Con los tipos de interés instalados en el 1% y el Euribor en caída libre (se sitúa en el 1,26%), el depósito a plazo fijo, instrumento de ahorro preferido de los españoles, ha dejado de brillar. Las imposiciones más interesantes a un año apenas rinden un 2%, un porcentaje muy discreto, más si cabe con los intereses que ofrecían las entidades el año pasado, que alcanzaron el 6% anual. Para encontrar mejores rendimientos, bancos y cajas obligan a suscribir sus depósitos por periodos más prolongados, como mínimo, entre tres y cinco años. Quien busque beneficio seguro debe fijarse en los depósitos a largo plazo. Eso sí: contratar un producto de este tipo implica renunciar a la liquidez inmediata o supone pagar las altas comisiones impuestas por rescatar el dinero antes de tiempo. En cualquier caso, es un producto que garantiza en todo momento el capital invertido.
Por qué a largo plazo
Las necesidades de liquidez han disminuido entre las entidades financieras españolas. Tras la quiebra de Lehman Brothers el año pasado, numerosos bancos y cajas de ahorros lanzaron depósitos con extratipos elevados, ya que era imposible conseguir financiación de los mercados de capitales. Sin embargo, las tensiones se han relajado y ahora son capaces de conseguir capital mediante la emisión de otros instrumentos de renta fija, como bonos, participaciones preferentes o cédulas hipotecarias. Éste es uno de los argumentos que explica que se haya relajado el lanzamiento de nuevos depósitos a corto plazo con extratipos o alta rentabilidad.
La fuerte bajada de los tipos de interés (desde el 4,2% hasta el 1%) impide a las entidades ofrecer extratipos en sus productos de ahorro. Si lo hicieran, pondrían en peligro sus márgenes y dejarían de ser productos rentables. Esto justifica que los tipos de interés medios de los nuevos depósitos ronden el 2,3%, frente al 6% que alcanzaron hace un año. Según datos del Banco de España a cierre de agosto, el tipo medio de los depósitos se situaba en el 2,2%. Si se compara con un periodo superior a dos años, la rentabilidad media es del 2,5%.
La necesidad de liquidez de la banca ha disminuido y no necesita ofrecer intereses elevados
Los tipos de algunas entidades, como BBVA o La Caixa, apenas sobrepasan el 1%. En Internet, donde se encontraban las mejores promociones, Uno-e, Ibanesto o ING Direct remuneran el ahorro anual entre el 1,2% y el 2,5%. Para conseguir algo más de rentabilidad, la estrategia que emplean algunas entidades son los depósitos a largo plazo, de entre tres y cinco años. Sólo en estos periodos de tiempo pueden conseguirse beneficios superiores al 3%.
A corto plazo las rentabilidades son muy discretas, pero los depósitos son todavía uno de los instrumentos de ahorro favoritos de los españoles. En la actualidad, hay invertidos en ellos más de 400.000 millones de euros, mientras que en fondos se gestionan más de 222.945 millones de euros y en planes de pensiones, 48.000 millones. Estas cifras suponen que más de un 44% del ahorro está depositado en imposiciones a plazo fijo, frente al 26% de los fondos de inversión o el 22% gestionado en Bolsa.
La garantía de capital de los depósitos, su rentabilidad segura y su sencillez los convierte en uno de los productos más demandados, tanto en épocas de crisis como de bonanza. Otra ventaja a su favor es que, con ellos, el ahorrador nunca pierde. Aunque los plazos de vencimiento sean largos, si el inversor decide rescatar su dinero antes de tiempo, las comisiones que le aplique su entidad nunca podrán ser superiores a los intereses pactados. Esto implica que su capital siempre está asegurado, a pesar de que no consiga ganancias. En otros productos conservadores, como la renta fija, Letras del Tesoro o bonos bancarios, no ocurre así. Si el inversor necesita el dinero antes del vencimiento y quiere vender sus activos, debe buscar un comprador en el mercado secundario, una operación que puede implicar pérdidas.
La moda por los depósitos crecientes
Entre las novedades más destacadas figuran los depósitos crecientes. Su peculiaridad es que elevan la remuneración con el paso del tiempo (cada trimestre, cada año…). Por lo general, tienen «ventanas de liquidez», momentos que permiten al cliente salir sin tener que abonar comisiones. No obstante, como el interés crece, y parte de niveles bastante bajos, la salida antes de tiempo implica el riesgo de ganar menos, incluso, que con un depósito a un plazo inferior.
