad correspondiente. Su intención es que, tras la jubilación, mantengan cierta disponibilidad económica y no alteren demasiado su ritmo de vida. Para ello, se ofrecen diferentes propuestas de inversión o de ahorro en función de la edad, la renta anual o los ahorros obtenidos.
Imagen: Cellular ImmunityEl servicio de asesoramiento parte de la situación financiera del cliente. Permite a la entidad calibrar si el titular podrá cumplir los objetivos económicos que se propone. Si la respuesta es negativa, se elabora un plan con el que pueda alcanzar su meta. Una de las modalidades consiste en que el propio cliente dirija la estrategia que desea seguir. Para ello, el banco pone a disposición del usuario un asesor de inversiones que le ayude a elegir los fondos y acciones más convenientes. La propuesta tiene como base sus preferencias de riesgo, el horizonte temporal y el importe de la inversión que se desee realizar.
Cabe también la posibilidad de que el interesado delegue la gestión de su inversión en la entidad en la que tenga depositados sus ahorros. Los bancos y cajas disponen de acuerdos de gestión, carteras delegadas de fondos de inversión, acciones o planes de pensiones/EPSV adaptados al perfil de cada cliente. En este caso, los expertos gestionan las carteras de forma activa en busca de la mejor relación rentabilidad y riesgo.
Los expertos gestionan las carteras en busca de la mejor relación entre rentabilidad y riesgo
Si la decisión del cliente es delegar en su banco o caja de ahorros, estos son los servicios que le ofrecen:
- Una gestión personalizada y activa del patrimonio, que variará en función del incremento o disminución del capital y de la edad.
- Una cartera adaptada a su perfil, para que el usuario seleccione el producto en el que desea invertir: fondos, valores, planes de pensiones (EPSV si reside en el País Vasco)…
- Algunas entidades no requieren ningún abono por comisión por resultados, en caso de que la gestión no genere ningún beneficio al cliente.
Bancos y cajas ofrecen la posibilidad de escoger entre dos clases de gestión: del riesgo y fundamental. El objetivo de la primera es controlar el riesgo que el cliente asume en función de su perfil. La gestión fundamental busca conseguir la mayor rentabilidad posible sobre la base de criterios de análisis fundamental. No tiene control de riesgo determinado y está disponible para fondos y valores.
Necesidades de futuro
Para decidir qué estrategia debe seguir, el cliente puede conocer cuáles serán sus necesidades en el futuro mediante una simulación. Está integrada por varios parámetros: edad actual, edad en el momento de jubilarse, ahorro acumulado, ingresos anuales netos, capacidad de ahorro mensual, nivel de vida que se desea en la jubilación y perfil de riesgo.
Dos ejemplos lo ilustran:
- El primer cliente es una persona de 50 años que trabaja hasta los 68 y tiene un capital ahorrado de 60.000 euros, con unos ingresos netos de 40.000 euros anuales que generan una capacidad de ahorro de 1.000 euros cada mes. Quiere disfrutar del 100% del nivel de vida actual en la jubilación y tiene un perfil dinámico (acepta un alto riesgo de pérdida de la inversión a cambio de una expectativa de alta rentabilidad). Con estos antecedentes, tendría unas expectativas para sus años de jubilación de entre 980.000 y 1.150.000 euros para un escenario normal, mientras que en un entorno pesimista se reduciría a 750.000 y 880.000 euros. Con los datos introducidos, en un escenario normal, al jubilarse obtendría un 110% de su nivel de vida deseado.
Se ofrecen diferentes propuestas en función de la edad del inversor, su renta anual o sus ahorros
- En el otro lado de la balanza está el caso de un trabajador de 30 años que desea jubilarse a los 65 y dispone de unos ahorros valorados en 10.000 euros. Sus ingresos anuales son de 25.000 euros, que le permiten disponer de una capacidad de ahorro mensual de 300 euros. Su perfil de riesgo es moderado. En este caso obtendría, en un escenario normal en el momento de su jubilación, un 92% de su nivel deseado: unas ganancias en torno a 940 euros. En un contexto pesimista, éstas descenderían hasta 567 euros.
Una de las dudas de los usuarios bancarios es si pueden realizar el rescate de su inversión como fruto del Acuerdo de Gestión. Se puede. Para hacer efectivo este proceso se elige entre dos modalidades:
- La cancelación de la gestión con el banco o caja de ahorros con la que se contrató el servicio, sin tener que vender los productos asociados al acuerdo.
- Un reembolso en efectivo en la cuenta corriente de una parte o toda de la inversión realizada. Como consecuencia, la entidad procederá a la venta de los productos asociados al acuerdo (fondos o valores).
El importe mínimo para realizar este tipo de rescate son 600 euros. Deberá mantenerse siempre en la cartera el mínimo de permanencia.