Cambiar la moneda de los créditos implica un ahorro en la cuota mensual, en el caso de divisas más baratas que el euro y con un valor de cambio inferior. Para efectuar esta operación, el préstamo debe contratarse multidivisa, en cuyo caso las entidades permiten un cambio, cada tres meses, a alguna de las monedas contempladas en el acuerdo. Es aconsejable conocer al detalle la evolución del mercado de divisas, en especial, en un momento en el que el valor del euro se mantiene a la baja desde principios de año.
Ahorro en el valor del dinero
Los créditos o préstamos en monedas distintas al euro son productos bancarios que han aparecido en pleno auge del endeudamiento español. Su ventaja reside, sobre todo, en que el cliente puede pagar su deuda en una moneda distinta a la del país donde toma el préstamo, siempre que lo haga constar en el contrato. Puede beneficiarse por dos vías: mediante la elección de una moneda cuyo valor de cambio sea ventajoso para el euro (en el caso del dólar, sería: 1 dólar=0,66 euros) y por el valor del Euribor -índice de referencia que marca el interés que se paga por el euro-, que se encuentra en 1,23%, mientras otros como el del Libor yen, que indica el coste de la moneda japonesa, es de 0,73%.
Pese a que en apariencia la operación resulta atractiva, es una opción de riesgo que requiere conocimientos financieros consistentes y un seguimiento detallado de la evolución de los mercados de divisas.
¿Préstamo en divisas o multidivisas?
Antes de firmar el contrato del préstamo hay que distinguir entre «préstamo en divisas» y «préstamo multidivisa». En el primer caso, el contrato consiste en una suma de dinero que el cliente debe pagar en la moneda elegida. En el segundo caso, en cambio, se ofrecen una serie de divisas opcionales, que el cliente puede alternar en función de su conveniencia.
Conviene que el préstamo sea multidivisa para que las entidades permitan cambiar de moneda cada uno o tres meses
En rigor, el préstamo multidivisa es el único crédito que permite un cambio de moneda durante el período de vigencia del contrato, ya que para hacerlo o para repautar en divisas los pagos en euros de una hipoteca, es necesario cancelarla y constituir una nueva con la moneda deseada.
La mayoría de las entidades bancarias que ofrecen créditos multidivisa establecen en el contrato la cantidad mínima de tiempo que debe transcurrir para que los clientes pueden cambiar la divisa de su préstamo. Algunas permiten hacerlo cada mes y abundan los contratos que acceden a un cambio trimestral.
Comisiones por casi todo
En algunos casos, se ofrece la posibilidad de cambio sin gastos. Esto implica que no habrá que abonar coste alguno por dejar de pagar la cuota en euros, para empezar a hacerlo en yen japonés, franco suizo, dólar USA, dólar australiano, dólar neozelandés o libra esterlina, las monedas más empleadas en este tipo de productos en España.
Otras entidades, en cambio, aplican una comisión por variar la moneda. La ecuación final será más compleja porque al interés de la divisa y la tasa de cambio, habrá que sumar una proporción sobre el capital adeudado. Como otras comisiones de este tipo, esta decisión corresponde a cada entidad. Algunas cobran una comisión del 2 por mil, en apariencia pequeña, pero hay que hacer cálculos, porque si el saldo que se debe pagar en la nueva moneda es de 100.000 euros, la comisión ascenderá a 200 euros.
Además de las comisiones corrientes, se cobra un porcentaje cercano al 3% por adquirir los billetes extranjeros necesarios para pagar el crédito
A esta cantidad se suma otra comisión que cobran los bancos y cajas por comprar divisas, ésta es un porcentaje que carga la entidad por adquirir los billetes extranjeros necesarios para pagar el crédito. Ronda el 3% de la operación y, como la mayoría de las comisiones bancarias, varía en cada entidad; sólo se requiere la publicación y declaración en el Banco de España para su legalidad.
Aunque las entidades financieras cobran más por el cambio de billetes físicos -es decir, por la manipulación de efectivo- que en las transacciones donde el cambio se hace con cargo a la cuenta de un cliente (cambio de divisas), es un factor que hay que sumar en el momento de cambiar el crédito de moneda.
La operación se puede encarecer mes a mes por la tasa de cambio, ya que no todos los bancos y cajas venden el dinero extranjero al mismo valor y nada garantiza que la entidad con la que se tiene contratado el crédito ofrezca el mejor precio de la moneda que se necesita comprar para cancelar la deuda.
En el actual contexto, cuando el precio del euro se mantiene estable, el cambio de moneda en los créditos resulta complejo. A la mínima fluctuación de la divisa elegida, en el mejor de los casos, la cuota puede ser igual a la que se pagaría en euros, pero habría que sumar el gasto en comisiones. Siempre se puede volver a la moneda anterior o combinar diferentes divisas en el pago, pero en este caso, el seguimiento de la amortización de la deuda y del valor de la cuota sería más complejo.