Los depósitos crecientes permiten al cliente salir en determinados momentos sin tener que abonar comisiones
Si se necesita el dinero y no se puede recurrir a una «ventana de liquidez», las comisiones de reembolso pueden comerse todos los intereses. Es posible que si el cliente decide salirse antes de vencimiento no gane nada. La TAE global que publicitan las entidades sólo se consigue si se mantiene el dinero de principio a fin. En todo caso, nunca asumirá pérdidas porque su capital estará garantizado, siempre que sea un depósito puro. En el caso de los estructurados, puede darse otra situación.
Suscripción
Antes de suscribir un depósito a largo plazo es aconsejable tener claros los siguientes conceptos:
- El plazo exacto de la inversión y las comisiones por cancelación anticipada. Si se comen los intereses, el depósito no resultará atractivo. No obstante, las comisiones son en general inferiores a los intereses, por lo que conviene suscribir un depósito a largo plazo cuando no se tenga claro si se necesitará o no el dinero.
- El importe mínimo de la inversión: algunas entidades exigen cantidades elevadas para que el cliente pueda beneficiarse de la alta rentabilidad (superiores incluso a 100.000 euros).
- La vinculación que pide la entidad: si el banco o caja de ahorros obliga a suscribir algún otro producto, como un plan de pensiones, tarjetas o seguros, la imposición puede perder rentabilidad. Aprovechan sus mejores ofertas para colocar otros productos que conllevan el cobro de altas comisiones y atan al cliente mediante el pago de ingresos periódicos.
Distinguir entre depósitos puros y estructurados. Los primeros son sencillos, ofrecen un tipo de interés fijo y garantizan el capital. Los segundos referencian las ganancias a la evolución de índices o acciones. En ocasiones, estos últimos no garantizan ni unos intereses fijos ni el capital invertido.
La Caixa comercializa su Depósito Creciente a tres años. En el primer ejercicio, la rentabilidad es del 1,5%. El segundo año da un 2,2% y el tercero, un 3%. La TAE global se sitúa en el 2,2% calculada para un depósito mantenido durante tres años con liquidación anual de intereses.
Uno de los productos de la Campaña Brotes Azules que Barclays ha puesto en marcha en España es el Depósito Multisalida a cinco años. Esta imposición ofrece un interés medio del 3,5% TAE. Permite reembolsar el dinero sin comisiones los siete primeros días de octubre, febrero y junio. Si el cliente no se ajusta a esos días, recibirá el capital invertido, pero las ganancias serán nulas.
Banco Popular comercializa el Depósito El Estirón, a un plazo de 18 meses, con un interés TAE del 3,2%. La liquidación de intereses será mensual, trimestral, semestral o a vencimiento, a elección del cliente. La inversión mínima es de 300 euros, sin importe máximo. El depósito está disponible para dinero procedente de otras entidades.
Caja Duero ha lanzado al mercado un nuevo producto de ahorro a tres años, denominado Depósito Ganador, con una remuneración del 3% TAE. El dinero se recupera a partir del primer año sin ningún tipo de penalización. El importe mínimo de contratación es de 5.000 euros. La liquidación de intereses es semestral. Hasta el sexto semestre son 1,7%; 2%; 2,5%; 3%; 4% y 5%.
Caja Navarra tiene abierto el periodo de suscripción del CAN Depósito Creciente, una imposición a plazo fijo que premia a los clientes que permanecen con la caja de ahorros. El interés del producto crece con carácter anual. El plazo del depósito oscila de tres o cinco años. En el caso de la primera opción, la remuneración alcanza hasta el 3%. Si la imposición es a cinco años, el tipo de interés puede llegar hasta un 4%.
Unicaja ha puesto en marcha el Depósito Creciente a cinco años, que ofrece una rentabilidad del 3% TAE y puede contratarse desde 6.000 euros.
El depósito de Banco Finantia Sofinloc al 3,5% está pensado para importes superiores a 100.000 euros, a dos años. A tres años, remunera el ahorro al 3,75%.