La banda ancha es un privilegio que algunos ciudadanos no pueden disfrutar debido a su situación geográfica, ya que esta tecnología resulta muy cara en zonas remotas o de orografía complicada. Al no estar considerada como un proyecto económicamente viable por parte de los operadores de telecomunicaciones, el servicio ha estado ausente en numerosos pueblos de montaña u otros aislados. A partir de 2011, por Decreto Ley, esta situación cambiará. Todos los ciudadanos tendrán derecho a Internet, con una calidad mínima de un megabit por segundo (Mbps) y un precio asequible, sin importar el lugar de residencia.
El pasado 17 de noviembre, durante la inauguración de la feria de contenidos digitales (FICOD), se anunció que el acceso a Internet de banda ancha formará parte del servicio universal. La propuesta, que no indica el coste, aunque se ha asegurado que será «asequible», prevé dotar con una conexión a Internet de un Mbps de velocidad de acceso a todos los ciudadanos del país.
Se consideraque 1 Mbps es una velocidad suficiente para llegar a un número máximo de personas, a pesar de que en otros países está previsto por ley que esta velocidad mínima aumente de modo progresivo con el paso de los años.
Un derecho fundamental
Las telecomunicaciones no tienen en su origen un carácter de servicio público, a pesar de que se han convertido en una pieza clave del desarrollo social
La conexión a Internet como derecho fundamental de los ciudadanos es una de las reivindicaciones más apoyadas por parte de las asociaciones de usuarios y consumidores. El acceso a la Red es condición casi indispensable para no perder el tren de la educación y el conocimiento. La conexión web se considera como una garantía de igualdad de todos los ciudadanos y el objetivo es eliminar las brechas entre quienes disponen de la misma y quienes no, ya sea por su situación geográfica, cultural o económica.
Las telecomunicaciones no tienen en su origen un carácter de servicio público, a pesar de que se han convertido en una pieza clave del desarrollo social y económico. Por este motivo, se han introducido una serie de obligaciones a lo largo del tiempo, a modo de excepción, que garantizan unos derechos mínimos a los ciudadanos. Estas obligaciones se conocen como «servicio universal de telecomunicaciones» y comprenden diversos apartados cuya prestación debe estar garantizada para todos los usuarios. Han de tener, además de independencia de la localización de los consumidores, un precio asequible y una calidad determinada.
El acceso a Internet se realiza en muchas zonas rurales mediante conexión por módem, a un máximo de 56 Kbps, una velocidad que hace imposible la navegación
Hasta ahora, se enmarcaban dentro del «servicio universal de telecomunicaciones» la conexión a la red telefónica para recibir y efectuar llamadas, el acceso a Internet de banda estrecha, el acceso a la guía general de abonados, a los servicios telefónicos públicos de pago y las medidas para usuarios con discapacidad en el acceso a las telecomunicaciones. Ahora la banda ancha entrará en el paquete.
En la práctica, la conexión a Internet se realiza en muchas zonas rurales mediante módem, a una velocidad máxima de 56 Kbps. En zonas de orografía complicada, esta velocidad es incluso inferior si el servicio se presta a través de Telefonía Rural por Acceso Celular (TRAC). Resulta imposible acceder a Internet y navegar. Sólo cargar la página de inicio de un medio de comunicación digital puede llevar unos cinco minutos. Otras alternativas son el módem USB GPRS o la WiMax, pero su precio es demasiado caro para un uso cotidiano.
Finlandia fue el primer país de la Unión Europea que declaró el acceso a Internet de banda ancha como un servicio universal
Durante el primer semestre de 2010, España pretende impulsar desde la presidencia europea el debate para que, como parte de una Carta Europea de Derechos de los Usuarios de las Telecomunicaciones, se contemple la conexión a banda ancha como servicio universal. Sin embargo, algunos países de la Unión Europea han respaldado diferentes legislaciones por su cuenta para considerar Internet como un servicio universal y la Comisión ya se ha manifestado en el pasado en esta misma línea.
El primer país de la UE en convertir el acceso a Internet de banda ancha en un servicio universal fue Finlandia, donde el 80% de los ciudadanos tiene conexión a Internet y, a partir de 2010, se garantiza una conexión de un Mbps, que se incrementará hasta garantizar los 100 Mbps en 2015. El plan prevé que se puedan utilizar las redes móviles para dotar de conexión a zonas aisladas. Más allá de la UE, sólo Suiza había establecido el servicio universal para banda ancha desde 2008, con una velocidad de bajada de 600 Kbps (0,6 Mbps) y 100 Kbps (0,1Mpbs) de carga.